Desde la aprobación del decreto del estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus se han reducido drásticamente las comunicaciones marítimas entre las Pitiusas con tres salidas diarias desde la Savina y otras tantas desde Ibiza. Estos trayectos son cubiertos por tres compañías que operan en la línea y que se turnan, trabajando un día y librando dos cada una. Además se mantiene el tráfico de mercancías con el 'Posidonia' de Baleària (tres salidas diarias) y el 'Nova Ofiusa' de Formentera Cargo.

Esta situación está poniendo al borde de la bancarrota a las compañías que están cubriendo este servicio esencial. Tanto es así que la Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas de Balears (Apeam) remitió el pasado 30 de abril a la conselleria de Mobilidad del Govern balear una carta en la que pide «las compensaciones o contraprestaciones económicas necesarias para que, con las mínimas garantías de sostenibilidad de las empresas afectadas, puedan seguir manteniendo la actividad de transporte marítimo de pasajeros y mercancías entre los puertos de las Balears».

El descenso de pasajeros ha sido drástico. Entre el 14 de marzo y el 14 de abril viajaron entre las Pitiusas un total de 3.578 personas en los dos sentidos, lo que representa entre un dos y un tres por ciento respecto al movimiento registrado en el mismo periodo del pasado año. Según los datos de la Autoridad Portuaria de Balears, en el mes de marzo de 2019 viajaron en esta línea 83.000 personas y en el mes de abril 121.562 personas.

Las cifras facilitadas por las navieras son elocuentes, Trasmapi movió, durante el primer mes de confinamiento, a 1.313 personas. Baleària embarcó un total de 1.480 pasajeros y Mediterrànea Pitiusa transportó a 725 personas. Hay que tener en cuenta que desde la declaración del estado de alarma cada naviera opera un día y libra dos. Esto significa que la media de ocupación de cada barco es sólo de unas 20 personas.

Al límite

Las navieras están al límite y siguen afrontando gastos sin apenas ingresos. A principios del mes de abril, el delegado insular de la Apeam, Rafael Cardona, decía: «Si esto se prolonga, tendremos que parar o pedir una ayuda pública porque es inasumible».

Un mes después de esas declaraciones, la situación es todavía peor para las compañías y la patronal de las navieras ha remitido la misma carta al Govern y también al Consell de Formentera.

En la misiva, el presidente de la patronal, Miguel Puigserver, detalla la situación por la que está pasando el sector desde la declaración del estado de alarma y como ejemplo práctico cita «la línea Ibiza-Formentera (que sería aplicable a las otras líneas Alcudia-Ciutadella o Palma-Ibiza)». A lo que añade: « Con el fin de dar el servicio esencial a los pasajeros, las empresas se ven obligadas a tener la misma cantidad de personal de tierra que antes de la declaración del estado de alarma (taquillas, amarradores, oficinas administrativas)».

«En el momento actual, la situación económica se ha vuelto insostenible». «Todos y cada uno de los viajes genera pérdidas (...), de tal forma y manera que [algunas navieras] se ven abocadas a una más que inmediata quiebra económica y el concurso de acreedores», alerta Puigserver.