Un estudio elaborado por la organización ecologista balear GEN-GOB constata pérdidas de casi el 40% en algunas de las zonas de las praderas de posidonia oceánica de la bahía de Talamanca, en Ibiza.

El informe científico, que estudia el estado de las praderas, el fondo marino y la fauna de Talamanca, muestrea las cinco estaciones de seguimiento instaladas en el año 2019, cuatro en la bahía y una estación en Cala Roja, cuando se realizó el primer estudio, según detalló el Consistorio en un comunicado de prensa.

Según el informe del GEN-GOB, de estas estaciones, cuatro se mantienen estables, sin signos de recuperación, y una quinta registra una tendencia negativa, «con una tasa de mortalidad anual de haces de casi un 40%».

Además, el documento, que se presenta esta tarde a partir de las 19 horas a través de la plataforma distrito07800, señala que hay zonas de la bahía donde más del 50% de la pradera está muerta.

El informe recoge que los principales factores de degradación ambiental son el fondeo incontrolado de embarcaciones de recreo, el vertido de aguas residuales y el vertido de salmuera procedente de la desaladora.

Para el técnico del Área Marina del GEN-GOB, Xisco Sobrado, esta situación de «degradación ambiental» pone en peligro los beneficios ecosistémicos que aporta la posidonia oceánica en Talamanca.

Seguimiento anual

Seguimiento anual

Por su parte, el concejal de Medio Ambiente de Ibiza, Jordi Salewski, explicó en la misma nota que «el objetivo es hacer un seguimiento científico anual para determinar el estado ambiental de la posidonia, su evolución anual y proponer medidas de mejora en su gestión».

Además, el concejal reconoce que «se necesitará al menos un seguimiento de cinco años para estudiar el comportamiento del fondo marino, pero estos estudios ya nos mostraron una tendencia».

Estos primeros análisis del año 2019 mostraron que los peores resultados se detectaban en las estaciones de seguimiento instaladas bajo s'Illa Grossa y en la zona de mayor profundidad de la bahía, donde más de la mitad de las praderas se encontraron muertas, según explicaron entonces desde el Consistorio.

En los otros dos puntos de control instalados en la bahía, uno en la zona de menor profundidad y el otro cercano al emisario, la conservación de las plantas de posidonia en las praderas se encuentran en torno al 70%, también por debajo del umbral del 88% que se considera óptimo, según detalló Sobrado en una rueda de prensa hace ahora un año.

Para esa primera evaluación del estado de la bahía, se tomaron como indicadores, entre otros, la densidad y dinámica de la población de las praderas de posidonia, así como de los peces, microinvertebrados y la fauna y flora ligada a estos ecosistemas, detallaron en ese encuentro con los periodistas en diciembre de 2019.

La producción de oxígeno, la transparencia del agua, la producción de arena y el efecto de mitigación del cambio climático «son servicios ecosistémicos que aporta esta planta marina que no nos podemos permitir perder», advierten ahora desde el Ayuntamiento al presentar los datos del segundo informe.