Tanto el diseño como la ejecución de los Premis Diario de Ibiza son obra del escultor Pedro Hormigo (Ibiza, 1971). El proyecto surgió en 2018, con motivo de la celebración del 125 aniversario del decano de la prensa matutina balear. El artista ibicenco, que ya acumulaba experiencia en la creación de galardones, se embarcó sin dudarlo en este nuevo reto: dar forma escultórica a la historia de Es Diari.

Tras semanas dando vueltas a la idea, Hormigo optó por centrarse en un aspecto que le atraía especialmente, la impresión. Su meta era plasmar en el premio la evolución del periódico a través de los cambios que se habían producido a lo largo de los años en su tipografía.

El resultado de este trabajo es una estatuilla de aparente sencillez en la que cada detalle está dotado de significado. Está hecha en bronce, el material que predomina en la obra de Hormigo. Tiene una altura aproximada de 30 centímetros y pesa más de cuatro kilos. La escultura la integran trece tipos móviles de imprenta, que apilados forman la cabecera de Diario de Ibiza.

En una de las cuatro caras de cada uno de estos trece tipos aparece, en alto relieve, un año. El primero, en la base, es 1893, que es cuando se fundó el periódico. El autor ha querido destacar por su importancia tanto esta fecha como 1991, momento en que Prensa Ibérica compró Diario de Ibiza. Además, se reflejan todos los años en que se produjo un cambio en la tipografía de la publicación.

En otra cara, el artista reproduce cada una de las letras que componen Diario de Ibiza empleando la tipografía que estaba vigente en las distintas fechas recogidas en la pieza. En la cúspide llama la atención la @. Con ella Hormigo quiere representar el último momento clave de la historia de Es Diari, su transformación digital, y remarcar que el presente y el futuro del periódico está ligado indisolublemente a las nuevas tecnologías.

En el lado opuesto de cada tipo, se ven las mismas letras, pero en bajo relieve y con la tipografía que el periódico emplea en la actualidad. El movimiento en espiral que tiene esta pequeña escultura concede protagonismo a este plano.

En cada edición hay un pequeño detalle que varía en el galardón, el año que aparece en relieve en el tipo que corona la escultura, en este caso, 2020.

Del cartón al metal

Del cartón al metal

El proceso que va desde el primer boceto del premio en papel hasta su materialización en bronce es largo y laborioso. El escultor invirtió en 2018 más de tres meses.

En aquel momento, Hormigo hizo un primer prototipo con cajitas de cartón. A continuación talló en cera los trece tipos de la escultura, apilándolos y soldándolos entre sí.

A partir de esta pieza, Hormigo creó un molde en silicona que le permitió a su vez hacer varias copias, de nuevo, en cera. Después creó los moldes de fundición de mortero refractario, que introdujo en un horno tipo cerámico para quitar los restos de cera y el agua acumulada. Para terminar, fundió en un crisol el bronce, aproximadamente tres kilos por pieza, y lo vertió sobre los moldes. Para el artista, éste es el momento más mágico de todo el proceso, que termina tras retocar cada una de las esculturas obtenidas. Primero se eliminan las imperfecciones, luego se da una pátina de negro francés, que pretende imitar la tinta, y después se anclan las estatuillas a una base de mármol.

Cada edición el artista ibicenco tiene que repetir una parte importante de todo este proceso. Este año de su horno han salido cuatro Premis Diario de Ibiza, dos de ellos los recibieron, el pasado jueves, los trabajadores sanitarios del sector público y privado de las Pitiusas y dos más, Ibiza Contigo y Carritos Solidarios. Como explicaba esta semana el propio autor, esta vez el proceso de elaboración de las esculturas se vio ligeramente alterado por el coronavirus. Hormigo tuvo que adaptar los tiempos de la fase final del trabajo al toque de queda establecido en Ibiza como medida para frenar la pandemia.