Los socorristas del servicio de vigilancia y salvamento en playas que han prestado servicio este año en el municipio de Santa Eulària tuvieron que atender este verano casi 8.200 servicios de todo tipo, la mitad que en el año 2019. Así lo refleja la Memoria del Servicio de Vigilancia y Salvamento en Playas de Cruz Roja, que presta al servicio para el Consistorio, y que fue presentada ayer por el presidente de la Asamblea Insular de esta ONG, Manuel Marín Corral, a la alcaldesa, Carmen Ferrer.

El documento, informó el Ayuntamiento, destaca cómo la temporada activa del servicio se ha reducido por la crisis del coronavirus, de manera que estuvo operativo desde principios de junio hasta el 4 de octubre, aproximadamente mes y medio menos de lo habitual.

Este hecho y la falta de turistas ha supuesto una menor afluencia a las playas, en parte compensada por los residentes en la isla. Aun así, el total de intervenciones de todo tipo ha pasado de las 16.586 del pasado año a las 8.180 de este, una reducción del 50%.

En cuanto a tipología de las intervenciones, se aprecia un descenso en todos los apartados, si bien resulta remarcable que los rescates descendieron en una proporción menor que el resto de las actuaciones. En 2019 hubo 205 salvamentos frente a los 146 de este año, una caída aproximada del 25%.

Por zonas, Cala Nova fue la más complicada, puesto que se han tenido que realizar en ella 74 rescates, la mitad del total, remarcó el Ayuntamiento. La popularidad de la playa entre los residentes y la naturaleza de las corrientes que se dan en ella explicarían estas elevadas cifras. A continuación se sitúa s'Aigua Blanca, con 30 salvamentos, seguida por es Figueral con 28 y, finalmente, Cala Llenya con 14.

Las asistencias sanitarias alcanzaron la cifra de 375 frente a las 1.118 de 2019. Cala Boix (81) y Santa Eulària (78) fueron las zonas con más alertas de este tipo. En el resto de categorías las picaduras de medusas se situaron en 543 (273 menos que el pasado año), las actuaciones de prevención fueron 2.965 (-2.220) y los servicios de información alcanzaron los 4.4221 (-4.844).

La memoria también recoge los datos del servicio de baño asistido a personas con movilidad reducida que se prestó en las playas de Santa Eulària y Cala Llonga. El informe, además, remarca que «se ha recibido muy buena acogida por los usuarios que se benefician de este tipo de servicios y que se desplazan de diferentes puntos de la isla para poder utilizarlos».