La playa de Talamanca no es ni una sombra de lo que era el mismo día en el que se hace este reportaje (ayer, 8 de julio) del año pasado. Por aquel entonces, las toallas, hamacas y sombrillas ocupaban buena parte de la playa, ahora repleta de restos de posidonia que desprenden un fétido olor al pudrirse, y estaba plagada de turistas. Los restaurantes y otros negocios, estaban abiertos y con clientela en sus terrazas y los hoteles registraban un gran índice de ocupación. Sin embargo, este 8 de julio es diferente por la crisis del coronavirus y Talamanca está vacía.

Los restaurantes del principio están abiertos y con gente en sus terrazas, algo que no se repite en el resto de la playa. En la arena pueden contarse con ambas manos las personas que disfrutan por la mañana del sol y del baño.

Siguiendo el paseo, los negocios se encuentran cerrados a cal y canto, a excepción de algunas reformas que preceden a las aperturas. El olor a posidonia putrefacta aumenta progresivamente y hay zonas en las que prácticamente no queda arena para sentarse.

«El litoral está cambiando, y tenemos que acostumbrarnos, también pensando en el cambio climático», comenta Ana Lledó, presidenta de la Asociación de Vecinos de Talamanca. «Desde que los vecinos se quejaron hará dos semanas se ha limpiado la playa dos veces», explica.

Se limpió por última vez ayer por la mañana. En el proceso, las máquinas remueven los restos de posidonia y los mezclan con la arena, además de limpiar un poco la zona. De este trabajo se encargan el Ayuntamiento de Vila.

Los vecinos se quejan de que estos montículos de plantas acuáticas muertas impiden el disfrute de la playa, pero sobre todo destacan el hedor que desprenden. «Además, cabe destacar que hay zonas en las que los perros van sueltos y depositan sus excrementos entre los restos, lo que atrae a bichos y aumenta el mal olor», lamenta Lledó.

«Hay división de opiniones, ya que extraer las algas muertas perjudicaría a la calidad de la playa. Funcionan como barreras naturales frente a la erosión del mar», señala la presidenta de los vecinos.

Negocios «varados»

Negocios «varados»

Con una temporada que parece no arrancar y la posidonia pestilente, el panorama para los negocios de Talamanca es «oscuro», como asegura un operario mientras trabaja en la reforma de un restaurante. Frente a él, una madre recoge a su bebé para moverse de zona, repitiéndole a su hija: «Esta agua está muy sucia. Otro día cambiamos de playa».

«A los negocios les está costando», confiesa Lledó, que añade: «Viven el día a día a falta de un arranque de temporada que no acaba de llegar». Algunos de estos negocios ya han abierto, como es el caso del Hostal Talamanca, que comenzó a funcionar el 11 de mayo, en cuanto la normativa lo permitió.«En agosto esperamos más reservas, ya tenemos algunas, aunque la mayoría se hacen en el último momento», explican desde el histórico hostal. Durante este tiempo han rondado el 10% de ocupación, con una clientela ibicenca en su gran mayoría. Sin embargo, de aquí a dos semanas buscan alcanzar un 40% de ocupación. «Hasta ahora era realmente poco».

La zona de playa delante de su restaurante se encuentra vacía de posidonia, y a medida que avanza la mañana pueden verse más bañistas y clientes en la terraza.

Por otro lado, el Hotel Argos se prepara para abrir el próximo lunes, 13 de julio. «Ya estamos recibiendo reservas, y nos gustaría que todo estuviese preparado», comenta Juanjo Riera, propietario del hotel. «Para ello, debería retirarse la posidonia muerta. Talamanca tendría que tenerlo todo listo para esta extraña temporada», opina Riera.

Riera recalca el «incivismo de algunos que no recogen los excrementos de sus mascotas y perjudican a la zona». Su hotel ha sacado a parte de los trabajadores fijos discontinuos del ERTE, y espera hacerlo con el resto cuando se incremente la ocupación. En el Hostal Talamanca, por otra parte, han conseguido sacar ya a todos los trabajadores del ERTE.

Muchos de los negocios de la playa necesitan que los hoteles comiencen a recibir clientes. En el supermercado Suma, por ejemplo, no pueden anticipar cómo irá la temporada hasta que «el Argos abra».