Los centros educativos de las Pitiusas, a las puertas de la 'nueva era de la enseñanza', empezarán a llenar sus aulas y pasillos de nuevo el jueves 10 de septiembre. Una encuesta hecha por este periódico en Ibiza y Formentera a 19 colegios públicos (de un total de 38) y a cuatro institutos de los ocho que hay en las Pitiusas de titularidad pública, pone de manifiesto la preocupación del profesorado ante los problemas, derivados de la crisis sanitaria del coronavirus, a los que se enfrenta. Las principales dificultades son la falta de docentes y de espacio para poder reducir el número de alumnos por aula, una de las medidas fundamentales para evitar la propagación del Covid-19.

Para empezar, la falta de espacio supone un grave problema en la mayoría de los centros educativos de las Pitiusas, muchos han tenido que adaptar nuevas zonas para convertirlas en aulas. Por ejemplo, el CEIP Sa Bodega o el IES Algarb establecerán una sala de música y la de plástica como aulas generales para poder acoger a todos los alumnos.

Algunos colegios, como Buscastell y L'Urgell, han llevado a cabo pequeñas reformas de adaptación a las nuevas ratios del curso 2020-2021. «En el primer curso de Infantil, de tres años, habrá un grupo de 20 niños y, con un metro y medio de separación, habrá niños que estarán pegados a la pizarra», lamenta Carmen Martí, jefa de estudios del colegio Nostra Senyora de Jesús.

Menos maestros especialistas

Menos maestros especialistas

En Primaria, los maestros de las especialidades de Inglés, Música y Educación Física dejarán de impartir estas materias para poder ser tutores de los nuevos grupos (desdoblados por las ratios). Por lo tanto, los tutores habituales pasarán a encargarse de dichas materias sin contar con una preparación especial en ellas, lo que supone un detrimento en la calidad de la enseñanza que llevan recibiendo los estudiantes de las Pitiusas en cursos anteriores.

«No es lo mismo un maestro especialista en un área que otro que ha dado algo de ella en algún momento puntual de la carrera», sostiene Belén Ligero, directora del colegio Vara de Rey.

De la misma manera, otra de las principales preocupaciones de los docentes es cómo mantener y establecer las medidas de seguridad en Infantil y en los primeros cursos de Primaria, hecho que conllevará grandes dificultades para los niños y los profesores ya que en este rango de edad tienden al contacto. Así lo cuenta Cristina Roldán, directora del CEIP Can Cantó, que reitera lo complicado que es, «ya estés delante de 20 niños pequeños o 25», que no se toquen.

Faltan profesores

Faltan profesores

Por otro lado, los centros educativos exigen respuesta a sus peticiones por parte de la Administración educativa, necesitan contratar a más profesorado para poder atender tanto las necesidades telemáticas de los alumnos como a las presenciales. «Hemos perdido todas las personas que apoyaban a los alumnos con necesidades especiales, porque se pondrán al frente de una tutoría», lamenta la directora del colegio Portal Nou, Paulina López.

Las nuevas ratios de 20 alumnos, en cada grupo burbuja, establecidos por la conselleria de Educación han obligado a colegios e institutos a desdoblar los grupos de alumnos en clases más pequeñas, pero con el mismo número de docentes. Desde la dirección del CEIP Can Guerxo pidieron más recursos y profesorado a la conselleria pero aún no han obtenido respuesta. «Nos dieron medio profesor más, que perfilamos de Educación Infantil», explican.

Docentes vulnerables

Docentes vulnerables

En cuanto a la situación de los docentes, algunos no empezarán el curso por indicación del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y otros están solicitando reducción de la jornada laboral por motivos de conciliación familiar. Por lo tanto, diversos centros tendrán un gran número de plazas vacantes por ocupar a principios de este curso.

Los profesores vulnerables ante el Covid-19 no tendrán ningún régimen especial porque, según la conselleria, están en el grupo III y pueden estar en el centro con la protección y medidas adecuadas. Esta situación inunda de preocupación e inseguridad al personal educativo ya que hay personas mayores o con condiciones médicas que pueden correr riesgos de salud dando clase. Teresa Martí, directora del instituto Santa Maria, alude a la incertidumbre sanitaria: «No sabemos lo que ocurrirá cuando el profesorado comience a dar clase, porque puede pasar que alguien sea contacto de algún positivo», recalca.

Por último, desde los colegios e institutos señalan el cambio «tan precipitado» de escenario (del A -presencial- al B -semipresencial-), en cuestión de 10 días. Esto ha derivado en prisas y poco tiempo para habilitar los espacios y mover el mobiliario, además de la planificación pedagógica que conlleva la situación de cada escenario para el inicio del curso. «Vamos a contrarreloj», concluye la jefa de estudios del CEIP Sa Joveria, Esther Tur.