El Ayuntamiento de Santa Eulària ya ha encargado la redacción del proyecto básico de la nueva versión de la segunda fase del Palacio de Congresos que, según la alcaldesa, Carmen Ferrer, se adapta a las necesidades que requiere actualmente el mercado de congresos, convenciones, reuniones de trabajo, incentivos y eventos (MICE, por sus siglas en inglés).

Los arquitectos que en su día diseñaron el complejo cultural, la parte construida, y la segunda fase aún pendiente, han proyectado un nuevo edificio de dos alturas «diáfano y versátil» que permite dividir el espacio en diversas salas estancas y, sobre todo, habilitar un gran espacio con una capacidad para 1.000 personas, clave para que el Palacio de Congresos sea «competitivo». «Nuestra oferta es muy buena, pero nuestra limitada capacidad nos deja fuera de muchos canales de venta. Perdemos mucho negocio por no contar con esta infraestructura», subraya Ferrer.

El centro cultural, la primera fase del proyecto global, cuenta con un aforo para 437 personas. El Palacio de Congresos se construirá, tal como estaba proyectado, pegado al centro cultural en el solar que ocupa el aparcamiento. El acceso a ambos edificios será compartido a través de la rampa actual.

La alcaldesa destaca que el nuevo diseño se ha consensuado no sólo con los miembros de Ibiza Convention Bureau, el departamento de Fomento del Turismo especializado en el mercado de congresos e incentivos, sino también con empresas de catering de iluminación y sonido de la isla.

El proyecto original preveía una gran campana de sonido y un auditorio con capacidad para 1.160 espectadores preparado para ofrecer espectáculos de artes escénicas (una ópera) con las mejores condiciones acústicas. «No es necesario hoy en día», indica Ferrer. Por ello, ahora se opta por eliminar la campana y «simplificar» el edificio. Sin columnas, el nuevo espacio, como se puede ver en las imágenes adjuntas, contará con una planta de casi 3.500 metros de superficie que se podrá dividir en salas independientes e insonorizadas, a las que se accederá a cada una desde «el deambulatorio» exterior, con árboles, que rodeará el perímetro del edificio.

Aparte de «la versatilidad», el nuevo proyecto apuesta por «la tecnología» y se prevé, según explica la alcaldesa, que para habilitar la sala con capacidad para un millar de personas se levante el suelo y se utilice la planta sótano (ver imagen superior), donde se ubicará el escenario y las gradas desmontables (también en la planta superior) para constituir un auditorio. Los arquitectos han planteado al Ayuntamiento hasta cuatro sistemas distintos para levantar el firme que separa la planta con el subsuelo.

En la planta sótano se ubicará el aparcamiento con capacidad para 150 vehículos, además de tres salas para que las empresas de catering puedan cocinar, servicios (sistemas de elevación a la planta superior) y espacios para almacenaje. La alcaldesa reconoce que se ha comentado que la capacidad de aparcamiento «se puede quedar corta», pero que, por la proximidad del mar, se ha descartado construir una planta más en el subsuelo por cuestiones técnicas y de coste.

Financiación del proyecto

La alcaldesa destaca que, pese a la tecnología que se incorpora al proyecto, se reduce el coste. Inicialmente, la infraestructura estaba presupuestada en 31 millones de euros, una cifra inalcanzable para el Consistorio sin la implicación del Govern balear o el Estado, motivo por el cual nunca se ha ejecutado. Ahora, Carmen Ferrer indica que el presupuesto se tiene aún que «definir», pero se calcula que se reduzca a «la mitad, en torno a 15 y 16 millones».

El Consell ha solicitado a la UE 23,3 millones para este proyecto. La segunda fase del Palacio de Congresos forma parte del paquete de 25 proyectos por valor de 118,9 millones que la institución insular ha presentado a la convocatoria de Fondos Europeos para la Recuperación y Resiliencia que está previsto que se ejecuten entre 2021y 2027. Carmen Ferrer insiste en que el proyecto es necesario para ser «competitivos».