Los centros infantiles de las Pitiüses están atravesando, como muchos otros sectores empresariales, un momento crítico. De una época (antes del covid) en la que tenían prácticamente todas sus plazas ocupadas, han pasado a utilizar solo una parte de sus aulas por el descenso de niños matriculados, ya que muchas familias se han quedado sin trabajo.

Con todos los gastos fijos por pagar, trabajadoras en ERTE e ingresos escasos, subsistir les está resultando muy complicado. En medio de esta difícil situación, las responsables de los centros infantiles homologados por la conselleria de Educación han decidido crear la Asociación de Centros Infantiles de Pimeef. Para mostrar su trabajo y, además, poder aunar fuerzas de cara a la Administración.

Han creado recientemente su propia asociación. ¿Responde esta decisión a alguna necesidad particular del sector?

La asociación surge porque tenemos la necesidad de hacernos valer. Nuestro centros están homologados y cumplen con todos los requisitos de la conselleria: ratio de niños, educadoras homologadas, trabajamos por proyectos... Queremos que la gente vea el trabajo que hacemos, aunque seamos centros privados. Trabajamos igual o incluso más que los centros públicos.

¿La gente todavía piensa en los centros infantiles como simples guarderías?

Sí, mucha gente aún se cree que somos una guardería, pero yo siempre digo que aquí no guardamos nada. En los centros infantiles trabajamos con programaciones didácticas, memorias€ A nivel pedagógico se trabaja igual que en los centros públicos. Además, todos los centros de la asociación pertenecemos a la Red Complementaria de Centros Públicos y Privados de la conselleria de Educación.

¿Ha influido la llegada del covid para acelerar la creación de la asociación?

Lo que más nos interesa es ir todos a una en todos los sentidos, por eso hemos creado esta asociación. Pero a raíz de todo lo que ha pasado a nivel de covid, todo esto tenía aún más sentido. Nos hemos tenido que unir para trabajar juntas, crear protocolos€ Y, por supuesto, también es importante a nivel económico, para analizar los problemas conjuntos y mantener contacto con el Consell.

¿Se han sentido apoyados por las instituciones en este tiempo?

El Consell nos dio unas ayudas, y recibimos otras de la Red de Centros Públicos y Privados del Govern que, a pesar de que no han sido muy cuantiosas, nos han ayudado y por eso subsistimos.

Los centros infantiles estuvieron cerrados mucho tiempo y cuando por fin abrieron en junio la gente tenía miedo de llevar a los niños. ¿Cuál es la situación actual?

Estuvimos cerrados desde el 13 de marzo hasta el 15 de junio, teniendo que afrontar gastos fijos y sin tener ingresos, y eso es mucho tiempo. Cuando abrimos, al principio la gente no traía a los niños por miedo, y era lógico. Era algo desconocido, nadie sabía qué iba a ocurrir. Ahora, con el tiempo, hemos visto que los niños han sido los que menos contagios provocan. Sin embargo, aunque en ese sentido la situación ha mejorado, ahora el problema es el económico.

Aumento del desempleo, ERTE...

Claro, tenemos una crisis económica muy importante. Hay familias que no han trabajado, que siguen en ERTE, otras familias que se han ido porque han despedido a los padres... Incluso niños que, por algún tipo de necesidad, deberían de acudir a un centro infantil, no lo hacen porque sus padres no pueden pagar una mensualidad. O situaciones en las que solo uno de los dos trabaja y no llegan a final de mes.

Antes del covid a veces era difícil encontrar una plaza en un centro infantil. ¿Se ha revertido totalmente la situación?

Hoy en día creo que ningún centro debe tener problemas de falta de plazas. Me puedo equivocar, pero en general es así. Incluso tenemos aulas cerradas. Esto no quiere decir que igual dentro de dos meses la situación cambie pero, sinceramente, yo no lo creo porque, en estas fechas, las familias ya están llamando para pedir citas, para conocer el centro, solicitar información... Y esto no está ocurriendo.

