Las consecuencias del estado de alarma derivado de la pandemia del Covid-19 ya se reflejan en los datos laborales de Ibiza y Formentera, que acabaron el mes de marzo con un total de 8.422 personas sin empleo, 1.229 más que en el mismo mes de 2019. El paro ha crecido, pues, un 17% en términos interanuales. Es la cifra de personas sin trabajo apuntadas al SOIB más elevada de estas islas desde el año 2016.

Ibiza (8.128 parados, +17,1%) sumó un 37,5% de desempleados en la construcción, un 18,1% en la hostelería (la que, cuantitativamente, más individuos sin empleo ha sumado, 492) y un 22,2% en el comercio. Formentera registró 294 parados, 43 más que hace un año. El incremento en Mallorca ha sido del 13,9%; en Menorca, del 18,1%.

Pero la estadística que mejor refleja la gravedad de la situación laboral es la de la contratación, que, como ya sucedió en la crisis de 2018, se ha desplomado. Se firmaron 3.419 empleos en marzo, un 32% menos que en el mismo mes de hace un año. Hay que remontarse a 2013 para encontrar un dato peor, los 2.980 rubricados entonces, cuando las Pitiusas aún intentaban salir de la recesión durante el periodo primaveral (e invernal).

Los trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (que sobre todo son fijos discontinuos), activados desde el comienzo del estado de alarma, no aparecen computados en el paro, sino como demandantes de trabajo. En marzo se contabilizaron 20.595, un 13,8% más que los que hubo hace 12 meses. Es la segunda mayor cantidad de demandantes de la historia de las Pitiusas en ese mes, ligeramente por debajo de la de 2012, cuando hubo 21.321.

Todo indica que, en abril, tanto el paro como la cantidad de demandantes de empleo (debido a los ERTE) subirán aún más, sobre todo estos últimos, dado que la mayoría están en periodo de tramitación. El propio conseller balear de Trabajo, Iago Negueruela, admitió ayer que «las estadísticas aún no recogen el grueso del efecto laboral» desencadenado por la crisis del coronavirus, que «se manifestará» el próximo mes. De hecho, Negueruela reconoció que de los 9.977 ERTE presentados en Balears (que afectan a unos 87.700 trabajadores) desde mediados de marzo, sólo se han resuelto hasta ahora un millar. Se trata de una labor ardua, pues en todo 2019 sólo se tramitaron 50 ERE y ERTE en Balears.

Lo mismo piensa la presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), Carmen Planas, para quien los datos «son solo un avance» de lo que está por llegar. A su juicio, «es muy importante trazar escenarios y consensuar medidas que permitan mitigar los efectos ineludibles del confinamiento y, sobre todo, reforzar las capacidades de las empresas necesarias para asegurar la viabilidad del negocio». Planas cree que «está en juego la supervivencia de miles de empresas y de miles de puestos de trabajo», y recuerda que nuestra Comunitat Autònoma es la segunda del Estado con peores datos en cuanto al descenso interanual de la afiliación a la seguridad social (-1,38 %, con 6.323 cotizantes menos respecto a hace un año; sólo Extremadura, con un -1,88%, nos supera) y del incremento del desempleo (+14,6 %).

CCOO reclamó un plan de ayudas económicas y cree que estas cifras son un anticipo de la crisis socioeconómica que vendrá tras el estado de alarma por el coronavirus.