Con el calendario de la vacunación y la previsión de que en verano se podría haber inmunizado a cerca del 65% de la población en Balears, así como la puesta en marcha de controles sanitarios en puertos y aeropuertos, los empresarios encaran 2021 con cierto optimismo, al menos para iniciar el camino de la recuperación.

El sector del carburante, un indicador más del funcionamiento de la economía, también espera recuperar un poco la pérdida de la actividad del año pasado, que, en el caso de Carburantes Ibiza, que gestiona la tercera parte de las estaciones de servicio de la isla, se situó entre un 38% y un 40%, según su administrador, Pedro Matutes, que a su vez es portavoz en Ibiza de la Asociación de Estaciones de Servicio de Baleares.

Tras la fuerte caída de la actividad del año pasado, la principal empresa del sector en la isla prevé trabajar en 2021 un 20% más. «Nos podemos equivocar, pero estas son las previsiones», indica Matutes, que cree que han de pasar «dos años» al menos para recuperar la normalidad, es decir el nivel previo a la crisis sanitaria que se inició en marzo.

Pérdida de los meses fuertes

A diferencia de 2020, Matutes señala que este año no se espera que se aplique un confinamiento de la población como el de abril, que provocó una paralización drástica de la economía. «Seguiremos perdiendo, pero la previsión es la de recuperar algo sobre las cifras de 2020», insiste el administrador de Carburantes Ibiza, que, en todo caso, puntualiza que hasta «el final del verano» no se prevé alcanzar la llamada «inmunidad de rebaño» de la población contra el covid, por lo que, lamenta, se pueden perder de nuevo «los meses fuertes de la temporada».

Durante las primeras semanas del estado de alarma, la actividad en las gasolineras de Carburantes Ibiza bajó alrededor del 70%, caída que poco a poco se fue reduciendo. En mayo, cuando se preveía el inicio de la temporada turística, la reducción se situaba en el 60% y un mes después, en el 50%. Matutes asegura que en los meses de verano las gasolineras funcionaron un 45% menos con respecto al mismo periodo de 2019, que, pese a ser «mucho, se esperaba debido a que la planta hotelera funcionó muy poco y la movilidad fue muy reducida».

Sin posibilidad de ERTE

Cuando apenas se había iniciado la actividad turística en la isla, vino la retirada del turismo británico y luego del holandés, belga, suizo y austríaco por recomendación de sus respectivos gobiernos debido al incremento de la curva de contagios. Todo ello afectó severamente a la actividad de las compañías de vehículos de alquiler y la flota de taxis.

Pese a esta situación, el Gobierno central no ha permitido a las empresas del sector la tramitación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a sus plantillas, lo que les ha obligado, destaca el empresario ibicenco, a «mantener los costes fijos pese a la fuerte bajada de ingresos». «Estuvimos obligados incluso a coger a los fijos discontinuos que se contratan cada verano para ampliar los horarios», explica.

Para aguantar, las empresas han tenido que acudir a «sus reservas» o bien buscar financiación externa, según el caso. «No se da importancia a las filosofías conservadoras hasta que pasa una historia como esta», destaca el portavoz de la Asociación de Estaciones de Servicio de Balears.

Inicialmente, el Gobierno obligó a mantener los horarios de las gasolineras al ser un servicio esencial, pero luego abrió la mano y permitió que en verano se redujera el periodo de actividad en algunas de ellas (en Sant Joan y Santa Eulària), pero en ninguna de las ocho que gestiona Carburantes Ibiza. ¿Qué se hizo con el exceso de personal? «Se aprovechó para dar más servicios a la gente y algunos empleados hicieron más vacaciones de las que les correspondían», responde Matutes.

Tras el verano sí se modificó el horario de algunas gasolineras. «De las dos estaciones de servicio que están abiertas 24 horas en esta época del año sólo hay una que funciona todo el día. No tiene sentido que estén abiertas interrumpidamente dos, cuando una ya trabaja poco», explica.

Caída drástica en el aeropuerto

Carburantes Ibiza cuenta con una estación para los vehículos que circulan por el área restringida del aeropuerto, como las jardineras que trasladan a los pasajeros o los carros para transportar los equipajes a los aviones. En este caso, Matutes indica que la bajada se sitúa en el 70% aproximadamente, lo que denota «el escaso movimiento» que hubo el año pasado en el aeródromo ibicenco.

De hecho, tal como publicó recientemente este diario, la llegada y salida de pasajeros de la isla por vía aérea durante el año pasado fue prácticamente la misma que en 1980. De enero a noviembre, el aeropuerto ibicenco gestionó un total de 2.027.818 pasajeros (contabilizando los que llegan y los que se van), apenas 12.270 menos que en el total de hace cuarenta años. Hay que tener en cuenta que 2019 se cerró con 8.155.626 pasajeros, la cifra más alta de la historia del transporte aéreo en Ibiza.