El cadáver de uno de los dos pilotos que iban en el avión Piper Seneca, que cayó al mar el martes de la semana pasada, cuando hacía el trayecto entre Ibiza y Tarragona, ha sido hallado este miércoles por la mañana, según informa la Agència Catalana de Notícies (ACN)

Una embarcación de pesca de Castellón lo ha encontrado esta mañana. A primera hora de la tarde se ha podido confirmar que se trataba de Marc Francesch, de 42 años, uno de los dos ocupantes de la avioneta del Aeroclub de Reus, vicepresidente de la Asociación de Campings de Tarragona y presidente de Junts per Catalunya en Torredembarra.

Por otro lado, se trabaja con la hipótesis que el otro ocupante de la avioneta, un agente de los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Cambrils de 35 años, se encuentre entre los restos de la aeronave que lunes se localizaron a unos 110 metros de profundidad.

Se prevé que esta misma semana se lleve a cabo la operación para poder recuperar el aparato siniestrado del fondo marino.

El avión bimotor, pilotado por dos socios del aeroclub de Reus, de 42 y 35 años, desapareció el martes de la semana pasada sobre las 19.00 horas. Según informó el aeroclub, la aeronave habría caído al mar durante un vuelo entre Ibiza y el aeropuerto de Reus en la provincia de Tarragona, por motivos que aún se desconocen y cuando se encontraba a 75 kilómetros de su destino.

Los responsables del aeroclub destacaron que los dos pilotos contaban con amplia experiencia y estaban realizando un vuelo privado, que había partido de Reus ayer por la mañana para aterrizar en Ibiza a las 11.30.

El aparato, de color amarillo heredado de un antiguo operador, la empresa valenciana Avialsa, se había incorporado a la flota del club aéreo en 2019.

La aeronave era usada para los vuelos a la demanda de sus socios o cursos de iniciación y a su vez se usaba en la MFS, Mediterranean Flight School, división de este aeroclub para la formación de aviadores profesionales.

El pasado lunes efectivos de un dispositivo de la Armada Española hallaron restos de la avioneta a unos 110 metros de profundidad mientras dos barcos procedentes de la base de Cartagena (Murcia) rastreaban la superficie y las profundidades de la zona donde se estrelló la avioneta, cerca del Delta de l'Ebre (Tarragona).