Enrique Gómez inicia mañana una nueva etapa profesional en la jefatura de Operaciones de la comandancia de la Guardia Civil de Balears, en Palma. Gallego nacido en Cartagena hace 43 años, adquirió notoriedad pública en 2006, cuando dirigió la Operación Puerto que desmanteló una importante red de dopaje en el deporte de élite español, y cuando estuvo al frente de la Agencia de Protección de la Salud en el Deporte (2014-2017). A la pregunta de por qué vino voluntariamente a trabajar a Ibiza, responde como buen gallego: «¿Por qué no? Volver a seguridad ciudadana, ser jefe de unidad, es un entorno amable, una unidad de referencia nacional como lugar turístico... Es un sitio que tiene todos los atractivos». Asegura que ha sido feliz en todas sus etapas profesionales. ¿Qué echará de menos de Ibiza?: «Al final lo que se echa de menos es a las personas».

¿Por qué se hizo guardia civil?

Mi padre era oficial de la Armada. Quería entrar en la Escuela Naval, pero no pude por problemas de vista. El año 1997 fue el asesinato de Miguel Ángel Blanco [a manos de ETA], que impactó a toda la sociedad, y ese año decidí ingresar en la Guardia Civil. En 1998 ingresé en la Academia General Militar.

Después de tres años en las Pitiusas, ¿de qué se siente más satisfecho?

De la plantilla de la Guardia Civil, es mucho mejor que el jefe, por su alto grado de implicación y capacidad de respuesta.

¿Qué asignatura pendiente deja?

Quizás haber sido mejor jefe para la plantilla.

¿En qué sentido?

Tengo una plantilla que es mejor que yo, es muy buena.

¿Cuáles son las situaciones más difíciles que ha vivido? ¿Alguna le ha afectado especialmente?

Quizás la más complicada ha sido el estado de alarma con la pandemia, el control de la restricción de movilidad, que fue muy intenso, el cierre de locales en una situación de incertidumbre y cómo nuestra actuación podía afectar tanto a la evolución de la enfermedad como a la actividad económica de la isla. La actuación de la policía tenía una repercusión directa en la vida de las personas. La situación era muy complicada para toda la sociedad.

¿Se ha sentido impotente ante alguna situación?

En esa misma época. La Guardia Civil tiene el adjetivo de benemérita. Uno siempre se siente impotente de no poder ayudar más a la sociedad para la que trabaja.

Es habitual que a mujeres y niños víctimas de delitos sexuales y violencia de género se les ponga en tela de juicio, incluso por parte de miembros de las fuerzas de seguridad y trabajadores judiciales, lo que a veces es determinante para que ni siquiera se investigue el presunto delito. Esto no ocurre con víctimas de otros delitos. ¿Por qué?

En la parte que me afecta a mí como guardia civil, nosotros lógicamente tratamos de que a cualquier víctima, especialmente de los colectivos vulnerables, como víctimas de violencia de género, menores o mayores, se les atienda de una forma especial. Viendo esa necesidad creamos un grupo concreto, que está ubicado en Santa Eulària, que supervisa a todas las víctimas y actuaciones de las unidades, hace el seguimiento, se encarga de los temas más delicados que puedan afectar a menores de edad, especialmente vulnerables, por ejemplo de menos de 10 años, y las víctimas de violencia de género de riesgo extremo o alto. Es cierto que existen a veces prejuicios que hemos tratado siempre de eliminar y hemos conseguido homogeneizar todas nuestras actuaciones. No sé si la pregunta responde a una realidad o no, todo lo que no sea garantizar los derechos del supuesto autor y asegurar la protección de la víctima está claro que es un fallo del sistema. Se trate de víctimas vulnerables o no. Si son víctimas vulnerables quizás tengan unas secuelas especialmente graves en este tipo de delitos porque dejan marcas que van a acompañar a la víctima durante el resto de su vida. Cualquier error tiene una especial trascendencia.

La Guardia Civil investiga casos graves de violencia de género y abusos sexuales a menores, pero en el juzgado de Ibiza a veces se estrellan contra un muro y no prosperan. ¿Qué está fallando?

La Guardia Civil no valora las actuaciones judiciales, hacemos las primeras diligencias desde el momento de la denuncia hasta la puesta a disposición judicial del autor, y en el caso de que no haya autor, la puesta a disposición de la fiscalía y del juzgado del atestado y todas las actuaciones. Son el juzgado y la fiscalía los que valoran esas actuaciones y, en base a los indicios y evidencias recabadas, toman las decisiones oportunas para garantizar los derechos del supuesto autor y la protección de la víctima.

Niños víctimas de abusos sexuales en Ibiza están durante meses sin atención psicológica por la falta de un informe que tiene que hacer la psicóloga forense. Una docena de familias afectadas denunciaron el caos y descoordinación entre las instituciones que les tienen que atender, y el desamparo en el que se encuentran los críos. Usted conoce de cerca estos casos por las investigaciones de la Guardia Civil, ¿qué medidas habría que tomar para evitar el desamparo de las víctimas y la impunidad de los agresores?

