Los miembros de una excursión de buceo en la costa de Sant Antoni de Portmany tuvieron la oportunidad de bucear el pasado sábado junto a una pareja de delfines cerca de Punta Galera, en la zona de Cap Negret. «Se acercaron y jugaron con nosotros (al parecer eran un delfín adulto y su cría, apunta), daba la sensación de que nos estaban cortejando», bromeaba ayer Miguel Boix al recordar la experiencia.

Boix es el responsable de reservas y marketing de la empresa Centro de Buceo Arenal, que se encarga de organizar salidas al mar. Asegura que es muy poco común poder bucear con estos mamíferos a tan poca distancia de la costa: «En esta excursión había buceadores cualificados que habían estado en todos los continentes y nos contaron que nunca antes habían podido bucear con delfines», subraya. Explica que es algo más común en el caso de los tiburones, pero no con este mamífero. Los observaron durante la mañana, alrededor de las 11.30 horas, y pudieron comprobar cómo al atardecer seguían en el mismo lugar.

Posibles explicaciones

Miguel Boix concluye que estos dos momentos del día son los más idóneos para poder encontrar delfines en el mar, algo que, dice, se ha convertido en cotidiano este verano. Reconoce que los meses de confinamiento pueden tener algo que ver con esto: «Todo este tiempo han estado solos y se mueven de una forma más libre, puede ser que haya influido». Asimismo, señala que también es necesario que el mar esté «tranquilo y plano» para poder verlos.

En esta misma línea, Alejandro Boix, el gerente del negocio, cuenta que también puede influir la poca afluencia de barcos, aunque no cree que haya unos factores claros: «No podemos confirmar cuáles han sido las causas», reconoció.

Alejandro Boix relata que cuando los excursionistas se toparon con los delfines «se llevaron las manos a la cabeza» y que «se pusieron muy contentos». En la mayor parte de los casos se trata del primer contacto que tienen con ellos. «Se quedan completamente alucinados», confiesa su hermano Miguel.