«Pueden decirme el nom des porc, lo asumiré, pero las restricciones son decisiones técnicas. No critiquen medidas que son puramente técnicas». Así de contundente se mostró ayer la consellera balear de Salud, Patricia Gómez, durante su comparecencia en el Parlament balear, que ella misma había solicitado y que se prologó durante más de tres horas y media.

En su primera intervención, la máxima responsable de la sanidad pública balear hizo un relato cronológico de la pandemia en las islas desde sus primeros momentos. «Las cifras de esta segunda oleada no son comparables con las de la primera. Entonces sólo se detectaban los casos graves porque no teníamos capacidad de detectar los leves o asintomáticos. Ahora, el 50% de los positivos son asintomáticos», indicó, pausada, Gómez, antes de defender las medidas que su departamento ha ido adoptando: prohibición de la actividad del ocio nocturno, obligación de la mascarilla, prohibición de fumar en el espacio público, cierre de playas por la noche... La consellera sacó pecho al defender que Balears ha sido de las primeras o, incluso, la única comunidad en adoptar algunas de ellas.

«Falta un mínimo de autocrítica», indicó la portavoz del PP en materia de salud, la ibicenca Tania Marí, que calificó la situación actual del virus en las islas como «dramática». «La sanidad está desbordada. Sólo puede sentir orgullo de una cosa: de unos profesionales sanitarios que no se los merece», continuó Marí, que acusó a Gómez de llevar a cabo una gestión «temeraria» y de «ser incapaz de velar por la salud de los habitantes de Balears». La popular criticó que las medidas son «improvisadas» y que esto genera «inseguridad» en los ciudadanos, también que tres de las seis calles con mayor incidencia en la isla estén fuera de las zonas confinadas.

Antònia Martín, de Podemos, reclamó más recursos mientras que Juanma Gómez, de Cs abundó en la denuncia de la falta de autocrítica de la consellera y denunció la situación de las listas de espera. Miquel Ensenyat, de Més, defendió que el Govern «ha puesto la salud por encima de la economía» y que sólo el tiempo determinará si las decisiones que se han tomado han sido «oportunas o no». Vox denunció que sigue esperando poder visitar hospitales de las islas mientras que Lina Pons, de El Pi, reclamó efectivos para garantizar que se cumplen las normas aprobadas por Salud y que la conselleria comience ya a prepararse para una posible «tercera ola». El grupo mixto pidió un rastreo de las aguas fecales y desde el PSOE hicieron hincapié en que «nadie conoce del todo las características del coronavirus».

Mucho más combativa se mostró la consellera en su segunda intervención, en la que negó que la realidad sea dramática, aunque reconoció que es «bastante complicada». De la misma manera garantizó que el alcalde de Sant Antoni contaba «con un informe por escrito en el que se explicaban las medidas restrictivas». A este respecto, defendió que las limitaciones tienen como objetivo «proteger a la población».

Gómez reconoció que la población «está cansada de una situación que se puede complicar aún más». Además, defendió que Salud cuenta en estos momentos con material de protección individual para los profesionales sanitarios para cuatro meses y un stock de fármacos para tres meses. Además, afirmó que, aunque reducir las listas de espera «es prioritario», la actividad está limitada por el espacio dedicado en los hospitales al Covid.

La consellera reconoció la falta de profesionales, especialmente para Atención Primaria, para donde se ha contratado a unos 300 profesionales y donde los médicos están, incluso, doblando turnos que se les están pagando. «Somos de las pocas comunidades que lo está haciendo», afirmó. «¿Hace falta gente? Sí. ¿Tenemos más médicos de familia que contratar? No, no hay donde contratarlos», concluyó la consellera.