¿A qué atribuye que Ibiza sea la ciudad número 15 en España con mayor incidencia de contagios de coronavirus?

Es difícil… Creo que esta pregunta no sabrían contestarla ni los propios epidemiólogos. Hay una cosa común en todas las ciudades que están en esta lista negra: tienen una densidad de población muy alta. La de la ciudad de Ibiza, con más de 4.000 residentes por kilómetro cuadrado, es la más alta de Balears. Entiendo que también se ha producido una cierta relajación de los ciudadanos con las medidas de seguridad, sobre todo en el entorno familiar. Se dice que la situación está tan mal por la entrada de turistas sin ningún tipo de control, pero creo que este argumento se cae por su propio peso porque en Menorca también han entrado en las mismas condiciones y la incidencia de contagios es mucho más baja [el viernes sólo 35 casos activos y ningún hospitalizado]. No hay que buscar tantos culpables sino ser corresponsable e intentar que cada uno asuma las normas. Las cifras son muy malas y tampoco creo que lo hayamos hecho tan mal, por lo que no hay una explicación muy concreta.

¿Quién no lo ha hecho tan mal?

Ni la Administración ni los ciudadanos. Venimos de un confinamiento muy duro, de haber estado dos meses encerrados, de afrontar posiblemente la situación más difícil que hemos vivido en democracia. Hay gente que lleva mejor las normas y otra peor. Creo que en general se ha cumplido, pero el hecho de que algunos no lo hagan provoca que resurja el virus. Sobre todo los jóvenes, que se relajan mucho. Aún se ponen multas a personas por no llevar la mascarilla. He estado unos días en Madrid, y ahí no es que no veas a gente sin mascarilla, es que no ves ninguna mal puesta. Y nadie puede poner en duda de que Madrid está en una situación muy crítica, pero es que nosotros nos encontramos a dos pasos de Madrid. A mi alrededor, veo que la gente no percibe una sensación de peligro en Ibiza.

A la conselleria de Salud le preocupa la evolución de los contagios en Ibiza. ¿Cree que habrá más restricciones en los próximos días?

No, por ahora no. Evidentemente si las restricciones no funcionan y no bajan las cifras [de contagios], a lo mejor se alargan en el tiempo. Han funcionado en Salamanca, donde se tuvieron que alargar hasta unos 20 días, en Palma y espero y deseo que también en el Eixample.

¿Piensa que 15 días puede no ser suficiente?

No lo sé. Es pronto para valorar si las cifras son buenas o no. Espero que en unos días bajen los contagios. Ayer [por el jueves] estuve reunido con las autoridades sanitarias y me transmitieron que las cifras son muy preocupantes.

De momento los datos de la zona confinada de Sant Antoni son mejores que los de Vila. ¿A qué lo atribuye?

Pues no le sé decir. Entiendo que aquí hay una alta afectación, que intentamos hacer las cosas bien, pero que el virus se expande rápidamente. Hay que ser muy serios y cumplir las normas al máximo para que no se tengan que poner más restricciones, sobre todo para salvaguardar la Atención Primaria de Sanidad, que está muy tensionada ahora mismo. La ciudad de Ibiza está ahora mismo en 668 casos por 100.000 habitantes, cuando Europa recomienda que para que un destino turístico sea seguro no sobrepase los 50. No desescalaremos este camino fácilmente. Tenemos que ser muy conscientes y estrictos, por lo que apelo a la responsabilidad individual y colectiva en un momento tan difícil.

¿Qué grado de cumplimiento cree que hay de las restricciones de movilidad del Eixample?

Por lo que veo, creo que la mayoría cumple. Es cierto que la Policía Local, cada dos por tres, ha de paralizar fiestas sin permiso en algunos bares… el otro día hubo una fiesta en la playa, en la Punta des Viver, en la que había personas de la zona restringida y sin mascarilla. Es decepcionante y frustrante que aún se esté parando a gente que va sin la mascarilla y que no cumple el distanciamiento social. Entiendo que la mayoría cumple, pero no sé si es suficiente, porque basta que algunos no lo hagan para que esto no pare. Las cifras son las que son, nadie se las ha inventado, y ahora mismo estamos en una situación muy crítica por lo que apelo a la responsabilidad de cada uno, también a de los grupos políticos de la oposición.

