Las principales patronales pitiusas coinciden en valorar el plan de desconfinamiento por fases presentado por el Gobierno, al menos el primer esbozo que se ha conocido, y en dos puntos principales. Primero, en que antes de reiniciar la actividad turística hay que asegurar que el virus está controlado en las islas, con test rápidos y el cumplimiento de las medidas de protección; la imagen de seguridad será clave cuando se abra el transporte, advierten. Segundo, en pedir ayudas económicas, principalmente prolongando los ERTE por causa de fuerza mayor. Cuando todo esto se cumpla, señalan que habrá que implementar controles exhaustivos en los puertos y el aeropuerto porque las islas corren el peligro de sufrir un rebrote de la enfermedad y todo el esfuerzo habrá sido en vano. Mientras tanto, y debido a las restricciones, creen que el reinicio parcial de la actividad será testimonial en las Pitiusas.

La ausencia de menciones específicas a cómo y cuándo se prevé la apertura de puertos y aeropuertos es algo que también echan en falta tanto la CAEB como la Petita i Mitjana Empresa (Pimeef) y la Federación Empresarial Hotelera (Fehif).

CAEB. El vicepresidente de la CAEB, José Antonio Roselló, «desde el ánimo de la crítica constructiva», considera respecto al documento del Gobierno: «No podemos sustraernos a la idea de que es un galimatías porque no está tan clara la dinámica de acontecimientos previstos. Y porque todo depende de indicadores que se pueden o no dar y seguimos sin algo muy importante: certezas sobre fechas».

En el aspecto sanitario («desde hace semanas notamos cierta parálisis» en su gestión, lamenta), además de pedir test rápidos incluso por zonas o municipios critica que las administraciones no se sirvan de la sanidad privada para descongestionar la pública, y de los veterinarios (alrededor de 150 centros en todas islas) para, por ejemplo, aplicar los PCR (pruebas diagnósticas para determinar si una persona está infectada). «Hay que poder abrir [las islas] dando seguridad a los visitantes. Tenemos que asegurar que no habrá rebrotes para dar una buena imagen. Esto es lo que preocupa», insiste.

Roselló considera «una entelequia» la apertura de negocios, aunque sea parcial, «cuando no podemos recibir visitantes». Pero cuando esto sea posible, propone controles tanto en origen como en la terminal de es Codolar. «Tendría que haber un acuerdo europeo y hay que asimilar que habrá colas en las terminales. Todo se puede implementar, pero la clave está en que la población de las islas pueda disponer de test», reitera.

Pimeef. Alfonso Rojo advierte de que la principal preocupación de los pequeños empresarios está relacionada con los protocolos de seguridad para garantizar la salud de sus empleados y de los clientes (la patronal prepara una propuesta para que sus asociados puedan comprar equipos de protección individual, conocidos como EPI).

Rojo exige que estos protocolos sanitarios se den a conocer «cuanto antes» y recuerda que el confinamiento se mantendrá hasta finales de mayo: «Por eso creemos que en esta fase simplemente se engrasa la maquinaria. Nadie habla de generar ingresos. Estamos en fase de resetear los negocios y eso cuesta dinero».

En cuanto a la temporada, «en un porcentaje muy importante de empresas habrá pérdidas», adelantó, y añadió: «Somos conscientes de que todo lo que pasará será un puente de cara al verano de 2021». La apertura del 30% de las terrazas de bares y restaurantes en la segunda fase o fase 1, a partir del 11 de mayo si no hay contratiempos, no convence a Rojo: «Serán muy pocos los que abran. Estamos hablando con los ayuntamientos para que, según las zonas, haya un aumento importante de la ocupación de la vía pública en cuanto a las terrazas».

Al igual que CAEB, desde Pimeef resaltan la necesidad de extremar las precauciones en la entrada de viajeros, cuando esto sea posible. «Todo depende del control sanitario. Las grandes ciudades como Barcelona o Madrid, que son nuestros grandes mercados nacionales, están más afectadas [por el virus] que cualquier país extranjero, por lo que entendemos que permitir una apertura masiva sin fuertes controles sanitarios, no es sencillo». «Si un test en origen da negativo y al llegar se repite el resultado, dejaría entrar al turista», razona el presidente de la Pimeef.

El coste de este doble control «puede ser elevado», reconoce, «pero puede ser rentable asumirlo si ese cliente luego puede estar unas semanas con nosotros», sentencia Rojo.

Federación Hotelera. La principal inquietud de los hoteleros pitiusos es lógica: llegar al inicio de la «nueva realidad», a finales de junio, con la certeza de que las islas pueden garantizar a sus turistas una estancia segura. Ana Gordillo, la presidenta de esta patronal, apoya el plan de desescalada presentado por el Gobierno («al menos ya sabemos a qué fechas atenernos»), pero señala que sólo será viable si hay «responsabilidad y sentido común» a la hora de aplicar las medidas de control para frenar el virus, y con la realización de test rápidos masivos para tener una idea de la realidad sanitaria de las islas. También critica que el plan estatal no mencione los puertos y aeropuertos. «No tiene ningún sentido», dice, sobre todo cuando antes se prevé la apertura de negocios; «¿de dónde sacamos los clientes», se pregunta. Gordillo incide en la necesidad de prolongar los ERTE por causa mayor, como el resto de patronales.