El Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation ha reunido una serie de datos socioeconómicos y ambientales correspondientes al periodo de crisis del coronavirus comprendido entre el 15 de marzo y el 10 de mayo -día en que Ibiza entró en la Fase 1 de la desescalada- con el fin de hacer una valoración de la situación de confinamiento en materia de sostenibilidad.

El análisis medioambiental de los datos de calidad del aire recogidos en cuatro estaciones de medición de la isla a través del Sistema Caliope hasta el lunes de la semana pasada demuestran que la reclusión y la minimización de la movilidad y de las actividades comerciales a causa del establecimiento del estado de alarma han supuesto en Ibiza una considerable disminución de las emisiones de todos los gases de efecto invernadero analizados a excepción del Ozono (O3), un gas muy dependiente de las condiciones climáticas.

En lo que se refiere al resto de gases contaminantes, tanto el dióxido de azufre (SO2) como el dióxido de nitrógeno (NO2) han mostrado un fortísimo descenso que en el caso de este último, registró en marzo en la estación de Can Misses una bajada porcentual del 88,81% respecto del mes anterior.

También el material particulado respirable -contaminante cuyo origen principal son las emisiones de los vehículos diésel-, ha registrado en Ibiza caídas de hasta el 130%.

En lo que se refiere al dióxido de carbono (CO2), la ingeniera medioambiental del Observatorio de Sostenibilidad Marina Moheno ha calculado las emisiones de este gas emitidas a la atmósfera por tráfico aéreo y ha concluido que este tipo de contaminación ha disminuido en un 98%.

"En menos de dos meses, con los vuelos cancelados desde o hacia Ibiza, se ha dejado de emitir a la atmósfera el equivalente al CO2 que se generaría para producir 4.700.000 kilos de patatas,1.200.000 kilos de pan y 100.000 kilos de carne de vacuno más lo que emiten 17.000 europeos medios en algo más de un mes", según Moheno.

En lo referido al transporte marítimo, las emisiones de CO2 en las Pitiusas durante las primeras 7 semanas de confinamiento han sido 0.017 Kt, es decir, un 61% menos que en las mismas fechas de hace 3 años, las últimas conocidas.

En lo que respecta a la energía, durante el mes de abril de 2020, la demanda eléctrica en Ibiza y Formentera, fue de 49.686 Mwh, un 26,4% menos que en el mismo periodo de 2019. Este descenso de la demanda eléctrica ha supuesto también una reducción de las emisiones de CO2 según muestran los datos de Red Eléctrica. Así, por poner un ejemplo, mientras el 23 de marzo de 2019 a las 20.10 horas las turbinas de gas dedicadas a la producción eléctrica de las Pitiusas emitieron el equivalente a 23,4 toneladas de carbono por hora mientras que a la misma hora del 22 de marzo de 2020, las emisiones fueron de 14,9 t CO2 eq/h, es decir, un 36,3% menos.

En abril, el desplome de estos datos fue aún más evidente ya que los pasajeros totales registrados en el aeropuerto de Ibiza fueron 2.823, un -99,5% menos que en el mismo periodo que el año anterior debido al descenso de operaciones hasta las 303 (-93,8%).

El consumo de agua ha descendido en este periodo, según ha podido comprobar el Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation a partir de los datos de Aqualia según los cuales el consumo de agua ha descendido un 20,9% de media en la isla respecto a las mismas fechas del año anterior.

En paralelo, durante el mismo periodo se ha registrado un elevadísimo aumento de las cifras de desempleo en Ibiza que ha venido acompañado de un dramático ascenso de las solicitudes de servicios sociales básicos, situaciones que previsiblemente se alargarán en el tiempo.

Ante este hecho,la Coordinadora del Observatorio, Inma Saranova, asegura que "será importante dar seguimiento a los intentos de recuperación de la crisis para que la priorización del crecimiento económico no suponga que la agenda ambiental de la isla quede en segundo plano".

"La recuperación tras la pandemia no debería ser a costa de la suspensión de las limitaciones medioambientales ni de los compromisos climáticos, así como la mejora ambiental no saldrá adelante sin garantizar los derechos y el bienestar de los habitantes de Ibiza", apunta Saranova.

Por esto motivo, desde el Observatorio de Sostenibilidad insisten en la necesidad de seguir trabajando en la isla para lograr los objetivos de la Agenda 2030 planteando soluciones desde una transición inclusiva capaz de reducir las diferencias sociales.

El confinamiento obligatorio y la paralización económica no son formas sostenibles ni deseables de reducir la contaminación del aire o de asegurar la reducción en el consumo de recursos, por ello, desde esta entidad insisten en que los impactos económicos y de bienestar a largo plazo de esta crisis serán devastadores para muchas personas en Ibiza y por eso, es imprescindible impulsar en la isla sectores capaces de dar solución a los problemas sociales, medioambientales y económicos.

"En la nueva normalidad será necesario enfatizar la compatibilidad entre prosperidad y protección ambiental", asegura la directora de IbizaPreservation, Sandra Benbeniste. "En ningún caso debemos entender que sólo es posible obtener buenos indicadores ambientales si hay crisis económica, al contrario, debemos construir un nuevo escenario en el que la sostenibilidad ambiental sea parte de la solución", afirma Benbeniste.

Por todo ello, el Observatorio de Sostenibilidad concluye que hay que apostar por actividades capaces de dinamizar la economía desde la sostenibilidad, como la renovación de edificios energéticamente eficientes, las energías renovables, la movilidad sostenible o la agricultura ecológica como generadores necesarios de empleo y como herramientas de diversificación de una economía capaz de incluir a toda la ciudadanía.

El Observatorio de Sostenibilidad de Ibiza es un proyecto liderado por la fundación IbizaPreservation y dirigido a mejorar el conocimiento sobre el estado actual de la sostenibilidad de la isla. El trabajo se concentra en la recopilación y análisis de los datos sobre biodiversidad, residuos, agua, energía, territorio, turismo etc. De esta manera, se identifican y cuantifican los principales problemas socioambientales de la isla de Ibiza, ayudando a orientar las prioridades y acciones para la conservación de la naturaleza y el paisaje.