De momento, la conselleria de Salud ha dado marcha atrás y permite el culto en las iglesias y el uso de instalaciones deportivas dentro del perímetro de restricción. ¿Está justificado?

Podríamos decir que ajustan las medidas. Afecta a las iglesias, academias de baile y gimnasios con unas medidas muy estrictas, con un aforo del 25%. Se controlará que se respete la distancia de seguridad, el uso de la mascarilla… Esperamos que vaya bien y no sea un foco de contagio. No está habiendo muchos contagios con la práctica deportiva si se mantienen las distancias. Estos negocios estaban cerrados [en la calle Aragón hay dos gimnasios y dos academias de danza] y es difícil hacer entender que los que hay en otra calle sí están abiertos.

¿Y por qué no pueden ir a comprar al Mercat Nou las personas que viven fuera del perímetro de restricción?

Bueno… esta pregunta deberían responderla las autoridades sanitarias. El Mercat Nou está abierto. En el caso de las iglesias, las academias de baile y los gimnasios tampoco podrán ir personas de fuera del perímetro. Esta flexibilización se ha pensado para intentar ayudar a estas pequeñas empresas.

¿La decisión es pues exclusiva de la autoridad sanitaria?

Sí, todas las medidas las adopta la conselleria de Salud. Me hago corresponsable y las apoyo porque creo que son las que corresponden. Sobre mi conciencia no pesará que, con estas cifras tan malas, en su momento no actuamos como debíamos. Tengo que agradecer a los ciudadanos y comerciantes el esfuerzo y el sacrificio que hacen así como el trabajo impecable de la Policía Local.

¿Y tiene una explicación de por qué inicialmente la consellera de Salud, Patricia Gómez, dijo que sí podía ir al mercado la gente de fuera del perímetro?

Creo que fue fruto del momento tan complejo que vivimos -con unas cifras muy malas-, de la tensión. Durante el estado de alarma también teníamos muchas preguntas sobre una amplia y variada casuística. También reconozco que la conselleria de Salud debe mejorar su comunicación. Estas medidas, que son difíciles de entender, se han de explicar muy bien. Por eso, le pedí a la presidenta [Francina Armengol] que viajasen a Ibiza [los expertos de Salud], como han hecho hoy [el viernes], para explicar las cifras de contagios y que los medios de comunicación pudieran preguntar y repreguntar todo aquello que no se acaba de entender. La situación es difícil y cuantas más explicaciones se den, mejor.

¿Estos fallos de comunicación denotan que ha habido cierta improvisación?

Bueno, yo creo que la conselleria trabaja en un momento de máxima presión y dificultad. Yo he pedido una mejora en la comunicación y una mayor coordinación para que no se vuelva a dar información que no sea correcta, porque esto provoca que los ciudadanos se irriten más. Hay que intentar calmar a la gente y hacerle entender que la situación es muy delicada. Se te cae el alma al suelo cuando ves que Ibiza está entre las 15 ciudades de España con mayor incidencia y que alrededor se encuentran todas las ciudades de Madrid. Pero esto hay que doblegarlo entre todos. La solución no pasa sólo por la consellera de Salud ni el alcalde, sino por todos. Sobre todo con el objetivo de poder iniciar la próxima temporada con un horizonte.

¿Por qué durante el confinamiento real de la población en marzo si se permitía a cualquier persona ir a comprar al Mercat Nou y ahora no? ¿Cómo se entiende esta contradicción?

Las decisiones son complicadas y entiendo que los epidemiólogos intentan hacer equilibrios entre la vertiente social y la económica. No puedo entrar a valorar si es contradictorio o no. Los ciudadanos y los dirigentes debemos entender que son decisiones complicadas y que tenemos que apoyarlas. No estoy capacitado para decir si son o no correctas. Otros alcaldes lo cuestionan y creo que es irresponsable intentar marcar el paso, condicionar o estar en contra de unas medidas que se adoptan por el bien de todos. Entiendo la crispación que hay en el mercado, y la protesta. Hemos pasado por más de 800 comercios y les hemos explicado la situación de la mejor manera que sabemos. Entiendo la frustración de los comerciantes, pero no la poca responsabilidad que tiene, por ejemplo, el portavoz del PP [José Vicente Marí Bosó] del que esperaba más corresponsabilidad y sentido de Estado.

