«El agua es un vector fundamental dentro de la estrategia de Sant Antoni para convertirse en una ciudad inteligente». Por este motivo, y respondiendo a su «compromiso con la innovación y la mejora continua», Facsa y el Ayuntamiento anuncian que han puesto en marcha un plan de transformación tecnológica en el servicio de abastecimiento de agua y alcantarillado, para actualizarlo en favor de una gestión más eficiente y sostenible.

La primera actuación -que se lleva a cabo mediante inversiones comprometidas de 3.500.000 euros que aporta en su totalidad Facsa- ha sido instalar 1.200 contadores inteligentes equipados con tecnología de telelectura vía radio LoRa. «Un número que se verá incrementado en las próximas semanas por decisión de la compañía a fin de dotar de una mayor cobertura a la ciudadanía», apuntan desde la empresa.

En concreto, la instalación se ha realizado en el barrio de ses Païsses y en el núcleo urbano de Sant Rafel -que forman sectores hidráulicos definidos-, así como en los grandes consumidores del municipio.

Las ventajas de esta tecnología para los abonados son «múltiples», destaca la empresa, «ya que permite disponer de información en tiempo real del consumo, así como configurar alertas personalizadas ante la existencia de una posible fuga o un consumo muy elevado, evitando la pérdida de agua y los costes por consumos excesivos».

Facsa añade que la tecnología también ofrece «ventajas para la gestión técnica de todo el sistema de abastecimiento, ya que hace posible controlar el rendimiento hidráulico de la zona, la disminución de pérdidas en la red y recopilar información para la modelización del sistema o la previsión de la demanda», añade.

Minimizar las fugas

Minimizar las fugas

Con ello se consigue minimizar el volumen de las fugas en red, al acortar considerablemente el tiempo de detección y, por tanto, de reparación, pudiendo detallar, además, si se trata de fugas públicas o particulares para avisar al abonado afectado, detalla la empresa.

La diferencia con un sistema convencional de telelectura reside, matizan, en la red fija LoRa. Una tecnología que Facsa ha puesto a disposición del Ayuntamientoy que es totalmente compatible con cualquier tipología de sensórica adicional, lo que posibilita implantaciones smart city en el municipio.

Así, y a fin de dar un paso más para convertir Sant Antoni en una smart city, Facsa explica que ha iniciado la «instalación de sensores de muestra de humedad y temperatura, sensores de aparcamiento para indicar en tiempo real la disponibilidad de plazas, sensores ambientales, sensores de sonido y sensores de residuos, capaces de medir en tiempo real el nivel de llenado y la temperatura de los contenedores, a fin de optimizar su gestión ahorrando tiempo, dinero y reduciendo las emisiones de CO2».

Desde la compañía señalan que esta actuación, junto con otras iniciativas del plan de transformación tecnológica que concluirán este año, «generará una infraestructura inteligente que permitirá tener todos los datos en directo para optimizar los recursos al máximo dar un salto cualitativo y cuantitativo en términos de sostenibilidad».