Como sucede en todas las crisis económicas, hay sectores que las capean mejor y que incluso salen reforzados de ellas. Y este axioma se repite ahora con el crack global que ha provocado la emergencia sanitaria del coronavirus, que a pesar de conseguir prácticamente paralizar la economía de la mayor parte de los países del mundo, no ha dejado igual de tocados a todos los sectores de actividad.

Uno de los que ha sufrido más las consecuencias del Covid-19 es el transporte, principalmente el aéreo. Pero dentro de este sector, el de la aviación privada parece volar con menos plomo en sus alas. Como en el resto del planeta, en Eivissa los datos que arroja esta actividad evidencian que el uso de jets no sólo no está en peligro sino que incluso afronta con mayor optimismo el futuro.

El pasado mes de julio, y según los datos facilitados por Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (AENA), el aeropuerto de Eivissa operó un total de 2.323 operaciones de aviones privados. Esta cantidad, en la que se incluyen tanto los aterrizajes como los despegues en la única pista de es Codolar habilitada para ello, representa un descenso del 11,2% con respecto al mismo mes del año pasado.

En niveles del año pasado

Las cifras de la aviación privada correspondientes al mes pasado, el segundo de mayor actividad turística para las islas, se sitúan casi en los niveles de julio del ejercicio anterior, un detalle que demuestra su buena salud.

Y en el acumulado del año, esto es, de enero a julio (ambos meses incluidos), AENA tiene registradas en la isla 3.446 operaciones de jets privados, lo que representa un 46,4% menos que en el mismo periodo de 2019.

En cuanto al pasaje que mueve estos vuelos, casi residual, desde AENA informaron de que en julio pasado se contabilizaron un total de 6.603 ocupantes en los jets que operaron en Ibiza, lo que implica un descenso del 9,4% con respecto al mismo mes de 2019. En estos siete primeros meses del año, son 8.834 pasajeros, un 46,3% menos.

Aunque es una caída y además de dos dígitos, resulta casi anecdótica si se compara con la desesperada situación de la aviación comercial.

286.500 millones de pérdidas

De hecho, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) asegura que las pérdidas que soportarán las compañías aéreas este año se elevarán hasta los 286.500 millones de euros, provocando el cierre de muchas y un replanteamiento general del sector.

El motivo principal de que la crisis sanitaria no afecte de una manera tan acentuada a los vuelos privados es que representan una alternativa a las rutas comerciales.

Los clientes de este servicio, de un elevado poder adquisitivo, quieran evitar el riesgo de infectarse en las terminales y en aviones de rutas comerciales en los que normalmente no se respetan las medidas de seguridad relacionadas con la distancia, en al menos dos metros, que se recomienda en el caso de esta pandemia.