El cierre cayó sobre el centro urbano de Sant Antoni y el Eixample de Vila, como estaba previsto, a las diez de la noche del viernes, y la situación no generó problemas, según ambos Ayuntamientos. La población confinada, casi 27.000 personas, 15.944 en Vila y 10.700 en Sant Antoni, supo reaccionar con responsabilidad, o estoicismo. Fue un cierre pacífico, destacaron tanto Vila como Sant Antoni. En el caso de Vila, poco antes de la hora del cierre se vivió una manifestación no autorizada contra las nuevas medidas de confinamiento que, por suerte, no representó ningún augurio. Al llegar las diez de la noche, con la entrada en vigor de las nuevas restricciones de movilidad, la población de la ciudad de Ibiza mostró un comportamiento cívico. (Ver galería de imágenes)

A esa hora, la Policía Local desplegó un dispositivo de información y control en el barrio del Eixample y, según destacó el Ayuntamiento, no se produjo ninguna incidencia de relevancia. Durante la noche hubo presencia de patrullas de la Policía Local y la Policía Nacional en puntos fijos cuyos agentes realizaron tareas de control e información. Las personas que circulaban por la calle fueron informadas por los agentes de las nuevas medidas y «todo el mundo mostró una actitud colaboradora y comprensiva», subrayó el Ayuntamiento.

No obstante, la Policía Local de Ibiza denunció a los responsables de un establecimiento del Eixample, en zona confinada, que no respetó el horario de cierre, las diez de la noche, y levantó cinco actas por fumar en la vía pública. Fuera de los límites del cierre, los agentes locales tuvieron que intervenir en un local del puerto de Ibiza que tenía las puertas cerradas pero en el interior había unas 30 personas consumiendo alcohol y los camareros no llevaban la mascarilla obligatoria. Todo esto fuera del horario permitido, con música y baile, sin respetar las medidas de seguridad y distancia social establecidas en el plan para hacer frente a la crisis, informó el Consistorio. Como medida cautelar, la Policía Local procedió al desalojo del establecimiento y levantó actas por todas las infracciones observadas. En este sentido, se formuló una denuncia contra los dueños del negocio por no respetar el horario de cierre y se levantaron 19 actas por no llevar la mascarilla.

Igualmente, los agentes de la Policía Local desalojaron un bar del barrio de Can Escandell, donde se estaba celebrando una fiesta.

En Sant Antoni, por su parte, la Policía Local también realizó ayer un balance positivo de la primera noche y la primera jornada de confinamiento, en la que los agentes únicamente tuvieron que informar a ocho personas y disolver un grupo en la calle Santa Agnès. A las diez de la noche se llevó a cabo un control de establecimientos y todos ellos, dijeron desde Sant Antoni, cumplieron con el horario de cierre estipulado en la resolución de la consellera de Salud y Consumo. Aparte del apercibimiento en la calle Santa Agnès, nada más destacable ocurrió durante la noche en Sant Antoni, según el Ayuntamiento.

Durante los próximos quince días, tanto en Sant Antoni como en Vila está previsto mantener el operativo policial; en el primer caso con la Policía Local y Protección Civil, y en el segundo con la Policía Nacional y la Policía Local, todo ello para garantizar la correcta aplicación de las nuevas medidas excepcionales.

Mensajes por megafonía

Además, en ambos municipios está previsto que desde los coches patrulla, y desde los vehículos de Protección Civil en el caso de Sant Antoni, se difundan mensajes a través de los megáfonos recordando a la población la necesidad de permanecer confinados y cumplir con todas las medidas de seguridad. También está previsto colocar carteles que ha preparado el Govern balear con estos mismos mensajes.

Igualmente, en ambos municipios, durante la noche se llevarán a cabo trabajos de limpieza en la zona y, a primera hora de la mañana, comenzarán las tareas de desinfección en los puntos con más tránsito de público, como las entradas de supermercados, cajeros, paradas de transporte público, así como la limpieza y desinfección de papeleras y contenedores.