La jornada de ayer fue una festividad de 8 d'Agost reducida a la mínima expresión, sin la berenada des Puig des Molins ni el castillo de fuegos artificiales por la noche. Las restricciones sanitarias para evitar contagios también impidieron la procesión de la Catedral hasta la réplica del sepulcro del arzobispo de Tarragona Guillem de Montgrí, en la plaza de España, con la parada en la capilla de Sant Ciriac. (Mira aquí todas las imágenes)

Como alternativa, se cambió el orden tradicional de la ceremonia y, antes de la misa, se partió de la Catedral hasta la capilla dedicada al patrón de Ibiza y Formentera, donde, según la tradición, se colaron los cristianos en 1235. Se marchó en petit comité, sin las tradicionales representaciones de todas las parroquias.

Solamente un reducido grupo de autoridades políticas y religiosas acompañó al administrador diocesano de las Pitiusas, Vicent Ribas. También se limitó a cuatro personas el coro que entonó el 'Te Deum' en honor al santo, formado por componentes de la Coral Amics de sa Música.

La comitiva retomó el camino hasta la Catedral, adonde en esos momentos llegaba otro grupo de políticos y distintas autoridades. Con el aforo limitado, no se llegaron a ocupar todos los bancos del templo, en los que solo podían sentarse dos personas y distanciadas entre ellas.

De nuevo este año, la ceremonia religiosa contó con todos los alcaldes de la isla salvo el de Vila, Rafa Ruiz, aunque sí se encontraba un representante de su equipo de gobierno, el concejal de Medio Ambiente, Jordi Salewski. En esta ocasión, tampoco hubo ningún miembro del Govern balear, aunque la consellera de presidencia, Pilar Costa, que había confirmado su asistencia, avisó a las responsables de protocolo de que no iba a llegar a la misa. Tanto Costa como Ruiz se unieron después a la ofrenda floral a Guillem de Montgrí.

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Antes de su homilía, Vicent Ribas advirtió de que el pendón real, que ya usaba desde 1601 la primera institución de autogobierno que tuvo la isla, la Universitat, se había dejado en la entrada del templo y solicitó que se llevara al altar. La misa de fiesta finalizó con el tradicional himno a la patrona, la Mare de Déu de les Neus, aunque, antes de que la Coral Amics de la música la entonara, Ribas hizo un apunte sobre su verso inicial, « set segles fa que sou patrona nostra». «Ya solo quedan 15 años para que sea vuit segles fa», destacó.

Ofrenda floral

Tras la misa, le tocó el turno a la ofrenda floral a Guillem de Montgrí, reducida a 40 invitados en el recinto habilitado en la plaza de España, aunque una treintena de personas siguió el acto desde detrás de la valla. Allí, este año, no se encontraban los miembros de Esquerra con estelades, sino unos simpatizantes de Vox con una bandera española.