Transcurrido más de un año del actual mandato, el nuevo gobierno del Consell (la coalición entre el PP y Ciudadanos) no ha contratado aún la auditoría prevista para revisar las tarifas de la estación de autobuses de la ciudad de Ibiza (Cetis) que suponen, en condiciones normales (antes de la crisis sanitaria), un coste para las arcas de la institución insular de un millón de euros al año. El convenio de seguimiento del Cetis, suscrito en el pasado mandato entre el Consell y el Ayuntamiento de Ibiza, establece que cada año se revisarán las tarifas de la estación «si una de las partes lo pide».

El conseller insular de Transportes, Javier Torres, asegura que aún no se ha iniciado el proceso para contratar a una auditora que determine si los costes de las tarifas son los que corresponden porque, primero, se debe acordar con el Consistorio «qué es lo que hay que auditar exactamente» y «los requisitos que deben cumplir las empresas» que opten a este contrato, entre otras cuestiones. «Si dependiera del Consell ya lo habríamos contratado. Trabajamos en una serie de cosas desde hace tiempo y esperamos llegar pronto a un acuerdo [con Vila] e iniciar la licitación», indica.

Sin embargo, el concejal de Movilidad de Vila, Aitor Morrás, sostiene que hace «dos meses» ya se acordó con el Consell que éste iba a contratar la auditoría y que los técnicos de las dos instituciones cerrarían las condiciones. «La pelota está en el tejado del Consell. Si no se ha hecho aún no es porque el Ayuntamiento haya puesto alguna traba», puntualiza.

En el pasado mandato, el PP, que estaba en la oposición, acusó al equipo de gobierno (PSOE y Podemos-Guanyem) de «tragar» con el pago diario de 3.500 euros por el uso del Cetis, cuando, además, las principales líneas de transporte tienen su parada en la calle del exterior de la estación subterránea. En este sentido, Torres asegura que «uno de los puntos» que debe evaluar la auditoría es el pago de las tarifas del Cetis, aunque no se haga uso de esta infraestructura. Es decir, un usuario de la línea de Santa Eulària con Ibiza que se baja en la parada de Isidor Macabich, antes de llegar al Cetis, paga 10 céntimos más por el uso de la estación, que en realidad no utiliza.

El Consell asume la tarifa de tres euros que deberían pagar las empresas de autobuses por la entrada y salida de cada vehículo del interior del Cetis, incluso los que no bajan a la terminal y cargan y descargan en las paradas de las calles que rodean la estación. Esta cuantía (780.000 euros al año antes de la pandemia), junto al déficit que las compañías de autobuses justifican por el cambio de recorridos y la pérdida de pasajeros tras el traslado al Cetis, suman el millón de euros apuntado.

Un sobrecoste de 40 millones

Un sobrecoste de 40 millones

Torres sostiene que «no se puede aceptar» pagar esta elevada factura durante los 40 años de vigencia de la concesión del Cetis y destaca que una estación, ya sea la de Sant Antoni «o una que se pueda construir en superficie como plan B, cuesta entre cuatro o cinco millones». «No tiene sentido que acabemos pagando 40 millones de euros por la estación. Hay que recordar que la estación forma parte de una concesión mayor, que es todo el edificio del Cetis. Pero por un extraño motivo se decidió que nosotros cargaríamos con el déficit de explotación de la estación», cuestiona el conseller.

El nuevo plan de transportes por carretera que el viernes se aprobará en el pleno de forma definitiva prevé que el Ayuntamiento (cuando supere los 50.000 habitantes) se haga cargo del transporte urbano de Vila (seis líneas) y, por tanto, tendrá que asumir la parte proporcional de los costes del uso del Cetis.