El capitán marítimo de las Pitiusas, Luis Gascón, recordó ayer la importancia de que los patrones cumplan de forma escrupulosa con las reglas de navegación. Tras la parálisis del sector de la náutica de recreo durante la primera parte de la temporada, en los meses de julio y agosto se está notando un sensible incremento de la navegación en las aguas de Ibiza y Formentera. «No se debe perder el respeto a las normas, hay que poner mucho énfasis en esto», remarcó Gascón, que destacó la importancia de contar con «un mantenimiento» adecuado de las embarcaciones.

En las últimas semanas se han producido varios accidentes en el mar, el más grave de todos el pasado 26 de julio, cuando dos veleros chocaron a la altura del islote de Castaví, frente a s'Espalmador, y murió una mujer de 43 años de nacionalidad belga. Así lo contaba su marido unos días después a la prensa de su país: «Todo fue muy rápido. Estaba de pie detrás de la vela principal en la cubierta de proa, donde Saskia [la fallecida] y cuatro de nuestros amigos tomaban el sol. De repente todos saltaron hacia la derecha, empezaron a gritar y señalaron algo tras la vela. Me incliné para mirar qué ocurría y vi otro velero que venía hacia nosotros a toda velocidad. Segundos después sentimos un fuerte golpe justo donde se encontraba Saskia».

El pasado fin de semana, la tripulación de la embarcación 'Ibiza Jet' tuvo que rescatar en es Freus a 17 personas que ya estaban en el agua y su lancha yéndose a pique. Eran ocho adultos y nueve menores, cuando el máximo permitido en una embarcación de recreo son doce personas, una circunstancia que ahora investiga Capitanía Marítima.

Gascón subrayó ayer que es «esencial respetar los aforos y los límites de las embarcaciones, así como las titulaciones y los seguros, realizar un mantenimiento adecuado y respetar las normas de prevención de abordajes». «En resumen, no superar los límites en ningún caso», añadió.

Aumento de la navegación

Este agosto la náutica de recreo se ha incrementado de forma notable, según plataformas como Nautal, ya que se considera una alternativa turística segura frente a la pandemia provocada por el Covid-19. En este sentido, fuentes del sector señalaron ayer que, en las últimas semanas, se están alquilando muchos barcos y que, en algunos casos, se opta por ahorrarse el patrón, de manera que por aguas pitiusas navegan embarcaciones al mando de personas que, aunque tenga la titulación, en muchos casos carecen de experiencia.

A todo esto hay que sumar los incendios de embarcaciones. En tres días ardieron dos lanchas de unos ocho metros de eslora que navegaban en aguas pitiusas.

A principios de mes, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) alertó sobre la necesidad de que los patrones de las embarcaciones de recreo, y el resto de usuarios de artefactos náuticos que no requieren titulación, extremen la atención y la vigilancia durante la navegación, «máxime en las zonas peligrosas y en la época estival, cuando se multiplica la afluencia de flota recreativa en nuestras aguas», como es el caso de Ibiza y Formentera.

Las estadísticas de Salvamento Marítimo señalan que entre el 60% y el 65% de las emergencias protagonizadas por la flota de recreo y atendidas por este servicio público surgen a lo largo de los meses estivales y el error humano es la causa principal de los accidentes, seguido de los fallos mecánicos. Desde el Mitma recalcan que, con el fin de evitar accidentes, todas las embarcaciones tienen que cumplir de forma estricta las normas internacionales de navegación en todos sus aspectos y, sobre todo, deben extremar las precauciones y la vigilancia cuando se está navegando en zonas con gran afluencia de barcos. Entre las normas para la náutica de recreo se contempla la necesidad de poseer las titulaciones adecuadas, según el tipo de embarcación y navegación, y de disponer en ciertos casos del despacho pertinente emitido por Capitanía Marítima, que garantiza el buen estado de la embarcación y que dispone de las medidas de seguridad.