Los comerciantes ya hablan de pérdidas del 70% ¿Va a haber ayudas para compensarlas?

Ya lanzamos una línea de ayuda consensuada con el Consell y el Govern balear de casi dos millones de euros. Reconozco que pensaba que seríamos más ágiles [para tramitarlas]. El conseller ya reconoció en el Parlament que había un retraso y pedía disculpas por ello. Yo también pido disculpas porque la situación es límite, pero somos el único municipio en el que los comerciantes ya están cobrando estas ayudas, que hay que reconocer que son insuficientes. Me puse en contacto con el Consell y el Govern para estudiar la posibilidad de sacar otra línea de ayuda, aparte de la anterior, para los comerciantes de la zona restringida, y espero tener una respuesta la próxima semana.

¿Ha pedido que se corrija alguna medida más?

No. La diócesis, las academias de baile y los gimnasios se hacen corresponsables de las medidas que deben adoptar y por ello yo les he apoyado. El criterio que se ha seguido siempre ha sido técnico y lo ha marcado la autoridad sanitaria. También se ha valorado lo del mercado [que gente de fuera del perímetro de restricción pueda ir a comprar], pero por el momento no lo ven factible. Si las cifras de contagios tan malas bajan la semana que viene, creo que podremos reclamar que se flexibilice. Pero esto está en manos de todos, tanto de los que están dentro del perímetro como fuera.

¿Planteó alguna alternativa a la conselleria de Salud para tratar de evitar esta medida?

Quiero agradecer el diálogo con la conselleria. Lo que dije es que Son Gotleu no tenía nada que ver con el Eixample, que se ubica en pleno corazón de la ciudad, donde hay una cantidad importante de servicios. Así lo transmití a la conselleria de Salud. También es curioso que sólo el 16% de la población de la zona de cribado se ha hecho la prueba. He reclamado que se haga durante más tiempo, que se incida y se llame a la gente porque también es una forma de combatir la pandemia. Lo que se busca es controlar a los asintomáticos y a las personas que deben aislarse y no lo hacen. Hay equipos multidisciplinares, con nuestros trabajadores sociales, que van puerta a puerta, acompañando, porque hay gente que no se aísla porque no quiere y personas que no pueden hacerlo. A estas últimas hay que ayudarlas.

¿Por qué cree que sólo el 16% de los residentes en las calles limítrofes a la zona restringida se han hecho la prueba de PCR?

He preguntado a la conselleria si se ha llamado a la gente, si se ha insistido… Creo que a lo mejor ha fallado algo en la comunicación, en decir que se trata de una prueba gratuita. Pero también creo que incide el factor miedo y que haya personas que prefieran no hacerse la prueba, porque no vaya a ser que salga positiva.

¿Salud planteó el cierre de todo el municipio?

Claro que se planteó porque las cifras… pero se ha pensado mucho en el tejido comercial y en los puestos de trabajo. Espero y deseo que las medidas que se han adoptado funcionen. Tengo esperanzas, pese a que las cifras de la ciudad de Ibiza sean muy malas, porque en otros lugares ha funcionado. No quiero pensar en un escenario que implique cerrar toda la ciudad.

¿Considera justificado que las calles del perímetro de la zona de restricción queden fuera a pesar de que tengan una elevada incidencia de contagios?

A ver, en algún punto hay que marcar el final. Hay otras zonas con incidencia alta, como es Viver, que no están dentro del perímetro. Se intenta ir paso a paso, y en éste se ha decidido cerrar por aquí. Esperemos que funcione, que mejoren las cifras y que no haya que poner más restricciones. Esto lo marcará también la situación del Hospital Can Misses y los centros de salud. El objetivo es evitar que se colapse el hospital.

¿Usted participó en la decisión del trazado del perímetro?

No, es una decisión técnica que adoptó la conselleria de Salud.

¿Es necesaria una sanción de 1.500 euros a la persona que daba de comer a personas sin recursos durante el confinamiento?

