El sector del comercio está sufriendo un nuevo parón en las ventas después de lo más exigente del confinamiento. De hecho, los establecimientos de actividades no esenciales, tras dos meses de cierre forzoso, se encuentran ahora que por fin pueden abrir con que no hay negocio suficiente para recuperarse. Los más, o los primeros afectados en este sector, son los de pura temporada de verano y los que ya sufrían una cierta crisis estructural. Es decir, aquellos pequeños comercios tradicionales y de proximidad (muchos de ellos abrían todo el año) que ya venían sufriendo por la falta de relevo generacional, por el cambio del estilo de consumo con el crecimiento de la venta online o por la competencia de grandes establecimientos, cadenas o franquicias. (Ver galería de imágenes)

El panorama comercial en el centro de Ibiza es dispar. A pesar de estar ya en la tercera semana en la que los negocios pueden abrir, muchos optan todavía por no hacerlo. En la avenida de Bartomeu de Roselló, uno de los centros de compras más importantes de la isla, ciertos establecimientos siguen con la persiana bajada. Es el caso de la tienda de embutidos Viandas que, sin embargo, como indica un cartel realiza envíos sin cargo.

Las tiendas de ropa, además de bares, restaurantes y establecimientos de alimentación, son las que han decidido abrir en mayor número. En Inside ofrecen precios más baratos desde que pudieron volver a abrir y en Springfield aplican un 25 % de descuento en algunas prendas. Sin embargo, la mayoría de las tiendas de ropa no prevén iniciar las rebajas antes de lo habitual, el 1 de julio, a pesar de que las ventas no van bien.

Desde la asociación de comerciantes de la Pimeef, su presidente, José Javier Marí asegura que «la mayoría de los comercios están en una situación límite en estos momentos». Javier Gimeno y Mercedes Prats de Pop Up Ibiza son contundentes y cuando se les pregunta cómo están yendo las ventas en estos días responden sin vacilar: «No están yendo». «Nosotros damos por perdida la campaña de verano», afirma Gimeno, a lo que Prats aclara que ésta se centra en abril, mayo y mitad de junio. Esta tienda de ropa ofrece un 30% de descuento en algunas prendas en un intento de vender algo de lo que ya se debía haber vendido y que el estado de alarma impidió. Sin embargo, consideran que es mejor seguir abiertos: «Aunque estemos cerrados, los gastos son prácticamente los mismos. Así que abrimos para ver si recuperamos algo», asegura Prats y Gimeno añade: «Además, cuanto más estemos cerrados, menos movimiento habrá y será peor».

Por su parte, Javier Sánchez, de Vestium, aún espera no tener que dar por perdida la campaña: «Aún es pronto para decir que hemos perdido el verano. Lo que está claro es que lo que se busca es cubrir costes, porque el margen que te da el verano no lo vamos a tener. Al final vivimos del verano». Además, en esta tienda apuntan a que las pocas ventas que están haciendo las consiguen por las mañanas: «Las mañanas son más activas, por las tardes la gente se dedica más a pasear, a la playa o a tomarse la cervecita».

En cuanto a las rebajas, Sánchez quiere esperar a ver cómo va junio para decidir si las adelanta o no. «Si junio no va bien haremos alguna promoción o incentivo antes de las rebajas», explica, al tiempo que apunta a que cada año las prendas de verano llegan antes: «Recibimos bañadores desde diciembre».

Iván Pezzini es el responsable de otro establecimiento de moda y complementos, Blink. Igual que los demás coincide en que en esta tercera semana de desescalada para su tipo de comercio hay un claro parón: «Los primeros días había cierta alegría porque se podía salir e ir a comprar, pero ahora se ha parado todo. La primera semana vendí un 96% menos que la misma del año pasado. La segunda fue un 88%, pero en esta, de momento estoy en el 100%. No he vendido nada».

Pezzini tiene colgado un cartel que anuncia rebajas del 50%, aunque aclara que se trata de una promoción solo para colecciones de años anteriores y, a pesar de que mayo «ya está perdido» confía en no tener que dar por perdida toda la campaña de verano: «Si pensase que está perdida la campaña de verano, habría devuelto las llaves del local».

A pesar de que establecimientos como inmobiliarias o peluquerías siguen cerrados en las vías adyacentes a Vara de Rey, otras actividades se mantienen. Es el caso de la calle Bartomeu Vicent Ramon, en la que a pesar de la situación siguen en marcha unas obras de reforma y acondicionamiento del local que ocupó durante muchos años un bar situado junto a la empresa de alquiler Casa Valentín.

En Vara de Rey la inmobiliaria VIS sí está abierta. En el interior David Hackenbroich asegura que el negocio no se ha parado del todo, ni siquiera durante el confinamiento, periodo en el que logró cerrar dos ventas, al precio establecido. Según Hackenbroich hay bastante interés por parte de clientes residentes en la isla: «Estamos recibiendo solicitudes de información y peticiones de visitas de gente de diferentes nacionalidades, aunque residentes en la isla. De hecho, ahora estaba viendo que uno de estos portales de inmobiliarias en internet en el que nos anunciamos informa de que se están produciendo cifras récord en las visitas online». Curiosamente, el nombre de la empresa que fundó su padre, VIS, responde a las siglas en alemán de Sistema de Inmobiliaria con Vídeo: «En los 80, mi padre grababa videocasetes y los enviaba a los clientes. Entonces no funcionó muy bien, pero ahora con internet es otra cosa».

En el barrio de es Pratet, Cati atiende a sus clientes en la panadería Gatzara. Una clienta le pide un pa de xeixa y a continuación asegura que con el confinamiento ha «aumentado mucho el consumo de pan». «Hemos vendido más harina que nunca y más levadura que nunca», aclara.

En su caso, en la tienda les ha ido bien, pero el horno de la empresa ha tenido problemas porque son proveedores para muchos bares y restaurantes de la isla, aunque han mantenido cierto volumen de trabajo porque también abastecen a supermercados y tiendas.