La conselleria de Medio Ambiente del Govern balear rechaza la propuesta presentada por el Ayuntamiento de Santa Eulària para desmantelar la vieja depuradora de Santa Gertrudis. Por su parte, la asociación de vecinos del pueblo, que en los últimos años ha denunciado insistentemente el abandono y peligrosidad de esta infraestructura, en plena zona forestal, mostró ayer su hartazgo y exigió a las administraciones que «dejen de pasarse la pelota unos a otros y acaben con este problema», según su presidente, Joan Tur Roselló.

En el último pleno municipal, Santa Eulària acordó ofrecerse para llevar a cabo el derribo y la retirada de todas las instalaciones de la vieja estación, a cambio de que el Govern le reingresara el coste de estos trabajos en un futuro. Sin embargo, la conselleria de Medio Ambiente informó a este diario de que no aceptaba esta propuesta.

El origen del desencuentro se encuentra en que el solar donde se levantó la depuradora fue cedido por el Ayuntamiento al Govern balear en 1997. Las competencias en materia de saneamiento son municipales, pero en el caso de Balears, los ayuntamientos firman convenios con la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (Abaqua) para que esta empresa pública autonómica gestione las depuradoras.

Planta obsoleta

La planta quedó obsoleta a los pocos años y eran constantes las denuncias por vertidos y hedores que llegaban al centro del pueblo. Finalmente, se aprovecharon las obras de ampliación de la carretera de Sant Miquel para canalizar las aguas residuales de Santa Gertrudis hasta la estación depuradora de Vila. Desde entonces, acumula una década degradándose en plena zona forestal.

En febrero de 2018, tras las denuncias de la asociación de vecinos, el Govern anunció que estaba dispuesto a devolver los terrenos a Santa Eulària, pero tal y como estaban. Es decir, con toda la infraestructura abandonada.

Por su parte, el Ayuntamiento rehusó la devolución de su propiedad hasta que se retiraran todas las instalaciones y los terrenos recuperaran el estado en que se encontraban en el momento en que se cedieron al Govern.

Casi tres años después, el Ayuntamiento insistió de nuevo en su decisión en su último pleno municipal, celebrado el 17 de diciembre. Uno de los puntos del orden del día consistía en renovar el acuerdo con Abaqua para la gestión de las instalaciones de saneamiento y depuración del agua, que se aprobó con los votos favorables del equipo de gobierno del PP y de los concejales del PSOE. Los concejales de Unidas Podemos se abstuvieron.

El texto aprobado en pleno incluía un punto en el que el Ayuntamiento ofrecía peritar el coste de la retirada de la depuradora de Santa Gertrudis y ejecutar las obras, pero con el compromiso de que el Govern le abonase los gastos. Finalmente, sigue sin haber un compromiso por parte de ninguna de las dos instituciones implicadas para retirar toda la infraestructura.

Residuos

A pesar de los reiterados vallados y tapiados que se han llevado a cabo en la entrada del recinto, el acceso a la depuradora sigue siendo posible, ya que son constantemente destrozados. En los antiguos depósitos de aguas se encuentran troncos, residuos e, incluso, el casco de una moto de agua.

La asociación de vecinos denuncia que se trata de un foco de degradación donde se celebran botellones, con el consiguiente riesgo de incendio al encontrarse rodeado de pinos y de vegetación.