El hotel Iberostar Club Cala Barca, afectado por un brote de coronavirus que hasta el momento ha afectado a 14 personas (10 empleados y cuatro familiares de estos), cerrará sus puertas el próximo 9 de agosto y será el primer establecimiento hotelero de Malorca que lo haga por la Covid-19.

Pese a que ninguno de los clientes alojados en el establecimento hotelero de Portopetro habría mostrado síntomas de contagio y el brote se consideraría como "controlado", la empresa ha decidido cerrar el hotel en la fecha señalada "por motivos de prudencia y responsabilidad". A los clientes con reserva en este hotel se les ofrecerá como alternativa alojarse en el Iberostar Albufera Park en Playa de Muro, que este grupo hotelero tenía previsto abrir el próximo día 7.

Precisamente ayer Salud Pública informó de que el brote de infección por coronavirus detectado entre el personal del Iberostar Club Cala Barca ya acumulaba un total de 14 casos positivos, diez de ellos entre empleados del hotel y los cuatro restantes entre familiares de estos últimos.

Esta última circunstancia haría que este brote ya no pueda ser denominado estrictamente como "laboral" sino que debería ser calificado como "mixto" al acumular positivos en dos ámbitos diferentes. Asimismo, desde Salud Pública añadieron que a los trabajadores del hotel ya se les habrían realizado un total de 192 pruebas PCR para ver si estaban infectados y que durante la jornada de ayer, lunes, estaba previsto realizarles otras 50 pruebas más.

Sobre este brote en concreto, el portavoz del comité de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, señaló antes de que se conociera su cierre que en su opinión no sería necesario realizat test a los clientes ya que, recordó, el protocolo marca que solo se hagan a los contactos estrechos y que solo se considera de este rango a las personas que hayan estado durante más de 15 minutos con una persona infectada, a menos de dos metros de distancia y sin elementos de protección.

"Si el establecimiento cumplía con las medidas de seguridad, la relación de un cliente con un camarero no tiene por qué significar un contacto estrecho", argumentó Arranz antes de señalar que el hecho de que se estén siguiendo a unas 600 personas de los 25 brotes aún activos en las Islas obedecería a una "relajación" de la gente.