Nosotros hacemos todas las diligencias posibles que permitan esclarecer los hechos. Informamos al juzgado y a la fiscalía y en su caso al servicio de Protección de Menores, que depende del Consell. La actuación de la psicóloga forense la activa el juzgado. No es nuestra competencia valorar el trabajo de la psicóloga forense, porque aparte lo desconocemos.

Pero que haya críos que están durante meses sin atención psicológica porque falta un informe, como ciudadano supongo que le preocupa.

Lo que me puede preocupar como ciudadano es que se pongan a disposición de cualquier colectivo vulnerable todas las herramientas posibles para protegerles. El mecanismo para activar todos esos recursos de protección y seguimiento corresponde a las administraciones competentes, que en este caso no es la Guardia Civil.

¿El problema es la falta de medios o de sensibilidad, desinterés e incompetencia de personas que no están haciendo su trabajo como deberían?

En la parte que me afecta a mí trato de que todas nuestras unidades tengan el mayor interés y el mayor grado de competencia posible para poder hacer el mejor trabajo, y en ocasiones para las víctimas será insuficiente si no obtienen la respuesta deseada. Nuestra obligación es exigirnos cada día mejorar, debemos ser críticos con nosotros mismos. Entiendo que esta forma de proceder la tienen los demás organismos de la Administración.

Tiene un firme compromiso personal con la lucha contra la violencia de género. ¿El sistema protege adecuadamente a las víctimas y les da los recursos necesarios para que puedan salir de la violencia?

Es una pregunta compleja porque la parte policial es un elemento importante, pero es tan fundamental como otros muchos que interactúan en la violencia de género. Enjuiciar todo el sistema es muy complejo, las víctimas son de diferentes perfiles, con diferentes necesidades y sería pretencioso por mi parte valorar si sí o si no. Hay una cifra de víctimas elevada, no todo son las víctimas mortales, pues hechos incluso leves pueden tener una trascendencia psicológica para las víctimas mayor de lo que el hecho objetivo puede parecer a priori. La resolución no es sencilla y los medios siempre serán insuficientes para dar respuesta a un problema tan complejo como la violencia de género en nuestro país.

En violencia de género a menudo el problema no es tanto la escasez de medios como la falta de formación y los prejuicios de trabajadores y funcionarios que están en la primera línea en la atención a las mujeres. ¿Cree que en la Guardia Civil hay que mejorar aún en este sentido?

Considerar que el trabajo de la Guardia Civil es excelente es pretencioso. Lo que tenemos que hacer es mejorar diariamente. Una denuncia por violencia de género es compleja porque tiene una serie de condicionantes alrededor, en la valoración del riesgo de lo que ocurre... es un momento muy complicado para la víctima, dar el paso de denunciar. Hay que tener una formación continua, tenemos un sistema de formación permanente de nuestro personal que atiende al ciudadano, y hacemos un seguimiento por parte del grupo de Viogen de las actuaciones de las unidades. Decir que nuestra actuación es perfecta€ si es buena o no deberían valorarlo las víctimas. Tenemos que ser críticos con nosotros mismos y tratar de mejorar la actuación de cada uno de nuestros agentes, empezando por el propio jefe de la compañía.

En entornos tan pequeños como Ibiza y especialmente Formentera denunciar a la pareja o expareja maltratadora es especialmente difícil, y puede convertirse en una auténtica pesadilla para la mujer. ¿Cómo cree que podría abordarse este problema?

En entornos de población reducida pueden existir vínculos familiares o de amistad entre las personas involucradas. Una de las medidas que habría que adoptar es sobre todo trabajar en concienciación. Cuando se dan conferencias o formación todos compartimos un discurso con conceptos básicos, sin embargo uno se olvida de que ese problema es bastante más cercano y no es capaz de identificar esos comportamientos en su propio comportamiento o en el de personas muy próximas. De forma genérica sí compartimos unas ideas pero no las ponemos en práctica en nuestro entorno más próximo.

Supongo que se va con la espina de no haber resuelto el caso de la desaparición y muerte de Nuria Escalante. ¿Confía en que tarde o temprano se dé con los responsables?

Los responsables fueron detenidos, no se encontró el cuerpo.

¿Hubo un problema de recursos, como denunció la familia?

No. Tuvimos el apoyo de la Unidad Central Operativa en cuestión de estudios técnicos, el de la Unidad de Seguridad Ciudadana de Palma, los perros de búsqueda de la Escuela de Perros del Pardo. Hubo un esfuerzo importante con la desgracia de no encontrar el cadáver.

¿En general, faltan medios materiales y humanos en Ibiza?

Como responsable de cualquier unidad a uno siempre le gustaría tener más medios materiales y humanos. Hubo un momento en que a Zidane le criticaban la plantilla del Real Madrid y él seguía jugando con el mismo equipo, decía «este es mi equipo» y ganó tres Champions. No sé si me faltan medios, pero yo juego con un equipo de Champions.

