El Ministerio de Sanidad anunció pasadas las ocho y media de la tarde de ayer que Ibiza se mantiene en la fase 2 y Formentera, como viene siendo habitual, pasa con una semana más de antelación de etapa y alcanza la tercera, penúltima antes de llegar a la 'nueva normalidad', como denomina el Gobierno al final de la desescalada del estado de alerta que decretó a mediados del pasado mes de marzo para luchar contra la expansión de la pandemia del coronavirus en el país.

Esta fase tres o 'avanzada' implica, según se explica en la página del Gobierno ( moncloa.es), que «se flexibiliza la movilidad general, si bien se mantendrá la recomendación del uso de la mascarilla fuera del hogar y en los transportes públicos. En el ámbito comercial, se limitará el aforo al 50% y se fijará una distancia mínima de dos metros». Además, «en la actividad vinculada con la restauración se suavizan algo más las restricciones de aforo y ocupación, si bien se mantienen estrictas condiciones de separación entre el público». Poca novedad con respecto a la fase actual.

La decisión del Ministerio se adelantó ayer (suele darse a conocer el viernes a media tarde) y frustró las intenciones del Govern balear, que había pedido que todas las islas pasaran de fase para propiciar la reactivación del tráfico interinsular. De hecho, Formentera es la única isla de Balears que da un nuevo paso más hacia la 'nueva normalidad'.

La presidenta de esta isla, Alejandra Ferrer, aseguró ayer tras conocer la noticia que esperaba que Ibiza pasara de fase pero recordó que esto todavía es posible antes del próximo lunes, mediante una orden ministerial, lo que permitiría liberar el tráfico entre las dos islas: «Pensábamos que al entrar [las dos islas] en la fase tres sería posible ir abriendo esa movilidad, sobre todo teniendo en cuenta que la situación sanitaria es muy similar y que además en el caso de Ibiza y Formentera hablamos de una misma Área de Salud».

Abrir la isla «poco a poco»

Abrir la isla «poco a poco»

En cualquier caso, advirtió de que el peligro de contagio «sigue ahí» y pidió «precaución; esto no es una carrera y si hemos llegado hasta aquí es por lo bien que se ha portado la sociedad de Formentera».

Ferrer añadió que la intención de su equipo de gobierno, ante esta apertura que ahora se ha frustrado, es la de «tratar poco a poco» un futuro «aumento de frecuencias» de las barcas entre las dos islas, «con toda la precaución y trabajando conjuntamente con el resto de islas y el Govern para hacerlo con toda la seguridad y los controles necesarios». «No queremos un aumento de frecuencias exagerado pero sí ir dando esos pasitos hacia la nueva normalidad; todo se basa en la responsabilidad individual», añadió, para posteriormente reiterar: «Recordemos que una cosa es hoy [por ayer] esta comparecencia [de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, en la que se anunció el pase de fase], y otra las órdenes ministeriales que salgan y que puede que, independientemente de que una isla esté en fase dos y la otra en la tercera, haya cosas que permitan», como la apertura del tráfico marítimo.

Prepara la llegada de turistas

Prepara la llegada de turistas

Ahora, el principal reto al que se enfrenta el equipo de gobierno que preside es el de «empezar a trabajar de cara a esa fase de relativa normalidad en la que se supone que podremos empezar a recibir visitantes; en los protocolos necesarios, en recibir la información nacional e internacional sobre cómo se va a gestionar la llegada de turistas».

En definitiva, desde el Consell esperan poder resolver las dudas que albergan sobre cómo controlar los futuros flujos de turistas garantizando su seguridad y la de los residentes pero manteniendo «esa sensación de vacaciones» que debe proporcionar la isla como destino turístico.

El argumento del Gobierno

El argumento del Gobierno

El Gobierno argumentó que sigue prefiriendo el periodo de catorce días para cambiar de fase y no adelantar la desescalada con solo siete días de estancia en la última etapa asumida. «Somos partidarios de mantener ese gradualismo y sólo cambiarlo en condiciones muy particulares», destacó Illa, en referencia a las islas de Formentera y La Graciosa, en Canarias.