No hubo anuncio sobre la prórroga de los ERTE y tan solo una media sonrisa al oír pronunciar la palabra REB, pero, al menos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alejó los fantasmas que sobrevuelan el descuento de residente del 75 por ciento para volar. Sánchez se desentendió de los informes de la Autoridad Fiscal (Airef) y defendió haber «mantenido vigentes sus compromisos en lo que respecta a las bonificaciones por viajero de Balears y Canarias».

En un informe de finales del pasado mes de julio sobre la inversión en transporte, la Airef tildó de «poco eficiente» el descuento de residente del 75 por ciento, señalando que la subida del 50 al 70 por ciento se ha traducido en un incremento significativo en el precio general de estos trayectos. Un informe que propició que desde el Ministerio de Movilidad de José Luis Ábalos se llegara a afirmar que «no se descarta» la supresión del actual descuento del 75%.

Sin embargo, ayer tras su despacho con Felipe VI en Marivent y al ser preguntado por los medios por los citados informes, Sánchez se desentendió de las conclusiones de la Autoridad Fiscal. «La Airef es Autoridad Fiscal Independiente, es independiente, una cosa es la Airef y la otra es el Gobierno», explicó. «No habla en nombre del Gobierno», quiso zanjar el líder del Ejecutivo central.

«Desequilibrios»

«Desequilibrios»

«Este Gobierno ha mantenido sus compromisos en cuanto a bonificaciones al transporte de las islas, tanto de Balears como de Canarias», se defendió Sánchez, que insistió en que en sus dos años al frente del Gobierno central ha «demostrado su apoyo al descuento del 75 por ciento, con las políticas, es decir, con los hechos».

Entre otras cosas el informe de la Airef cuestionaba que en todos los territorios la mitad de la población o más no vuela, mientras que el uno por ciento de los residentes en Balears y Canarias que más voló acumuló un 19 por ciento y un 17 por ciento de la subvención, respectivamente; o que el 40 por ciento de la población con menor renta recibe sólo el 17 por ciento del total de las subvenciones, por lo que su distribución es «muy desequilibrada» y por lo que proponía sustituir el actual sistema de descuentos por una subvención anual y limitada a los residentes. Las conclusiones de la Airef toparon ya con el rechazo unánime de todos los partidos del archipiélago, incluido del PSOE.