La labor humanitaria que emprendió Marco Martín desde el inicio de la crisis por el Covid-19, que en estos momentos supone una ayuda para la subsistencia de más de mil familias, le ha hecho merecedor del Premio Diario de Ibiza a la Solidaridad de este año. Un reconocimiento que el propio interesado no podía imaginarse cuando un impulso le empujó a colocar unas cajas de recogida de alimentos para la gente que empezaba a pasarlo mal en su barrio.

Todo comenzó en el Supermercado Malacosta, en es Viver, «en el minuto cero del estado de alarma». En la entrada del comercio, este patrón de Salvamento Marítimo colocó unos carteles para animar a los clientes a donar algún producto de primera necesidad y que aquellos que sufrían apuros pudieran llevarse lo que necesitaran.

Tras improvisar un tenderete, con los carteles como reclamo, entró a la tienda para adquirir un primer lote de ayuda con los 200 euros que recolectó entre un grupo de amigos. «Mi sorpresa fue que, al salir con la compra, ¡las cajas ya estaban por la mitad!», recuerda.

Extensión

«Si la iniciativa funcionaba en es Viver, podría hacerlo por toda la isla», pensó. Creó un número de cuenta para recaudar fondos y, con la difusión a través de las redes sociales y la adhesión de otros voluntarios, se extendieron en un primer momento a 50 supermercados.

Bajo la marca y el logo de Carritos Solidarios, se creó una red para que «cualquier vecino de cualquier parte de Ibiza, si no tenía dinero en ese momento, pudiera acudir a su supermercado más cercano y encontrar todo tipo de productos para pasar el día».

La idea inicial era que los carros de la compra colocados en la entrada de los establecimientos se fueran autoabasteciendo con las aportaciones de los propios clientes. Sin embargo, llegaron los problemas debido a la picaresca de la gente, que empezó a aprovecharse de esta iniciativa y del altruismo de los vecinos, acaparando casi todas las donaciones, incluso sin tener ninguna necesidad.

Carritos Solidarios tuvo que cambiar su sistema. A finales de mayo, llegó a producirse alguna trifulca en la que tuvo que intervenir la policía por culpa de incívicos que querían llevarse el carrito por completo. «No podía permitir que la gente que aportaba su ayuda no tuviera la garantía de que acababa en buenas manos».

Entonces, no hubo más remedio que organizar un sistema para recoger de manera periódica los alimentos en los más de 60 supermercados que, entonces, ya se habían comprometido a colaborar en el proyecto. Este cambio también implicaba que toda la ayuda debía pasar a repartirse de manera ordenada.

Voluntarios

El Consell de Ibiza cedió una nave de sa Coma y entró en juego el Equip Voluntari y la Asociación de Veteranos Militares, contribuyendo en la recogida, almacenamiento y reparto de las donaciones de los clientes en los carritos. El material se distribuye periódicamente entre las entidades benéficas encargadas de la asistencia social en la isla, como Cáritas y la Cruz Roja, así como asociaciones y plataformas locales que cuentan con un banco de alimentos, como el propio Equip Voluntari, Ibiza Food Bank, Adra o Médicos del Mundo.

Nuevas ayudas

Durante todo este proceso, a medida que la demanda de ayudas empezaba a saturar a Cáritas y la Cruz Roja, también se sucedían las adhesiones al proyecto. La asociación Voluntaris d'Eivissa se sumó a las labores de atención de los carritos en los supermercados, las cooperativas agrícolas y Agroeivissa empezaron a donar excedentes de fruta y verdura y la empresa Punkytrans, a transportar el material al almacén de sa Coma o a las naves de refrigeración de Ibiza Delivers, otros colaboradores altruistas.

De igual manera, el reparto de alimentos, que en principio se centraba en productos no perecederos, se ha ampliado con vales de fruta y verdura para las familias necesitadas. Además, la iniciativa Ibiza Contigo, también surgida como respuesta humanitaria ante los efectos de la crisis del Covid-19, ha donado a Carritos Solidarios cerca de 50.000 euros, destinados específicamente a la compra de material escolar, productos sanitarios y de alimentación para bebés y niños pequeños.

«Carritos Solidarios es un organismo que no recoge nada por sí mismo, sino que se le han añadido un montón de entidades de la isla para aportar su ayuda», subraya Martín. El listado de entidades y empresas que apoyan este proyecto solidario también incluye a Bomberos, Protección Civil o Emergencias, dispuestos a echar una mano cuando se necesita, así como Fundació Deixalles, Dipesa, el colegio Morna o distribuciones Eloy Serrano, entre otros.

Entre todos han contribuido a que unas mil familias de Ibiza se hayan beneficiado con más de 250 toneladas de alimentos y otras productos necesarios en estos momentos de crisis.

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