La Semana Santa, que comienza mañana, será la más extraña que hayamos vivido. Debido a la pandemia de Covid-19 y a la situación extraordinaria de confinamiento, además de que se han suspendido todas las procesiones, las celebraciones sufrirán cambios debido, fundamentalmente, a que los fieles no podrán asistir a ellas. Algunas partes de la liturgia han sido anuladas, según anuncia Josep Lluís Mollà, párroco de Sant Josep, templo desde donde la televisión local retransmitirá tanto la misa de Ramos (domingo a las 12 horas) como la misa del Jueves Santo (18 horas), el oficio del Viernes Santo (18 horas), la Vigilia Pascual (sábado a las 21 horas) y el Domingo de Pascua (12 horas).

Domingo de RamosSin bendición ni procesión de ramos

Mollà explica que hay tres maneras de celebrar el Domingo de Ramos. Dadas las circunstancias, han optado por la más austera: sin bendición ni procesión de ramos. Las otras dos posibilidades eran con bendición y procesión, o sólo bendición. «Sólo se celebrará la misa y se omite la primera parte de su inicio, que es esa bendición y procesión».

Jueves SantoNi monumentos eucarísticos ni lavado de pies

El Triduo Pascual comenzará el Jueves Santo (18 horas) con un gran vacío en los templos: no habrá monumentos ( cases santes) dedicados al santísimo. Las cases santes tienen un elemento fundamental, la brulla, semillas de lentejas, trigo o maíz que se dejan crecer durante tres semanas a oscuras. Se obtienen así brotes pálidos, muy verticales, que decoran los monumentos, en los que además se colocan calas, hortensias, margaritas y liliums. «Es lógico -indica Mollà-, que no se hagan este año, pues se construyen para la adoración de los fieles al Señor. Al no ser posible el desplazamiento de la gente, tampoco se pueden visitar. No tendría sentido».

En la misa de la Cena del Señor también se omitirá el lavatorio de los pies, pues tampoco habrá fieles. Al final de la misa tampoco habrá la reserva del santísimo en el monumento. El Jueves Santo, los sacerdotes consagran suficiente pan eucarístico para que el Viernes Santo, que no se celebra la Eucaristía, «el pueblo pueda comulgar en los oficios de la Pasión, pues no hay misa». Ese pan consagrado se coloca (este año no) en la casa santa, «adonde iban los fieles a hacer la adoración y oración personal, hasta que el Viernes Santo se usaba esa reserva para dar la comunión en los oficios que tienen lugar ese día».

Viernes santoSe incluye una petición por quienes investigan el

Covid-19

El Viernes Santo (18 horas) se harán todos los oficios de la Pasión de Cristo: «Lo único que se nos ha indicado es que en la oración de los fieles se añada una petición por los enfermos de coronavirus, por los sanitarios y por quienes investigan en busca de un remedio. Y habrá una encomienda por aquellos que han muerto a causa de la enfermedad».

Los oficios empezarán con el sacerdote arrodillado ante el altar en actitud orante. Después se leerán las lecturas propias del día, incluida la historia de la pasión y muerte del Señor del Evangelio de San Juan. Tras la homilía y posterior plegaria universal, llegará la adoración de la cruz, que este año hará sólo el sacerdote en cada pueblo: «Normalmente pasaban los fieles, que solían besar la cruz». Termina el oficio con una bendición al pueblo, pero al no haber asistentes este año, posiblemente se omita también. En la retransmisión televisiva sí se hará.

Vigilia pascualSin fuego en el exterior del templo

La Vigilia Pascual se celebrará, en el caso de Sant Josep, el sábado a las 21 horas, si bien en otras parroquias, como en Jesús, comenzará a las 22 horas: «El misal -explica Josep Lluís Mollà- dice que se tiene que hacer en la noche del sábado al domingo. No debe empezar el sábado antes de que el sol se haya puesto en el horizonte. Tampoco se puede empezar después de que haya salido el sol el domingo. Hay pueblos que la inician a las cinco de la mañana y la concluyen al salir el sol, para a continuación hacer una gran procesión del Encuentro».

Este año se omite la bendición del fuego, un ritual en el que se enciende una pequeña hoguera en la plaza, en el exterior de la iglesia: «Se prende con ese fuego una candela y se bendice el cirio pascual», cuenta el párroco. Normalmente, los fieles portan una vela que arde con esa llama: «Luego se entraba en procesión en la iglesia con el cirio elevado y se iban iluminando poco a poco las candelas y las luces del templo». Este año únicamente se bendecirá el cirio pascual y se leerá el pregón pascual.

En principio se deben leer siete lecturas del Antiguo Testamento, cada una con su correspondiente salmo, una lectura del Nuevo Testamento y el Evangelio. Pero este año se reducirán sustancialmente: en Sant Josep, por ejemplo, leerán tres del Antiguo Testamento, una del Nuevo Testamento y el Evangelio.

Tras la homilía o sermón de Pascua, llegará la bendición del agua del bautismo: «Se bendice bastante agua de la Vigilia y se conserva durante los 50 días de la Pascua, hasta el Domingo de Pentecostés. Es la que se usa para los bautismos de todo el tiempo pascual». Si es que el confinamiento no se prolonga aún más.