Una de las principales consecuencias en el sector turístico pitiuso del anuncio del Gobierno de la anulación de la cuarentena a partir del 1 de julio es que el ritmo de cancelación de las reservas que todavía mantenían para esta temporada se ha ralentizado hasta prácticamente paralizarse. Es una demostración de la importancia de medir los tiempos en política y del impacto de los mensajes que se envían desde los destinos receptores de turistas, como en este caso España, hacia potenciales clientes.

Los empresarios hoteleros de Ibiza valoran por lo tanto esta medida, y no sólo porque, al fin, representa una buena noticia para los destinos emisores de clientes; también porque representa la primera certeza de la que disfrutan en mucho tiempo con respecto a las posibilidades que tienen de iniciar la temporada. Con el mes de mayo ya finalizado, la mayor parte no sabe ni cuándo ni en qué condiciones podrá abrir. Y mucho menos con qué volumen de clientes.

El anuncio realizado la tarde noche del pasado jueves por el Gobierno en el sentido de que Ibiza no pasa a la fase 3 de la desescalada, aunque sí Formentera, no ha preocupado en exceso. La posible apertura del tráfico entre islas no representa la posibilidad de una actividad turística de consideración para los hoteleros pitiusos, y no resulta trascendente más allá de que hubiese sido, de nuevo, un mensaje positivo, tanto para la sociedad como para los operadores turísticos.

La presidenta de los hoteleros pitiusos, Ana Gordillo, explica además que lo que realmente espera el sector es la reapertura del tráfico aéreo internacional, que debe producirse además al mismo tiempo que se abra el nacional, según reclaman. Esa sincronía, argumenta, no sería sólo positiva, también «muy lógica». «Necesitamos el turismo extranjero», advierte.

La seguridad primero

La seguridad primero

Anteponiendo la seguridad sanitaria (Gordillo coincide con el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, en que un rebrote sería «catastrófico» para el turismo pitiuso) a cualquier atisbo de actividad, la portavoz de la patronal reclama un pacto entre las autonomías y el Gobierno, pero sobre todo en Europa, para garantizar el desarrollo de la actividad del transporte aéreo y marítimo «con garantías totales; necesitamos todas las medidas de seguridad que nos den una garantía», no sólo para el turista sino también y sobre todo para los trabajadores y la sociedad pitiusa.

Para ello, reclama que se negocien «corredores seguros» entre zonas con la misma incidencia del virus tanto de España como del extranjero. «Deben negociar ya para que todo esté bien claro antes del 1 de julio. Por ahora lo que tenemos son dudas, incertidumbre», lamentó.

La gran mayoría quiere abrir

La gran mayoría quiere abrir

En cuanto al escenario de una apertura, Gordillo no se atreve a ponerle fecha más allá del 1 de julio que ha anunciado el Ejecutivo central. Y aunque no manejan todavía cifras definitivas sobre el porcentaje de la planta hotelera que podría abrir, asegura que la «gran mayoría» de los empresarios se han mostrado dispuestos a hacerlo (ver información de la ampliación).

«La intención mayoritaria», agrega al respecto la portavoz de los hoteleros pitiusos, «es la de abrir, pero está por ver cómo evoluciona la situación, será clave», indicó, para posteriormente recordar que lo que más han reclamado desde el sector ha sido un «calendario, aunque al menos ahora ya sabemos que el 1 de julio se podrá viajar».