Las Pitiusas acumulan más de 200 casos de coronavirus confirmados desde que comenzó la pandemia, según informó ayer el Área de Salud de Ibiza y Formentera, que notificó tres nuevos diagnósticos. Éstos se han constatado en las últimas 48 horas a través de los servicios de Atención Primaria y aparentemente no corresponden al brote detectado en los últimos días en la isla y que afecta ya a nueve personas. Desde Salud hacen hincapié en lo de «aparentemente» ya que las rastreadoras (profesionales sanitarias que se encargan de estudiar las relaciones entre los casos y localizar a los contactos estrechos de los afectados) siguen analizándolo.

Los tres nuevos casos son leves, por lo que los afectados se encuentran en su domicilio, en autoaislamiento y con control médico por parte de los profesionales de Atención Primaria. En las últimas horas no se ha dado ninguna alta, de manera que el número de casos activos, esto es, en tratamiento y controlados, en las Pitiusas en estos momentos es de 22. Más de la mitad de ellos, un total de doce se encuentran en sus propios domicilios, todos ellos en Ibiza y únicamente diez permanecen hospitalizados en Can Misses.

Entre estos diez se encuentran también los dos argelinos llegados a Ibiza en patera hace unos días y que ingresaron en Can Misses, a pesar de que su estado es leve, para poder garantizar su aislamiento.

En estos momentos únicamente queda un profesional sanitario en vigilancia, a la espera de confirmar o descartar que esté contagiado. Desde la gerencia de la sanidad pública pitiusa destacaron ayer a mediodía que se cumplen 48 días sin que se hayan registrado contagios entre trabajadores del Área de Salud de Ibiza y Formentera.

Hasta el momento, desde que comenzó la pandemia, se ha diagnosticado a 203 personas con Covid-19 en las Pitiusas. El 83,2% de ellas, un total de 169, ya se han curado. Por desgracia, ha habido que lamentar el fallecimiento de doce de los afectados.

La conselleria balear de Salud no descarta que en los próximos días sigan aumentando los nuevos casos o, incluso, que se produzca algún otro brote como el que ya se ha registrado en la isla. Éste cuenta con nueve afectados y con otras 16 personas que han tenido contacto estrecho con ellas en vigilancia. «Que hubiera brotes era esperable», indicó ayer el portavoz del Comité de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Balears, Javier Arranz, que señaló que precisamente por eso la conselleria creó el equipo de profesionales que se encarga de rastrear los nuevos casos.

El brote, en una reunión

El brote, en una reunión

Arranz explicó que el brote detectado en una familia de la isla comenzó «en un evento, una reunión» de familiares y amigos. Ésta es la vía más habitual en la que están surgiendo los brotes. «En los encuentros con familia y amigos no se suele mantener la distancia», indicó el experto, que no dio más información sobre los afectados: «Datos muy concretos, en lugares muy pequeños, pueden servir para identificar a las personas y hay que salvaguardar la confidencialidad».

El portavoz matizó que para que se produzca el contagio hay que pasar un tiempo cerca de la persona afectada „«quince minutos, treinta minutos...»„, no se contagia al pasar junto a alguien con coronavirus. El riesgo de contagio aumenta, detalla, cuando en ese encuentro hay música o mucho ruido y hay que gritar para hacerse escuchar. «Al gritar las gotas van más lejos», justifica.

Cuando se detecta un positivo, entran en funcionamiento las rastreadoras, personas que se encargan de hablar con el contagiado para localizar a todas las personas que hayan tenido contacto estrecho con él para comprobar si están o no contagiados. «Esta figura es clave», comenta el portavoz, que señaló que si bien a la persona diagnosticada se le puede olvidar qué ha hecho y con quién ha estado en los últimos días, estas profesionales están formadas para obtener toda la información y ayudar al afectado a que recuerde absolutamente todas las personas con las que ha estado. «Ellas se encargan de unir a los hijos y establecer las relaciones entre personas que, quizás, en un primer momento, parecía que no la tenían.

A todos estos contactos estrechos se les hacen pruebas «lo antes posible». Si son negativas deben permanecer, en principio, dos semanas en cuarentena aunque, si no desarrollan síntomas, se les repiten a los diez días y, si vuelven a ser negativas, se les da el alta. Si son positivas, dependerá de si tienen o no síntomas. En este último caso deberán cumplir con un aislamiento estricto para evitar que el brote siga expandiéndose. El control de su estado es muy importante, ya que en el caso de que empeoren, explica Arranz, habría que ingresarlos.

El experto reconoce el riesgo de que uno de estos brotes se produzca entre personas que niegan la pandemia y el coronavirus, ya que no se preocuparían ni acudirían al médico. En estos casos, señala, sólo podría detectarse este foco en el momento en que alguno de los afectados empeorara y desarrollara una neumonía como las que se vieron durante la primera etapa de la pandemia.