«La idea inicial del Ib-Salut era una autopista sin rotondas y sin límite de velocidad para los gerentes de los hospitales. Pero gracias a nuestra intervención, una resolución posterior la ha convertido en una carretera con muchas rotondas, stop, ceda al paso y radares», explica con una de sus comparaciones habituales el doctor Miguel Lázaro, presidente del Sindicato Médico (Simebal), cómo han lidiado con la última iniciativa del Servei de Salud, que persigue trasladar el 25% de la actividad asistencial de los hospitales públicos a horario de tarde.

«Siempre han querido que la fábrica siguiera haciendo tornillos por las tardes», denuncia Lázaro con este símil lo que para él es una antigua pretensión, hasta ahora nunca satisfecha, de lo que el líder sindical no duda en calificar como la «secta gerencial».

«Algunas gerencias, con especial significación la de Son Espases, han apretado para conseguir trasladar parte de la actividad asistencial a las tardes», lamenta Miguel Lázaro cargando contra unos directivos del Servei de Salut que, recordó, «nunca han ejercido de médicos».

A pesar de que negociaron una suavización de las condiciones para trabajar por las tardes, el Simebal ha interpuesto un recurso de inconstitucionalidad ante el Defensor del Pueblo debido a que, como denuncia Lázaro, «se aprobó con premeditación y alevosía y sin ninguna negociación colectiva previa».

Y es que esta posibilidad de modificar en parte el horario laboral al personal estatutario que trabaja en los hospitales públicos se plasmó legalmente en el artículo 23 del decreto ley 8/2020, de 13 mayo, de medidas urgentes y extraordinarias para el impulso de la actividad económica y la simplificación administrativa en el ámbito de las administraciones publicas de Balears para paliar los efectos de la crisis creada por la Covid-19.

Un decreto que fue suavizado por una resolución emitida por el Servei de Salut el pasado 7 de julio con la rúbrica del director general de este departamento, Juli Fuster, de nuevo al rescate de un colectivo médico que está muy molesto, a tenor de las palabras de su líder sindical.

Govern ingrato con los médicos

«Tenemos la sensación de que tenemos un Govern ingrato con el colectivo médico. Nos acaba de decir que la subida del 2% nos la pagará más adelante, somos unas de las pocas comunidades donde no se ha resarcido al colectivo sanitario por sus esfuerzos con un complemento Covid...», enumera su catálogo de agravios.

Volviendo a la resolución del pasado 7 de julio, establece que la jornada de trabajo en turno diurno se desarrolla de las 8 de la mañana a 10 de la noche, aunque admite que hasta ahora «no ha sido necesario recurrir a horarios de tarde en la categoría de los facultativos especialistas y estos han desarrollado su jornada en horario de mañana».

No obstante, el Servei de Salut señala que la «modificación de este hábito» ha llegado de la mano de la epidemia de SARS-CoV-2 y en este punto recuerda que la OMS establece una serie de recomendaciones relativas a la seguridad del paciente y de los profesionales sanitarios, entre ellas, la de evitar la acumulación de personas en zonas comunes y espaciar la actividad asistencial.

Por ello establece que cada gerencia hospitalaria debe pactar con sus respectivos servicios desarrollar parte de su trabajo en horario de tarde, aunque con la salvedad de que «nunca podrá ser mayor del 25% de la actividad que realiza el servicio».

Mayores de 55 sin guardias

Y suaviza los criterios para seleccionar al personal que debe trabajar por las tardes. Así, establece que «el primer colectivo diana» son los profesionales mayores de 55 años, que están exentos de guardias y ya cobran un complemento retributivo para realizar horario de tarde.

También permite esta resolución eximirse a los facultativos mayores de 55 años que, tras cumplir esa edad, hubiesen dejado de hacer guardias.

El segundo criterio es la voluntariedad, esto es, dar lógicamente prioridad a los trabajadores que deseen realizar su actividad en horario de tarde.

Y el tercer y último criterio de aplicación será a los nuevos nombramientos, a las nuevas incorporaciones.

El Servei de Salut concluye que, «en caso de que siguiendo los tres criterios anteriores no se cubriera el porcentaje de actividad de tarde establecido por el servicio, se recurrirá a establecer turnos rotatorios entre el resto de integrantes del servicio, comenzando por aquellos que tienen una antigüedad menor y dejando para el último lugar a aquellos que tengan problemas de conciliación familiar».

Y a los servicios reacios a modificar sus horarios el Servei de Salut les advierte de que a aquellos «que pudiendo hacerlo no incluyan en su planificación jornadas ordinarias de tarde, no podrán participar de la actividad extraordinaria», lo que coloquialmente se conoce como 'peonadas' y que no es otra cosa que intervenciones, pruebas diagnósticas y consultas médicas realizadas fuera del horario oficial de los trabajadores. Que, por supuesto, son remuneradas aparte.