En 2012, el Gobierno del PP subió el IVA a los servicios de peluquería, que pasaron de gravarse con un tipo reducido del 10% al tipo general del 21%. En aquel momento, España atravesaba por una grave crisis económica por lo que este sector hizo el sacrificio con la ilusión de que en unos años volvería a la tributación reducida.

En 2018, estando todavía en la oposición, el PSOE presentó una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados, que fue apoyada por una mayoría parlamentaria, para instar al Gobierno a bajar de nuevo el impuesto a esta actividad. A finales de 2020, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha tenido en su mesa una enmienda a los Presupuestos de 2021 para aplicar esta bajada

. Los presupuestos se han aprobado y la bajada del IVA no se ha contemplado. Por ello, el sector está que se tira de los pelos. Entre el Impuesto de Valor Añadido y las consecuencias de la pandemia calculan que las pérdidas estos meses están entre un 70 y un 80% en el mejor de los casos, en el peor: el cierre.

Pepe Pérez, uno de los peluqueros más veteranos de Ibiza, se muestra contrariado porque los Presupuestos Generales de Estado para 2021 no han tenido en cuenta la petición del sector de volver al IVA del 10% que las peluquerías y centros de estética tenían antes de 2012. «No se nos ha escuchado y consideran nuestro servicio como un lujo», apunta. Añade que en su caso, como en el de muchísimos compañeros, en alquel entonces optaron por no repercutir la subida en el impuesto a los clientes, y ahora, con el descenso de clientes, la situación se ha vuelto dramática.

Pérez tenía la esperanza de que, como ocurrió con las entradas de cine, el Gobierno hubiera escuchado sus peticiones para volver a aplicar un IVA del 10%. «Si por lo menos el impuesto fuera del 10%, algo quedaría en la caja. Ahora entre el descenso del trabajo y todo lo que tenemos que pagar, la caja del día a día no da para ganar nada», asegura el peluquero.

De «auténtica mentira» califica José Calvo la promesa del Gobierno de revertir la situación y volver al IVA del 10%, «nos dijeron que iba a ser temporal y no lo han cumplido», remarca.

En su caso, el establecimiento es una peluquería y barbería, y asegura que la situación es «catastrófica». La pandemia ha hecho que, ante los apuros que pasan muchos de sus clientes, hayan optado por comprarse una maquinilla para cortarse ellos mismos el pelo en casa, dice. La mascarilla es otro factor que atribuye a la disminución de clientes: «Quienes llevan barba o bien no se la arreglan tanto, porque está todo el día tapada, o se la han afeitado».

En sus 45 años de experencia entre tijeras y secadores, José Calvo recuerda haber padecido dos o tres crisis económicas, pero «ninguna como esta», afirma. Comprensivo con la situación que atraviesan muchos clientes, entiende que el ir a la peluquería sea una de las cosas que se sacrifiquen: «No se va a dejar de comer pero sí de arreglarse el pelo», recalca.

Con la frase «para llorar» describe Patricia Clapés su situación. Cuando todos los centros de belleza estaban cerrados y los españoles confinados en sus casas, le llamó el gestor para decirle la cantidad de IVA que tenía que abonar. «No le dejé ni acabar, le colgué el telóno porque se me saltaban las lágrimas», recuerda.

Desde entonces, como muchos otros salones de peluquería, su facturación ha descendido entre un 60 y un 80% según el mes. Tras el confinamiento los clientes volvieron a su peluquería pero ahora, con tantas personas en ERTE, sin trabajo o sin apenas salir de casa, la facturación se ha resentido al máximo. Agradecida en en estos momentos de trabajar sin empleados a su cargo, apunta que la reducción del IVA sería una gran ayuda en casos como el suyo. A esta situación se une que estos días ha tenido que cerrar su salón, ya que se ha contagiado de covid-19 y guarda cuarentena.

Economía sumergida

Economía sumergida

También con una larga experiencia de 30 años en Santa Eulària, Paqui Carrillo reivindica la bajada del IVA al 10% como una ayuda vital al sector. Por su experiencia muy reciente, con este 11 por ciento que no tendría que pagar, a lo mejor no hubiera tenido que hacer fija discontinua a una de sus empleadas. Ese «ahorro en los impuesto pemitiría a muchos salones sobrevivir», matiza.

Para esta peluquera, otra de las ventajas que el Gobierno no ha sabido ver es que el cierre de peluquerías supone un camino directo hacia la economía sumergida. «Un profesional que se va a la calle no se va a quedar con los brazos cruzados. Se dedica a ir a casas de clientes o incluso a hoteles, por supuesto, sin darse de alta y cobrando en negro», apunta.

No directamente relacionada con la tasa impositiva, esta veterana peluquera reivindica la labor de su sector en estos momentos por el bienestar de la sociedad. Asegura que en ocasiones realizan funciones «casi de psicólogo» y que muchas clientas que llegan deprimidas se van muy contentas cuando se miran al espejo con un aspecto mucho mejor. Por ello, ha decidido no cobrar a las familias que realmente lo están pasando mal, sobre todo a los niños.

Aunque Carrillo también ha visto mermada su facturación en aproximadamente un 70% respecto al año pasado, se siente más o menos afortunada, ya que el local donde tiene su salón es de su propiedad. Además, muchas clientas llevan confiando en ella muchos años y ahora están jubiladas, por lo que no se han visto afectadas por el desempleo.

Eso sí, recalca que como autónoma trabaja más horas que antes por menos dinero. «Los clientes vienen a hacerse lo básico y con menos frecuencia».

Estos cuatro profesionales de la peluquería ven un futuro incierto si la pandemia sigue acechando. «Las ayudas o son escasas o hay que devolverlas. Un auténtico alivio sería no tener que pagar impuestos», desliza Patricia Clapés, aunque quiere ver el fin y se muestra optimista: «vamos a luchar», dice.

Ante esta situación el sector de la estética y la peluquería protagonizó ayer concentraciones en más de 70 ciudades españolas, para reivindicar la bajada del IVA al 10%, aunque en Balears no se llevó a cabo por la situación epidemiológica. En Ibiza no se se descarta realizar alguna acción conjunta con Palma en un futuro próximo.

Pepe Pérez, que fue presidente de la extinta asociación de peluquerías de Ibiza, está en contacto con sus colegas de Mallorca, por lo que asegura que tanto él como otros compañeros colaborarán y apoyarán las próximas acciones que se lleven a cabo? para reivindicar el IVA reducido.