La presidenta de la Asociación de Construcción de la Petita i Mitjana Empresa d'Eivissa i Formentera (Pimeef), Consuelo Antúnez, advierte de que su sector empezará a sufrir los efectos de la crisis «con retraso» a partir de este enero, después de que haya mantenido unos niveles de actividad similares a 2019 hasta octubre.

Antúnez también reclama una mayor agilización administrativa en unos momentos en que los proyectos de obra mayor que aguardan la tramitación de licencia en Ibiza, «con una espera media de 28 meses», suman unos presupuestos de 450 millones de euros que se encuentran paralizados.

«La verdad es que este año hemos trabajado bastante bien y el decreto 8/2020 [del Govern balear nos] nos ha facilitado la actividad porque no se han tenido que paralizar las obras durante el verano», valora la presidenta. No obstante, «el problema está viniendo ahora y se notará sobre todo a partir de enero, porque si no ha habido beneficios en la temporada, tampoco habrá inversiones en obras», se resigna. También se va a notar en los encargos de trabajos domiciliarios, «porque si alguien tenía previsto cambiar un baño o arreglar su casa, renunciará si se ha quedado en ERTE».

Reformas descartadas

Así, asume que van a perder buena parte de los trabajos por obras de reforma de hoteles, viviendas turísticas o locales comerciales que se emprenderían de cara a la próxima temporada turística. «Muchos de los establecimientos ni tan solo han abierto o apenas han podido trabajar durante dos meses, así que no van a poder invertir un dinero que no han obtenido», lamenta.

De hecho, pese a que los indicadores económicos en la construcción apenas han variado respecto a 2019, Antúnez indica que la contratación de personal en su sector, tanto en régimen general como en autónomos, ha ido bajando desde el mes de octubre alrededor del 8%.

El previsible desplome de la actividad en las empresas del sector no es el único reto que deben afrontar. Tanto la patronal balear como la Pimeef han lamentado en los últimos años que la tramitación burocrática de los proyectos de obra mayor sufre una lentitud mucho más acusada que en las administraciones de la Península.

«Los proyectos se van acumulando en los ayuntamientos [baleares] y tienen una media de espera de 28 meses en Ibiza», critica Antúnez. «En municipios madrileños con mucha actividad tardan dos meses y medio en informar de una licencia», compara.

«Hay algún problema en Balears que no sabemos dónde está», apunta, «porque la Ley Montoro afecta a todo el mundo por igual». «Por mucho que digan que no pueden contratar más personal, el número de técnicos es similar en todas partes», incide la representante de la asociación de la Pimeef.

Pese a que su reivindicación para agilizar las tramitaciones es anterior a la crisis sanitaria, Antúnez subraya que ahora es más necesaria que nunca, dado que «el trabajo en la construcción va a quedar muy menguado».

Por el otro lado, «como conseguir una licencia para una vivienda nueva tarda una eternidad», estos retrasos administrativos han propiciado el auge de las reformas integrales, que se pueden ejecutar con licencia de obra menor si no se modifica su estructura. «Mucha gente que busca grandes viviendas de lujo se compra una casa antigua para reformarla sin esperar tres años», explica.