«La prioridad es mantener la función educativa y preservar el derecho a la educación». Así arranca el primer borrador planteado por Educación para planificar el curso 2020-2021, tarea que empezará a acometerse este mes a través de distintas comisiones con representantes de la Conselleria y de la comunidad educativa. Entre otras cosas, el borrador plantea limitar la enseñanza online para los alumnos a partir de 5º de Primaria.

Según el documento, los centros educativos elaborarán planes de digitalización, que posibilitarán «combinar la docencia telemática con la presencia a partir de 5º, de forma que los alumnos de estos niveles puedan seguir las clases de forma telemática algunos días por semana, alternativamente, para favorecer el distanciamiento social, en caso de que fuera necesario, o de manera habitual en Bachillerato y FP, uno o dos días por semana como máximo». A partir de este borrador las comisiones plantearán sus planes, que tendrán en cuenta tres posibles escenarios. Uno es el de la normalidad, con la vuelta a clase de todos los alumnos y la posibilidad de que haya enseñanza 'mixta' (presencial y telemática) en ESO y Bachillerato. Otro escenario es el que obligue a bajar las ratios al 50%, planteado por la ministra Celaá en caso de que no haya vacuna en septiembre. En este escenario las clases de Primaria e Infantil deberán tener un máximo de 15 alumnos, algo que el propio documento de Educación admite que «plantea tres problemas»: el número de profesores; los espacios; la adaptación de los horarios y los currículums. El tercer escenario es el (aún más) complicado: el de un nuevo confinamiento. En este caso, el borrador no se extiende mucho más allá de rendirse a la evidencia de que toda la enseñanza tendrá que ser en línea.

Este curso la enseñanza telemática se impuso como una única alternativa de un día para otro y se ha aplicado de manera irregular, pero para el próximo se quiere tener más encarrilado el proceso de digitalización. Por eso es lógico que el borrador plantee también reforzar en el alumnado las competencias básicas en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Según el documento, también se enseñarán contenidos específicos de educación para la salud.

El próximo curso será necesario recuperar todo lo no impartido estos meses. Para saber a qué atenerse, las escuelas deberán arrancar realizando evaluaciones iniciales.

Los tiempos son los que son y normalmente ya el curso se queda corto. Educación ha pedido al ministerio una normativa que ampare flexibilizar el currículo el próximo curso y en su documento plantea adaptar las programaciones y poner el foco en las competencias esenciales (un camino aplicado hoy de forma «desigual» según el centro y las etapas) «para flexibilizar la exigencia de contenidos» y «vaciar el temario allá donde sea necesario y aplicar la lógica competencial de los saberes imprescindibles pensados en clave de ciclo o etapa».

La conselleria propone agrupar asignaturas por ámbito de conocimiento y que los alumnos puedan recuperar materias suspendidas el curso anterior a lo largo del primer trimestre del curso 2020-2021. Se prevé aumentar los programas de refuerzo para los estudiantes que lo necesiten y también se insta a revisar y reforzar las tutorías, así como a desarrollar planes con «acciones específicas de vínculo y acompañamiento educativo con las familias vulnerables» a través de «figuras de referencia y contacto telefónico constante».

Bachillerato

Bachillerato

El documento dedica varios puntos a los estudiantes de Bachillerato. Los alumnos de primero que tengan materias suspendidas podrán matricularse de asignaturas de segundo (de todas o de algunas). Las que tengan pendientes podrán cursarlas a distancia a través del Institut d'Ensenyaments a Distància de les Illes Balears (IEDIB). Se amplía a un año el límite de permanencia en Bachillerato. A finales de este mes se dará a conocer el plan definitivo para el próximo curso. Además, Balears y el resto de las CC AA han formado un grupo de trabajo con el ministerio de Educación en esta misma línea.