Demasiada incertidumbre.

Claro, ni siquiera los empresarios tienen una visión de lo que va a pasar dentro de dos meses, y más teniendo en cuenta cómo estamos otra vez con el covid. Nosotras ahora, en la vuelta tras la Navidad, a ver cómo comenzamos. Realmente la situación me asusta un poco, no la veo muy halagüeña. Pero bueno, dentro de lo malo, quiero ser positiva.

¿Siguen en contacto con el Consell para buscar algún tipo de apoyo?

Precisamente en diciembre nos reunimos con Sara [Ramón, consellera de Cultura, Educación y Patrimonio] en el Consell para hablar de la situación y le llevamos propuestas para que las estudien y nos ayuden. Hay que tener en cuenta que trabajamos igual o más que una pública pero a nosotros no nos paga nadie los gastos. Nosotros vivimos de los niños que tenemos.

¿Cuáles han sido sus peticiones?

Hemos ofrecido nuestras plazas. Hay pocas escoletes públicas, o al menos hasta ahora eran insuficientes, por lo que les proponemos una especie de convenio de colaboración que puede ser positivo para todos: para las administraciones, que podrán disponer de más plazas, para las familias y, por supuesto, para los centros infantiles. No hay que olvidar que pertenecemos a un sector primario y ofrecemos un servicio para las familias, ayudamos a la conciliación. En este sentido, somos un pilar para la economía. Y, además, somos un sector que da mucho trabajo a las mujeres, algo muy positivo también.

Si la situación continúa así, ¿podrían cerrar centros infantiles?

Pueden desaparecer muchos centros infantiles y, si esto ocurre, estaríamos potenciando la economía sumergida: aparecerían centros no homologados o incluso sin permisos, gente no preparada cuidando a varios niños en una vivienda... La seguridad que ofrecemos los centros homologados, con protocolos muy estrictos, desaparecería, con los peligros que esto conlleva. Yo, como madre, quiero saber que el lugar al que llevo a mi hijo es seguro.

¿Qué significa exactamente el concepto de centro infantil homologado?

En la nueva asociación que hemos creado estamos en total siete centros de infantil homologados por la conselleria de Educación. Hay un centro en Sant Antoni, dos en Sant Josep, tres en Ibiza y uno en Santa Eulària. Es diferente un centro homologado por la conselleria de Educación que un centro infantil que dispone de un permiso del ayuntamiento. Nosotros estamos regidos por Educación, hacemos un tipo de trabajo y estamos obligados a cumplir unos requisitos que no son imprescindibles para ellos.

¿Cómo les ha afectado el covid en el día a día?

Seguimos todos los protocolos: medir la temperatura a los niños antes de entrar, zapatos limpios para estar en el aula, grupos burbuja...

Lo de no poder trabajar con niños de los diferentes grupos debe ser bastante complicado.

Sí, es muy enriquecedor trabajar con niños de diferentes edades porque aprenden mucho unos de otros. Es normal que se tengan que relacionar. Bueno, al final en el parque sí se relacionan, pero así conseguimos que si aparece algún caso tengamos que cerrar solamente un grupo y no todo el centro.

¿Y cómo afrontan este año?

A ver cómo va todo, porque hoy por hoy ni en Ibiza ni en Mallorca estamos muy bien... Dentro de lo que cabe, siempre con el estrés de pensar que te puede pasar, tengo que decir que estoy contenta. Las familias se han portado de maravilla, tienen mucha paciencia, nadie se ha quejado de nada... Así que, para las familias, un 10. Se lo han tomado muy bien. Es lo que hay, debemos guardar todos las medidas de seguridad.

¿Cómo ve el futuro?

El futuro lo veo difícil, muy difícil. Entiendo y veo que todos los sectores lo están pasando muy mal, no nos engañemos. Nosotros somos un servicio necesario, somos un apoyo esencial para muchas familias.