Con el característico retraso que es habitual en todas las obras públicas de envergadura en la isla de Ibiza, ayer quedó oficialmente inaugurada la planta de reciclaje de Ca na Putxa, la primera con que cuentan las Pitiusas y cuya entrada en funcionamiento viene impuesta por las normativas europeas y estatales en materia de residuos. El objetivo de esta instalación, de 50.000 metros cuadrados de superficie, es incrementar notablemente el volumen de residuos para reciclar y reutilizar, lo que permitirá reducir en un 50% el volumen de basura que se deposita en el vertedero.

La principal novedad consiste en la planta de triaje, una gran nave donde maquinaria de última generación recibe los residuos del contenedor gris (el de restos generales) y separa cada uno de sus elementos para recuperar todo lo que se pueda y rebajar al mínimo lo que se destinará al vertedero. Asimismo, se ha instalado una estación de recuperación de lodos de depuradora (que ahora se tienen que llevar fuera de la isla), que se convertirán en compost agrícola de alta calidad (1.500 toneladas anuales) y en material orgánico bioestabilizado (20.000 toneladas) para usos también agrícola.

La planta, que ha sido construida por la Unión Temporal de Empresas Giref, se abastecerá de energías limpias obtenidas en el propio proceso de tratamiento de los lodos de depuradora y de la biometanización. De este modo, podrá generar 3 megawatios, de los que la mitad serán para abastecer la planta y la otra mitad será inyectada a la red pública. El total de energía que se generará equivale al consumo eléctrico de 2.000 viviendas o a todos los colegios e institutos de la isla. Al margen de ello, en el techo de la planta se colocarán 3.000 paneles solares para generar otros 1,5 megawatios.

Todos los residuos reciclables que los camiones de recogida lleven a esta planta serán seleccionados y empaquetados para enviar a la Península. Se tratarán 300 toneladas diarias de residuos mediante las más sofisticadas tecnologías, que incorporan inteligencia artificial.

Aunque las instalaciones ya están en marcha, no alcanzarán su pleno rendimiento hasta el mes de enero, señaló el conseller de Medio Ambiente, Vicent Roig, en su intervención ante las autoridades congregadas.

¿Quién pagará la inversión?

¿Quién pagará la inversión?

Sobre quién recaerá el coste de esta inversión millonaria fue objeto de comentario tanto en los parlamentos del presidente del Consell, Vicent Marí, como de la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer. Esta última afirmó con rotundidad: «No todo puede recaer sobre las espaldas de los ayuntamientos», por lo que pidió «ayuda para la amortización» de estas instalaciones y evitar que el coste final recaiga sobre «los recibos de los ciudadanos».

Vicent Marí, por su parte, trató de conjurar este temor y recordó que «el Consell de Ibiza ha destinado 4,4 millones de su presupuesto para compensar la subida prevista por el tratamiento de basuras y que no suponga una carga fiscal».

Tal y como recordó Vicent Roig, las obras se han desarrollado a lo largo de 26 meses, incluyendo el periodo de confinamiento por la pandemia, por lo que tanto él como el presidente de Giref, Vicent Bufí, agradecieron los esfuerzos realizados por técnicos y profesionales.

El actual presidente del Consell recordó que, aunque le ha correspondido a él inaugurar estas instalaciones, los trámites para hacer realidad este proyecto arrancaron en 2003, siendo presidenta Pilar Costa, y se prolongaron a través de los sucesivos mandatos de la Corporación.

La presidenta del Govern, Francina Armengol, anunció la «implicación absoluta» de su gobierno en las políticas de sostenibilidad ambiental en la isla.