El sector de la construcción de Ibiza reanudó ayer «a medio gas» la actividad tras la finalización del confinamiento decretado por el Gobierno a toda la actividad laboral, salvo la esencial. La falta de material de protección (mascarillas), la reducción de personal y el suministro de algunos materiales así como la imposibilidad de trabajar en la reforma de viviendas habitadas, condiciona la reactivación del trabajo en las obras públicas y privadas en las Pitiusas. En todo caso, un empresario apuntó a este diario que han llegado trabajadores de la Península para incorporarse a las obras en marcha. (Ver galería de imágenes)

El Consell mantiene en suspenso las obras en la red viaria de la isla, fundamentalmente la ampliación de la carretera de Santa Eulària en el tramo de Ca na Negreta y la variante de Jesús, entre otras actuaciones. El vicepresidente primero de la institución, Mariano Juan, aseguró que mientras los directores de estas obras no garanticen el cumplimiento de las medidas de seguridad y el suministro suficiente de material no se reanudará la actividad. Juan recordó que el Consell decidió suspender estos trabajos antes de que se decretara «el confinamiento duro».

Entre hoy y mañana se prevé que se reactiven las obras de construcción de la planta de triaje de residuos en Ca na Putxa, aunque con «bastante menos personal» y «a una marcha menor», según explicó el conseller de Gestión Ambiental, Vicent Roig. La plantilla no está completa (muchos trabajadores se desplazaron a la Península) y, además, debe haber menos trabajadores para cumplir la distancia de seguridad. «Se espera que la semana que viene se alcance un ritmo del 60-70% [con respecto al de antes de la crisis sanitaria]», dijo Roig, que apuntó que se debe recalcular toda la obra para evaluar el retraso acumulado con respecto a la fecha que estaba prevista (15 de septiembre) para la puesta en funcionamiento de las nuevas instalaciones.

Obras en es Raspallar paradas

Obras en es Raspallar paradas

Las obras del tejado del polideportivo de Can Coix y el depósito contraincendios del Recinto Ferial, entre otras actuaciones, se retomaron ayer, según Roig, que recordó que sigue pendiente la finalización de las obras de los vestuarios del polideportivo de es Raspallar, que se utiliza para dar un techo a medio centenar de personas sin hogar.

El Ayuntamiento de Sant Josep confirmó la reanudación de la construcción del colegio de ses Planes, mientras que el primer teniente de alcalde de Sant Antoni, Joan Torres, explicó que él mismo comprobó que se ha retomado la actividad en varias obras publicas que habían quedado en suspenso tras el último decreto del Gobierno: la interconexión de la red de agua de ses Païsses con el depósito de sa Serra y el cambio de canalizaciones de fibrocemento, al igual que la sustitución de la red de Cala Gració y la separación de pluviales así como la finalización de las obras de supresión de barreras arquitectónicas en el núcleo urbano.

Santa Eulària informó del reinicio de las obras de la carretera de es Canar, del edificio polivalente del campo de fútbol de Santa Gertrudis y otras actuaciones en diversas calles.

Por su parte, diversos empresarios de la construcción explicaron ayer a este diario que, por diversas causas, no se puede recuperar la actividad con normalidad y que, por ello, se trabaja « a medio gas». Un constructor, que prefirió mantener el anonimato, informó de que en su empresa trabaja el 25% de la plantilla que tenía contratados antes de la crisis y que son los que tienen un contrato fijo.

Prescindir de los temporales

Prescindir de los temporales

Se ha visto forzado a prescindir del resto, con contratos temporales para obras concretas. «Aguantamos la primera semana, pero cuando acabamos el mes no pudimos seguir. Mantener la plantilla era imposible», dijo este empresario, que lamenta que el Gobierno no facilite ayudas a este sector (la posibilidad, por ejemplo, de hacer expedientes de regulación temporal de empleo) para aguantar.

Además, hay obras que están a punto de finalizar y que no se pueden culminar al afectar a espacios habitados, por lo que no se puede cobrar el trabajo que se ha hecho, lo que resta liquidez a la empresa en un momento complicado. Este mes coincide con el pago de impuestos como el IVA, el de sociedades y el IRPF trimestral. «Si se pide un aplazamiento, habrá que pagar luego intereses. Si se suma todo esto, más los salarios, y si no se factura, la situación es insoportable», destacó este empresario, que, además, ha tenido que elaborar en su casa mascarillas para sus trabajadores.

Mascarillas a 20 euros

Mascarillas a 20 euros

Otro empresario, con una plantilla de medio centenar de trabajadores, indicó que ha podido comprar 50 mascarillas en la isla a «20 euros cada una». Desde hace un mes y medio tiene pendiente un pedido de una farmacia. «No han llegado. Las mascarillas que tenemos no se pueden usar más de tres días. Si no llegan a la isla, tendremos un problema», subrayó.

Esta constructora no se ha visto forzada a despedir a ningún trabajador, aunque ayer una veintena se quedó en sus casas al no poder retomar la actividad en todas las obras que estaban en marcha antes de que se decretara la suspensión provisional en el sector. Una obra, por ejemplo, está pendiente de la llegada de material de una serrería ubicada en una de las zonas más afectadas por el coronavirus en Cataluña y otra tenía problemas con el suministro de hormigón. «No podemos trabajar en condiciones normales», agregó.

Los empresarios de la construcción consultados apuntaron que las empresas y autónomos vinculados al sector, como electricistas o fontaneros, también han retomado la actividad «a medio gas».

El gerente de Suministros Ibiza, Pedro Cardona, destacó que «no hay problemas» de material de construcción en la isla y, de hecho, la empresa cuenta con un mayor stock. También dijo que de momento no se ha reanudado toda la actividad en las obras.

El personal de esta empresa trabaja con mascarillas, pero de momento no cuenta con suficientes para venderlas al sector. Otra empresa de suministros de construcción confirmó que hay suficiente material y que sólo se retrasa algún día la llegada de los pedidos procedentes de la Península.