«Es una sensación agridulce. Con todas las medidas de precaución y la distancia el reencuentro entre los alumnos y los docentes ha sido un poco frío», indica Antonio Márquez, director del instituto Quartó del Rei, en Santa Eulària. El centro ha comenzado ya con las tutorías presenciales y, a pesar de que no tienen alumnos de segundo de Bachillerato y Formación Profesional, están teniendo bastantes con los de cuarto de Secundaria. En los últimos días han citado en el centro a unos cinco alumnos y para hoy tenían previstos unos diez.

El centro no sólo ha abierto estos encuentros presenciales a aquellos alumnos o familias que los pidan sino que, además, los docentes han hecho una lista con aquellos estudiantes que, a su parecer, necesitaban estas citas. «Alguno falla», reconoce el director, que destaca las medidas de protección que ha adoptado el centro: los docentes llegan diez minutos antes de la tutoría, se toma la temperatura a todo el que entra, se desinfectan las clases, hay gel hidroalcohólico que deben usar al entrar y salir y también se desinfectan los zapatos antes de acceder a las tres aulas que han preparado para las tutorías presenciales. Éstas, explica el director, están ahora desprovistas de todo elemento. Casi desnudas. «Básicamente, cumplimos la normativa», señala el director del centro.

El director indica que durante el confinamiento se han llevado alguna sorpresa positiva. Alumnos que se han revelado en estas semanas, desde casa, más volcados con las clases que en el centro. «Tenemos pocos alumnos, 90, y eso nos ha permitido una atención muy personalizada», indica.

Comentarios de texto

Comentarios de texto

Bartomeu Martín Bonet, profesor de Historia de España de segundo de Bachillerato del instituto Balàfia también ha tenido ya tutorías presenciales. «Han sido pocas», indica el docente, que señala que ha dedicado estos encuentros con sus alumnos, todos ellos con mascarillas, para resolver aquellas dudas y cuestiones que no se podían solventar a través de videollamadas. El docente destaca la incertidumbre que generan las pruebas de Selectividad entre los alumnos que tendrán que someterse a ellas. A la angustia habitual se sumará este año la de la mascarilla, señala Martín, que destaca las dificultades añadidas que ha supuesto en el norte de la isla tener que seguir el curso desde casa, ya que hay zonas (Rubió, sa Cala, Portinatx...) a las que no llega bien Internet, situación que se ha tratado de paliar con las tarjetas sim de la conselleria: «Esto no es como en Vila, donde hay fibra óptica en cualquier lugar».

En una de esas tutorías presenciales celebrada el viernes uno de los alumnos le dijo que echaba de menos el instituto. Al docente no le sorprende: «El instituto no son sólo los contenidos académicos, también se aprenden valores, actitudes, de los compañeros... Y eso, ese aprendizaje entre iguales, no es posible de esta forma. Se echa de menos esa interacción».

Aunque en las tutorías los alumnos pueden preguntar por todas las dudas que tengan, la mayoría se centran en los comentarios de textos, un ejercicio obligatorio en los exámenes de Selectividad. «Preguntan sobre las diferentes opciones de enfocar un texto. Algo así es difícil de resolver a través de una pantalla», indica Martín, que también tiene alumnos de Secundaria. Durante estas semanas ha visto las diferencias entre cómo lo han llevado los alumnos más mayores y los más pequeños. Estos últimos, indica, necesitan tenerlo todo «más dirigido» mientras que los de Bachillerato son más organizados y tienen una mayor capacidad de autogestionarse el tiempo. Todos ellos, para él, coinciden en una cosa en cómo han llevado el curso durante el encierro: «Son unos campeones».

Correos y peticiones

Correos y peticiones

En el instituto Sant Agustí, hasta ayer a media mañana, habían tenido cuatro solicitudes de tutorías presenciales por parte de sus alumnos. Dos de ellas, sin embargo, las impartirán de forma conjunta a cinco alumnos, indican desde el equipo directivo del centro. «Enviamos un correo a todos los estudiantes», indican en el instituto, donde consideran que, a excepción de algunos problemas al principio del encierro, el funcionamiento del curso con los alumnos en sus casas «ha funcionado bien y han tenido una buena respuesta».

«Les pedimos a los estudiantes que rellenen un cuestionario telemático antes de venir a las tutorías. El equipo directivo hace un filtrado y analiza si es adecuado o no que vengan. Intentamos priorizar las tutorías telemáticas», explica la jefa de estudios del instituto Xarc, en Santa Eulària. Esta docente coincide con su colega de Balàfia en el tipo de consultas que plantean los estudiantes que acuden al centro estos días para verse cara a cara con algunos de sus profesores: «Dudas sobre ejercicios prácticos, sobre todo los comentarios de texto».

Los primeros días, explica la jefa de estudios, recibieron muchas peticiones de alumnos que querían tutorías presenciales, pero en esos cuestionarios descubrieron que no tenían tantas dudas como les querían hacer creer: «No tenían ninguna cuestión concreta, simplemente querían venir para encontrarse con sus compañeros». No sabían que las tutorías eran individualizadas y que estarían a solas en el aula con el profesor.

En el instituto Algarb, de Sant Jordi, explican que han atendido a «algunos alumnos especiales» de forma presencial.

Escola d'Arts

Escola d'Arts

En la Escola d'Arts ayer a media mañana estaban esperando a un alumno que debía pasar a recoger algunos materiales. Es de los pocos estudiantes que han pasado estas semanas por el centro, explica su directora, que detalla que han tenido «unas cuantas tutorías presenciales». Buena parte de ellas, indica, corresponden a alumnos a los que el encierro les pilló preparando sus proyectos de final de ciclo formativo.

«Es complicado», reconoce la directora, que señala que, en este sentido, los estudiantes de segundo de Bachillerato lo tienen algo más fácil ya que casi todo es teórico mientras que,en los ciclos, hay mucha práctica y trabajar eso en casa es más difícil. «Por suerte, estaba ya bastante avanzado el curso y lo llevaban adelantado», reflexiona la directora, que destaca también que el hecho de que la conselleria de Educación haya aplazado de junio a septiembre la presentación de estos trabajos de fin de ciclo formativo les ha dado un poco de aire. «A pesar de eso será complicado», comenta la responsable de la Escola d'Arts, que mañana tendrá otra tutoría presencial.