La ciudad de Ibiza respondió ayer masivamente al llamamiento para el cribado de la población con el que se persigue detectar contagiados de covid y romper la cadena de trasmisiones. Los análisis continuarán hasta el 21 de enero en el polideportivo de Es Pratet, que ha sido adaptado para realizar estas pruebas con garantías y seguridad. El aluvión de vecinos empezó desde las 8.30 horas. Cerca de 200 personas ya aguardaban a las 9 horas su turno a las puertas del estadio. Comenzaron a entrar a las 9.04 horas.

A las 14 horas ya se habían realizado 720 test de antígenos, de los que 50 dieron un resultado positivo, lo que supone un índice de positividad del 7%. Al acabar la jornada, el número de pruebas ascendió a 1.394, de las que 87 dieron positivo en coronavirus, un 6,2% de positividad.

El dispositivo cuenta con 10 mesas en las que los sanitarios realizan los análisis de antígenos (de los que se han llevado 5.000 unidades al polideportivo) a los vecinos, que acuden voluntariamente. Se encargan de las pruebas 30 profesionales de la Sanidad balear: se trata de un grupo mixto formado por 12 enfermeras y técnicos de Laboratorio equipados con el llamativo EPI de color verde, otras 12 técnicas de cuidados de enfermería y otra media docena de profesionales sanitarios.

En el polideportivo se colocaron media docena de estufas para combatir el frío y sillas para que se sienten los voluntarios, a los que se asigna un número por el que son llamados por megafonía. Además, ese número aparece en una pantalla de gran tamaño.

La persona que da positivo pasa a continuación a una pequeña carpa instalada en una esquina de la instalación, donde es sometida a una prueba de PCR (algunas se han enviado al Laboratorio del Hospital Son Espases para estudiar la cepa de la que proceden) para comprobar con certeza que está contagiada. Se inicia entonces la labor de rastreo de sus contactos directos, a los que se hace una PCR, con el fin de evitar que se produzca una cadena de contagios.

Los primeros en llegar

El primer test fue realizado a Esperanza Tavara, peruana de 62 años que reside en la isla desde hace cuatro décadas. Vive en Platja d'en Bossa y encabezaba la fila: «Vine a primera hora por temor a que llegara mucha gente y me tocara esperar mucho rato». Dice sentirse «preocupada» por el avance de la pandemia y, por el bien de su familia, desea saber si es portadora del coronavirus.

El segundo en entrar fue Fausto Merín Cantuche, de 65 años y residente en ses Figueretes, que también llegó pronto para evitar largas colas: «Total, siempre madrugo», justificó. También está «preocupado» por la expansión del coronavirus: «Y eso que yo me encuentro muy bien a mi edad, quizás porque siempre hice deporte». Ha sido atleta, boxeador y karateca. Está dispuesto, además, a vacunarse en cuanto le llamen: «Hay que estar a lo que haga falta, más en este caso».

El tercero fue el joven Ricardo Campos, que también se desplazó hasta es Pratet desde ses Figueretes. El covid ya ha tocado a tres miembros de la familia de su mujer. Quiere asegurarse de que no es portador «por el bien» de sus allegados. Llegó de los primeros por miedo a tener que hacer una larga cola.

De 66 años, el arquitecto Salvador Roig, residente en Cas Serres, fue pronto para evitar, precisamente, aguardar en el exterior mucho tiempo y por dos razones más: «Primero, porque soy de riesgo debido a mis patologías. Segundo, porque nos hemos de proteger unos a otros. Hay que detectar a enfermos y a asintomáticos para parar esta epidemia».

El cribado masivo en la ciudad de Ibiza durará hasta el 21 de enero y se llevará a cabo de 9 a 18 horas. El Ayuntamiento coordina, junto al Consell, la infraestructura sanitaria dispuesta en el polideportivo Es Pratet, donde la conselleria de Salud del Govern lleva a cabo las pruebas. Cada mesa puede realizar un análisis cada tres minutos. El Ib-Salut prevé dar el resultado a cada persona cada 18 minutos, espacio de tiempo en el que cada línea atiende un promedio de seis pacientes, es decir, 60 en total en la decena de mesas durante ese cuarto de hora, según calculos de un portavoz del Ib-Salut.

Ensayo de la vacunación

A ojos de las autoridades sanitarias, la experiencia iniciada ayer es un «ensayo» del amplio dispositivo que deberán implementar cuando se lleve a cabo la vacunación «de la población general», ya que hasta ahora se ha limitado a las residencias y al personal sanitario.

Pueden participar en esta convocatoria los residentes en el municipio de Ibiza mayores de 16 años, sin cita previa. Basta con que allí muestren su DNI. Las personas mayores y con movilidad reducida tienen prioridad para hacerse la prueba. El Consistorio calcula que este despliegue permitirá la realización de más de 1.500 pruebas diarias.

Para evitar aglomeraciones, se ha dividido la ciudad en tres zonas con diferentes días asignados para la realización de los test de antígenos. Ayer tocó la Zona 1, formada por los barrios de ses Figueretes, Can Cantó, Ca n'Escandell, Cas Serres, es Viver, Can Sifre y Platja d'en Bossa.

Hoy le toca a la Zona 2, que comprende es Soto, sa Capelleta, Puig des Molins, Eixample, sa Colomina, es Clot, sa Real, sa Joveria, Can Misses y Cas Mut.

Y mañana lunes será el turno de la Zona 3, que la integran los barrios de Dalt Vila, la Marina, s'Alamera, sa Penya, es Pratet, es Gorg, sa Blanca Dona, Can Bufí, Paseo Marítimo, Talamanca-s'Illa Plana y es Prat de ses Monges.

Los días 19, 20 y 21 de enero podrán hacerse la prueba los residentes de todas las zonas que no hayan podido asistir el día que se les había asignado.

En tres horas, lo de cuatro días

Un portavoz de la conselleria balear de Salud mostró su satisfacción por la respuesta de los vecinos. «En sólo tres horas hemos conseguido más que en las cuatro jornadas de cribado que hubo a finales del verano en la isla», subrayó. En 180 minutos ya llevaban realizados medio millar de análisis, cuando «no se pasó de 75 o 150 pruebas al día, según el lugar», cuando se llevó a cabo la primera experiencia entre la población de Ibiza y Sant Antoni.

El Ayuntamiento de Ibiza ha habilitado la zona del aparcamiento situada junto al polideportivo para aquellas personas que tengan que acudir a Es Pratet en su propio coche. La grúa tuvo que retirar a primeras horas varios turismos que seguían allí estacionados pese a las señales que advertían desde el viernes de la prohibición de aparcar. Quienes deseen acceder al aparcamiento sólo tienen que comunicar a un guardia de seguridad que vigila el acceso que son parte de los vecinos convocados para hacerse la prueba.