El coronavirus ha provocado una avalancha de peticiones en los servicios sociales de los ayuntamientos de Ibiza para recibir ayudas para comprar alimentos. Al empeoramiento de la situación de las personas más vulnerables se une la precariedad en la que sobreviven en la isla multitud de trabajadores que no han podido comenzar la temporada turística por el estado de alarma. Además, Cáritas advierte de que, si la actividad económica continúa paralizada o, en el peor de los casos, no se reanuda, este notable incremento de solicitudes de personas que no tienen recursos aumentará exponencialmente y proporcionarles comida será insuficiente.

Los ayuntamientos de Ibiza, Santa Eulària, Sant Josep y Sant Antoni coinciden en que los profesionales de los departamentos de Servicios Sociales están desbordados desde que comenzó esta crisis sanitaria por el Covid-19. En Santa Eulària, calculan que las peticiones de residentes del municipio para obtener alimentos casi se han triplicado y las ayudas que ofrecen son vales de alimentos o directamente se ingresa el dinero a los solicitantes. Según explicó ayer a este diario un portavoz del Consistorio, el perfil de las personas o familias que han atendido son, principalmente, aquellas que iban a finalizar un plan de intervención en los Servicios Sociales de Santa Eulària, pero el coronavirus ha obligado a prorrogarlo; vecinos que acuden al Consistorio por primera vez porque trabajan en la hostelería y no han podido arrancar la temporada; trabajadores que han sufrido un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y no saben si van a cobrar alguna prestación, y también usuarios que carecen de contrato y como trabajan «en negro» ahora no tienen ingresos ni derecho a ninguna prestación económica.

Desde el Consistorio de Ibiza señalan que entre el pasado 17 de marzo y ayer han tramitado 113 expedientes de ayuda por un valor de 17.828 euros y destacan que han recibido el doble de solicitudes de alimentos: si en 2019 durante este periodo tuvieron 45, este año han sido 93.

El departamento de Servicios Sociales de Sant Antoni, que ya estaba desbordado antes de la crisis sanitaria y tenía una lista de espera de al menos dos meses, ha tramitado prestaciones de alimentos con tarjeta a 115 familias, de las que 35 son «casos nuevos» causados por la hibernación de la actividad económica. Además, casi la mitad de las personas que han tenido que recurrir al Ayuntamiento para poder comer (50) se han derivado a Cáritas, mientras que Cruz Roja ayuda a 25 familias, concretó una portavoz del Consistorio.

Sobre el servicio de duchas y lavadoras, tras el cierre de la sede de Cáritas Sant Antoni el Ayuntamiento todavía no ofrece una alternativa a la quincena de usuarios que se beneficiaban de él y que ahora se han quedado sin un espacio en el que asearse y lavar su ropa.

Desde el Ayuntamiento de Sant Josep, por su parte, señalaron que también han registrado un «incremento importante» de solicitudes de alimentos desde que se decretó el estado de alarma el pasado 14 de marzo por la Covid-19 y que próximamente proporcionarán datos más detallados al respecto.

En cuanto a Cáritas y Cruz Roja, la primera entidad ha duplicado el número de usuarios (ayer recibieron comida 31 personas para 51 beneficiarios) que necesitan esta ayuda desde que comenzó la crisis sanitaria, mientras que la segunda entrega comida a 35 nuevas familias, que se suman a las 15o a las que suelen atender.