En tiempos de crisis, en este caso sanitaria, suele ser común que el ser humano agudice el ingenio. Es el caso de Andrés Damián Martínez Doña, que ha inventado un termómetro que mide la temperatura a través de la muñeca sin contacto físico, que dispensa gel hidroalcohólico y que, en caso de detectar más de 37 grados de temperatura corporal activa una luz, a la manera de un semáforo, que se pone roja si supera esa cifra y, en caso contrario, verde. El invento se llama 'Endurance' y es autónomo, ya que cuenta con placas solares para alimentar las baterías del sistema.

Al principio parecía sencillo, pero Andrés Martínez se las tuvo que ingeniar para sacar adelante el prototipo de su invento que está en trámites de patentar, aunque lamenta que «lleva mucho tiempo y papeleo».

Todo empezó durante el confinamiento por la pandemia del Covid-19. Entonces observó que los termómetros que se usan para tomar la temperatura en grandes espacios públicos lo hacían apuntando a la frente con una especie de pistola, lo que a su juicio «es muy invasivo» y puede incomodar a las personas. Consultó con varios médicos que le indicaron que el segundo punto más fiable para tomar la temperatura corporal, además de la frente, es la muñeca. A partir de ahí empezó todo: «Me dije, voy a hacer un aparato que tome la temperatura en la muñeca y que sirva para todo el mundo, pero lo importante también es que es autónomo ya que es solar».

Andrés Martínez es especialista en fibra y molduras de barcos, pero se define como «escultor y autodidacta en esto de los inventos». De hecho tiene varios, aunque en esta ocasión pensó hacer algo «para que cumpliera una función específica en este momento tan complicado que estamos pasando».

El aparato soporta muy bien las condiciones exteriores, gracias a la carcasa de fibra y carbono que contiene la parte electrónica del invento: «Ahora estoy con el trámite de patentar el invento y mi idea es poder comercializarlo, estoy preparado para construir unos 10 seguidos, luego ya veremos», explicó ilusionado.

El sistema electrónico se basa «en una placa madre, un sensor de electrochoque, digamos, un sensor de temperatura y un segundo que hace activar, según los grados corporales, la luz roja o verde».

El inventor asegura que el truco es que estos sensores están enfrentados: «Hay uno arriba y otro abajo del arco por donde pasa la muñeca sin ningún contacto».

Añade que ha conseguido que la lectura de la temperatura se realice de forma muy rápida «ya que es para grandes espacios con el fin de evitar que se formen colas». Explica que el precio que pone a su invento, el 'Endurance', es de 1.000 euros, más IVA.

Desvela que ya ha ofrecido al colegio de su hija, el CEIP Can Cantó, la posibilidad de instalar el aparato en la entrada del centro, con un nuevo modelo que ha adaptado a la estatura de los más pequeños.

Andrés Martínez espera que su invento llegue a los grandes espacios públicos, desde aeropuertos a supermercados, «por donde transita mucha gente, por lo menos para saber que nadie que entre en un sitio tenga fiebre, esa es la idea para mí, mi manera de colaborar para superar todo esto», explica.