La mafia rusa desarticulada en diversas zonas de España tenía como objetivo infiltrarse en las instituciones y resortes del Estado. ¿Cree que en Ibiza las mafias están infiltradas?

Las operaciones han permitido localizar a integrantes de grupos organizados asentados en Ibiza, bien como lugar de veraneo o de blanqueo de capitales. En la isla, al igual que en otros puntos de la costa de Levante, hay elementos que pertenecen a redes internacionales de crimen organizado. Pero de ahí a considerar que las mafias han llegado a infiltrarse de una forma consistente en la Administración pública, lo pondría en duda.

¿Qué circunstancias hacen de la isla un lugar atractivo para las mafias? ¿Campan a sus anchas?

La situación en Ibiza no es muy diferente a lo que pueda ocurrir en el resto del territorio. Las operaciones policiales ponen de manifiesto que se detectan y que hay una actuación policial y judicial, si no las hubiese sí podríamos decir que campan a sus anchas, pero mientras haya detenciones y actuaciones policiales periódicas creo que decir que campan a sus anchas es una afirmación muy atrevida.

¿Ibiza importa droga para el consumo de la isla o también la exporta?

También la exporta, de hecho operaciones policiales han puesto de manifiesto que somos un lugar tanto de destino como de consumo, en invierno y más en verano, y un lugar de reexportación a otros puntos de la península o de Europa. Diferentes operaciones policiales han permitido identificar grupos organizados en las dos actividades.

Este año se ha producido una llegada importante de pateras a Ibiza que ha topado con la falta de infraestructuras para acoger a los migrantes. ¿Qué ha sido lo más difícil?

El peso lo lleva la Policía Nacional. Nuestro papel es preparar el dispositivo lo antes posible, la localización y la puesta [de los detenidos] a disposición de la Brigada de Extranjería de la comisaría de Policía Nacional, prestarle toda la colaboración, y en el caso de la falta de infraestructuras poner a disposición de quien lo necesite nuestras dependencias o personal para hacer la custodia o el apoyo que haga falta.

¿Cree que esta tendencia en aumento de la llegada de migrantes se va a mantener?

Ha habido un aumento muy fuerte respecto del año anterior, al menos en concentración, y nada indica que eso vaya a cesar.

2021 ha estado marcado por la pandemia y el confinamiento, ¿cómo lo ha vivido? ¿Y en el Cuerpo?

Nuestro personal ha respondido. Como cualquier otro ciudadano, tienen su familia, muchos en la península, y preocupaciones por problemas de ingresos económicos por paro de actividad, algunos se contagiaron o gente muy próxima, y sin la posibilidad de movilidad, como ocurría con cualquier otro ciudadano, y aun así nuestro personal estuvo muy implicado. Lo hemos vivido de una forma relativamente positiva, en cuanto a que nuestro personal ha gestionado situaciones personales y familiares complejas con una amplia dedicación a los cometidos que teníamos encargados.

¿Cuál fue su principal temor en los días duros del estado de alarma?

Que nuestro trabajo no fuera suficiente.

¿Se ha notado un descenso de la delincuencia debido al confinamiento y al parón del turismo y la actividad económica?

Sí, claro.

¿Qué tipos de delitos han bajado más?

Fundamentalmente los delitos contra el patrimonio, y luego los de orden público y los de violencia de género por el descenso de población flotante en verano.

¿Cuáles no han bajado? ¿Prevé un aumento de ciertos delitos debido a la crisis?

Eso lo llevamos previendo desde el principio, al no haber temporada el tipo de delitos contra el patrimonio se ha visto modificado. En época estival hay robos en viviendas, de joyas, de relojes de alta gama, de grandes cantidades de dinero en efectivo. Ahora los robos además de que son muchísimos menos en número son prácticamente de subsistencia, desde alimentos a electrodomésticos; ante la carestía económica baja la cuantía de lo que se roba.

Narcotráfico, dinero negro procedente de la delincuencia, tráfico de mujeres para explotación sexual, bandas organizadas para robar o explotar taxis pirata€ ¿describe esto lo que ocurre en Ibiza? ¿Los cuerpos de seguridad y los juzgados están preparados en la isla para enfrentarse a estas organizaciones mafiosas muy poderosas?

Siendo gallego es difícil dar una respuesta breve€ Con esta pregunta parece que somos el paraíso de los grupos criminales organizados y no es así. La mayor parte de los delitos son leves, no hay hechos con armas ni especialmente violentos. La mayor parte de los delitos contra el patrimonio no son robos con violencia en el interior del domicilio, ni a entidades bancarias, son hurtos o robos con fuerza en viviendas, en su mayoría sin moradores. Podemos tener una mayor tasa de delitos debido a la fortísima variación de población que hay en verano, pero yo no describiría una situación delincuencial catastrófica, como indica la pregunta. Estamos ante una realidad muy similar a todas las zonas turísticas de España, quizás un poco más marcada en algunos aspectos debido a que tenemos una marca asociada al turismo de lujo que supone también un atractivo para un grupo criminal.