Las Pitiusas han sumado en las últimas horas nueve diagnósticos confirmados de coronavirus, los mismos que el día anterior. Estos 18 casos nuevos en dos días suponen un incremento considerable, teniendo en cuenta que los días previos el número de enfermos confirmados no pasaba de cuatro por día. El número de pacientes curados, un total de siete, es inferior al número de casos detectados. El portavoz del Comité de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Balears, Javier Arranz, confirmó ayer, además, la séptima muerte de una persona con coronavirus en las Pitiüses: una mujer de 95 años que estaba hospitalizada en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Entre los casos diagnosticados se cuenta el tercero de la isla de Formentera, una mujer de 79 años que está ingresada en Can Misses, adonde se la trasladó en helicóptero el pasado sábado.

En estos momentos, las Pitiusas suman 126 casos acumulados confirmados de coronavirus, 97 de ellos activos, es decir, en tratamiento, uno más que el día anterior. De ellos, 59 están hospitalizados (17 en unidades de críticos) y 38 permanecen en sus casas con síntomas leves. De estos últimos, 37 están controlados por la sanidad pública a través de los profesionales sanitarios de las Unidades Volantes de Atención al Coronavirus (UVAC) y uno por los médicos del centro privado.

Éste último tiene hospitalizados a once enfermos, tres de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). El Hospital Can Misses acoge, según los últimos datos, a 49 pacientes con coronavirus, 28 de ellos en las plantas específicas para estos enfermos. Otros 14 se encuentran en la UCI y 5 en la Unidad de Media Estancia Ca na Majora, en el viejo Can Misses, que en estos momentos acoge a los contagiados que proceden de las residencias de la isla, en cuyo entorno ayer no se confirmó ningún nuevo caso.

Desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera destacaron ayer que si bien el número de sanitarios contagiados sigue siendo el mismo (5) se han reducido mucho los que se hallan en vigilancia activa a la espera de que se confirme o descarte un diagnóstico de Covid-19.

Arranz destacó ayer que, en Balears, el crecimiento de nuevo casos fue apenas del 2%, con 27 nuevos casos, un incremento muy por debajo del de las Pitiusas (un 7,7%). Las islas acumulan 1.320 contagiados confirmados, 531 curados y, por desgracia, 81 fallecimientos.

El experto explicó ayer que aunque por el momento hay pocas publicaciones al respecto el virus «en algunas personas podría dejar alguna secuela a nivel pulmonar». En este sentido indicó que estas secuelas podrían ser «similares» a las dificultades para respirar que tienen personas con enfermedad pulmonar crónica y que podría equipararse a una fibrosis pulmonar. Arranz matizó que, por el momento no se puede descartar que estas secuelas no sean para siempre sino que únicamente se sufran durante «un tiempo corto». «En todas las epidemias nuevas primero interesa la parte aguda, luego el tratamiento y las vacunas y a medida que pasa el tiempo hay que ver cómo evolucionan las personas que se van curando. Es lo que pasó con el ébola. Primero nos preocupaba que la gente no se muriera y luego ya vimos los problemas dermatológicos, de audición y visuales. Se trata de un virus nuevo y nos queda esa parte de seguimiento», detalló Arranz, que defendió la importancia de mantener «de forma clara» el confinamiento como una medida «de vital importancia» para que los nuevos casos vayan disminuyendo.

Respecto a las instalaciones en las que el gobierno propone aislar a las personas positivas en Covid-19 pero sin síntomas, Arranz señaló que es la conselleria la que tiene la información, aunque recordó que hoteleros de todas las islas han puesto sus establecimientos a disposición de Salud para aquello que sea necesario. El experto indicó que hacer un seguimiento del estado de estos contagiados permitirá detectar cualquier cambio en su estado y los primeros síntomas.

Tal como ya habían anunciado desde Salud, ayer llegó a Mallorca un nuevo envío de material que se distribuirá después entre todas las islas. Este último cargamento incluía 1.583.000 mascarillas quirúrgicas, 10.500 test rápidos de anticuerpos y 5.000 pantallas de protección para los profesionales sanitarios de Balears.