La retirada, primero, del turismo británico, al que han seguido el alemán y holandés y ahora se suman el suizo y austríaco, obliga a anticipar el cierre de la planta hotelera de Ibiza. La Federación Hotelera de las Pitiusas estima que en la primera semana de septiembre mantendrán sus puertas abiertas sólo entre el 15 y el 20% de los establecimientos hoteleros de la isla, según explica el gerente de este colectivo, Manuel Sendino. «No creo que haya más hoteles abiertos», augura. El vicepresidente de la Federación Hotelera, Juanjo Riera, y la delegada en Ibiza de la Asociación Española de Directores de Hotel, Alicia Reina, coinciden en esta previsión. «Los hoteles van a empezar a cerrar. Se ha frustrado la perspectiva de alargar al máximo la temporada por detrás», lamenta Reina.
Sendino destaca que están cayendo las ocupaciones debido a las cancelaciones que se están produciendo. Hay que tener en cuenta que a finales de julio se había puesto en marcha la mitad de la planta hotelera de la isla. Las malas noticias sobre la evolución de la pandemia del coronavirus en España y, con ello, las medidas adoptadas por los principales países emisores de turismo en Ibiza, han echado al traste lo que queda de temporada.
El Grupo Playasol cerró un hotel de Sant Antoni, de 99 habitaciones, a principios de agosto. Actualmente, mantiene 11 hoteles abiertos, con un total de 1.489 habitaciones disponibles. Una portavoz de este grupo hotelero, el que gestiona un mayor número de hoteles en la isla, asegura que se desconoce aún cuándo se empezarán a cerrar sus establecimientos. «La situación actual no nos gusta, pero de momento no se ha decidido cerrar ningún hotel. Las decisiones se toman día a día y semana a semana porque la situación es muy cambiante», apunta la portavoz, que destaca que las tres primeras semanas de julio, hasta que el Reino Unido decretó la cuarentena para los turistas que viajasen a España, fueron «muy positivas».
El Grupo de Empresas Matutes rehusó ayer aportar ninguna información sobre si prevé avanzar el cierre de sus hoteles en la isla.
Cierra el Ibiza Gran Hotel
Cierra el Ibiza Gran Hotel
Por su parte, el Ibiza Gran Hotel ha decidido dar por finiquitada la temporada el 6 de septiembre, cuando la previsión inicial era la de mantener la actividad hasta el 18 de octubre, según explica su director, Raúl Sierra. «Lo que está aconteciendo y la situación del mercado internacional han precipitado esta decisión. Es muy duro continuar», apunta Sierra, que apunta que la decisión del gobierno holandés, cuyo mercado estaba «funcionando bien», y belga del pasado fin de semana , fue «la gota que colmó el vaso de la insistencia en mantener abierto».
Una carrera de obstáculos
Una carrera de obstáculos
Además, la ocupación este verano ha sido «floja», por «debajo de las expectativas». «Desde el 24 de julio ha sido una carrera de obstáculos. La opción fácil hubiera sido no abrir, pero asumimos el riesgo. Pero primero [la retirada] de los turistas británicos, luego los alemanes, holandeses y belgas... Ha aumentado el turismo nacional, pero no es suficiente. No ayuda a mantener nuestro estándar de servicio muy alto», sostiene Raúl Sierra.
El grupo ibicenco Sirenis Hotels & Resorts también da por finalizada la temporada antes de tiempo, cuando su idea inicial era mantener la actividad hasta «bien entrado octubre», según su director general, Pedro Matutes. «No ha sido posible», lamenta.
A finales de este mes cerrará sus puertas el nuevo complejo hotelero Twiins (Platja d'en Bossa), con lo que este grupo culminará su actividad este verano. Sirenis abrió en julio cinco de sus seis establecimientos en la isla (el 90% de las plazas), pero poco a poco y a medida de que iba produciéndose la retirada de turistas, encabezada por los británicos, ha ido cerrando sus puertas. «Hemos hecho lo imposible por mantener puestos de trabajo, no por la rentabilidad», indica al respecto su director general.
Matutes asegura que «la ocupación ha sido baja», pero que de cara a la segunda quincena de este mes había «buenas perspectivas». «Julio fue flojo, pero en agosto, con una línea ascendente, había ciertas esperanzas. Pero estos mazazos [las cuarentenas decretadas por los países emisores de turistas] han provocado que las reservas empezasen a caer. Hay gente que ni siquiera se presenta», señala.