Parece que el alcalde lo controla todo en todo momento. Y yo, evidentemente, no sanciono a nadie expresamente y los funcionarios hacen su trabajo y las inspecciones que tocan. En una democracia como la nuestra el ciudadano que considere que se le ha sancionado de manera incorrecta o que crea que no tocaba, tiene el derecho a presentar alegaciones. No le quiero dar demasiada importancia, soy consciente de que este asunto ha tenido repercusión porque no es una sanción popular, como ninguna de las que se ponen. Pero el Ayuntamiento actúa en base a una legislación vigente y que se ha de respetar.

¿Qué piensa de que el teniente de alcalde Aitor Morrás, de Unidas-Podemos, su socio de gobierno, pida al Ayuntamiento «sensibilidad» en este asunto?

Cada uno tiene la posición que tiene. Y el señor Morrás hace esta afirmación cuando forma parte del equipo de gobierno. Mucha gente dirá: «Pero si usted es el Ayuntamiento». En un gobierno de pacto a veces hay fricciones y nosotros intentamos resolverlas atendiendo el día a día y los compromisos del pacto de gobierno. El PSOE tiene una larga trayectoria de gobiernos de pactos en esta ciudad y posiblemente algunos no. Algunos han de entender que en un gobierno de pacto hay que renunciar a ciertos postulados porque, si no se cuenta con mayoría absoluta, se tiene que hablar y consensuar con los compañeros de coalición. Yo me hago responsable sólo de lo que diga yo.

¿Era más fácil su relación con el portavoz del grupo aliado en el pasado mandato[Joan Ribas, de Guanyem]?

Bueno… las relaciones se construyen día a día, y estamos en proceso de hacerlo. El tiempo dirá si hemos sido capaces de superar nuestras tensiones y diferencias. Es evidente, y no voy a ocultar, que hay ciertas desavenencias que vamos superando, como el caso de la propuesta de Unidas Podemos de retirar el nombre del Rey emérito, Juan Carlos I, al paseo marítimo de la ciudad [fue rechazada el viernes en el pleno]. Para empezar, todo el mundo le llama paseo marítimo, pero bueno… son cosas del día a día.

¿El fracaso del Gobierno central en la aprobación del decreto sobre los remanentes de las administraciones locales, del que usted se erigió en defensor, le deja en mala posición?

Creo que deja en una mala posición a la ciudad de Ibiza porque teníamos previsto utilizar, prácticamente, 10 millones de euros [de los 20 millones de remanente acumulado] y teníamos muchos proyectos en marcha. Esto viene de una ley injusta que siempre he criticado. El estado ideal sería derogarla. Lo decía cuando el presidente era Mariano Rajoy, del PP, y lo digo ahora con Pedro Sánchez. Afrontamos una pandemia que nos ha dejado asolados a todos y la ministra [María Jesús Montero] ha sido la primera que ha puesto una alternativa sobre la mesa. No sé cuál es la alternativa del PP, sólo que se ha negado a que la ciudad de Ibiza tenga más servicios e inversiones para crear puestos de trabajo, más dinero para hacer escoletes… Esta es la realidad. A partir de aquí, no entiendo por qué el PP se negó y no presentó una alternativa a una ley que es suya y que, en 12 años, nunca ha criticado.

Pero el Gobierno ofrece ahora a los ayuntamientos la posibilidad de utilizar una mayor parte de su remanente que no habría sido posible si se hubiera aprobado la primera propuesta.

Lo que yo pienso es que los ayuntamientos son instituciones soberanas que no necesitan tutelas de nadie. Además, el de Vila es un Ayuntamiento que no arrastra ninguna deuda y tiene superávit, un remanente de 20 millones de euros, y con las dificultades extremas que tenemos ahora mismo en materia social. No se puede hacer a la idea de cómo está trabajando nuestro servicio social. Es algo nunca visto. Ahora todo el dinero está en el banco, y se mantiene esta situación. Todo lo que sea mejorar esta situación… Si ahora se consigue un mejor acuerdo, yo lo celebraré, pero la urgencia es muy grande, y si el decreto se hubiera aprobado, ahora mismo la ciudad de Ibiza se encontraría en una mejor situación. No damos abasto.

¿Por qué no es posible, como defendía su partido, derogar directamente la ley?

Yo sigo pidiéndoselo al presidente, pero soy realista y sé que, en estas circunstancias, es harto difícil. El error fue crear esta ley injusta con los ayuntamientos.