El Consell de Ibiza presentó ayer una campaña de promoción de panellets para el día de Todos los Santos elaborados con almendra ibicenca, que, en su primera temporada, cuenta con la adhesión de tres pastelerías ibicencas. Esta iniciativa, además de fomentar el producto de proximidad, busca la renovación de las viejas plantaciones de almendros en la isla, ya que prácticamente están al límite de su vida productiva.

Los tres hornos que ya han empezado a producir sus dulces bajo el lema 'Això sí és d'Eivissa! Panellets amb ametlla d'Eivissa', son Forn Can Coves, Forn Can Bufí y Can Vadell. «Esta iniciativa es importante para dar a conocer un producto tan importante y tan valorado, pero que hace años que [las cosechas]van a menos y esperemos que la gente se anime a sembrar o renovar las plantaciones de estos frutales», destacó el director de Agricultura del Consell de Ibiza, Joan Marí.

Cooperativa de Sant Antoni

Cooperativa de Sant Antoni

La presentación de esta campaña promocional tuvo lugar en la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni, donde, desde el año 2015, cuentan con una máquina peladora de almendras, una de las primeras iniciativas que se emprendieron para revitalizar su comercialización. La mayor parte de la producción que recibe la cooperativa llega al mercado a través de la empresa Frutos Secos Ibiza, que es también el proveedor de los tres hornos que participan en esta campaña de panellets.

«Ya hace cinco años que trabajamos con la Cooperativa de Sant Antoni, pero nos encontramos con que esta temporada ha habido muy poca almendra y se debe recuperar el campo con iniciativas como esta», apuntó el director comercial de Frutos Secos Ibiza, Miguel Pérez. Así, la propia Cooperativa de Sant Antoni tiene en marcha un proyecto piloto de plantación de 500 almendros con un sistema de regadío, «para ver si se consiguen unos árboles más productivos», anunció el gerente de la entidad, Juan Antonio Prats.

«Los almendros ya son muy viejos, la sequía les está afectando mucho y conviene impulsar nuevas plantaciones», incidió Prats. En estos momentos, se están arrancando los árboles viejos de la finca de Sant Antoni donde se va a desarrollar este sistema de regadío «para que después sirva para compartir la experiencia con otros agricultores que puedan estar interesados».

De 2.000 a nueve toneladas

De 2.000 a nueve toneladas

Para calibrar el alcance de la caída en picado de la producción de almendra, Prats detalló que este año se han cosechado 9.385 kilos, mientras que el año pasado fueron 28.900. Las cifras aún son más preocupantes si se tiene en cuenta que, cinco años atrás, se recogieron cien toneladas y que en los años sesenta se llegaba hasta las 2.000 toneladas por temporada, según detalló el técnico de Promoción Alimentaria del Consell de Ibiza, Josep Lluís Joan.

«Los almendros están en el final de su vida productiva, hay que tener en cuenta que la última plantación en el Pla de Corona fue hace 40 años y, si los frutales no se han cuidado y fertilizado, ya no producen más tiempo», explicó Joan. Además del proyecto piloto que prepara la Cooperativa, el propio Consell ha impulsado otra plantación experimental con 286 almendros en dos fincas del Pla de Corona, una de ellas con sistema de regadío y otra tradicional de secano.

«Es importante que ahora se han solicitado ayudas para una plantación de 250 almendros y hay un par de productores interesados, que es la manera de renovar y conseguir que se pague un buen precio para esta almendra», subrayó.

En este sentido, el técnico del Consell incidió en que la producción de Ibiza no puede competir en precio con «la almendra low cost de California, que este año ha tenido una superproducción y ha hundido los precios del mercado internacional». Por ello, dado que «la almendra ibicenca está muy valorada por su sabor, ya que es muy dulce», su salida pasa por campañas como las de los panellets, para «crear estas cadenas locales dirigidas a mercados más selectos».

En su momento, la almendra ibicenca fue tan preciada que ya consta que en 1840 era la segunda exportación de la isla, después de la sal, destinada principalmente al Norte de Europa, según recordó Joan. «Era un producto muy caro que se destinaba a la venta y aquí solo se consumía dos veces al año en días de fiesta , con la salsa de Nadal y los panellets de Tots Sants».