Cuando la imaginación, las ganas de trabajar y el ánimo por ayudar se unen surgen iniciativas altruistas que contribuyen a sobrellevar la situación provocada por el coronavirus. Una de ellas es la idea de fabricar máscaras protectoras para el personal sanitario de las Pitiusas, que puso en marcha hace unas semanas David Tur, propietario de Neorotul.

Cuando empezó a extenderse la pandemia provocada por el Covid-19, este empresario ibicenco vio en la televisión cómo en algunos países fabricaban pantallas para proteger el rostro de quienes están más en contacto con los enfermos. Así que un día reunió a su equipo y entre todos se pusieron a trabajar en un primer prototipo.

«Pensamos en la posibilidad de fabricar algo sencillo en nuestro taller de rótulos de Ibiza», explica. Como en esta empresa no utilizan impresora 3D, optaron por un diseño sencillo de realizar con sus medios. «Creamos un prototipo fácil de cortar en una máquina plana de corte en 2D», apunta David Tur.

La idea es aparentemente sencilla, se trata de una especie de diadema que se ajusta a la cabeza, a la que se une una plancha de plástico, de las que se utilizan como portada en la encuadernación de informes. Para que la diadema no se caiga cuenta con unos pequeños enganches donde se introduce una goma elástica que se ajusta detrás de la cabeza.

Segunda versión

Segunda versión

Con la experiencia y las sugerencias de los profesionales, David Tur ha ido mejorando la pantalla, con una segunda versión que se adapta mejor a la cabeza por su forma curva. También ha colocado la pantalla de plástico en horizontal, porque ha comprobado que se cubre una parte más amplia de la cara, y ha sustituido la cinta de tela por una elástica.

Tur explica que este protector es también muy cómodo para quienes llevan gafas, ya que no se adhiere a la cara y permite ver con toda nitidez.

Por el momento ha fabricado unas 400 unidades, de las que 330, según sus informaciones, se han distribuido entre los profesionales del sistema sanitario de Ibiza y Formentera, y el resto las ha regalado a conocidos que trabajan con personas de riesgo.

Con su maquinaria, David Tur es capaz de fabricar 18 unidades en una hora, un proceso relativamente rápido, ya que una impresora de 3D tarda unas tres horas en completar una unidad similar a esta.

Sin clientes que atender y sin posibilidad de trabajar, Tur se dedica a modelar estas viseras. Para ello, cuenta con las aportaciones de las láminas de plástico a través de los hermanos Verdera y de las gomas elásticas de Sa Finca.

Desde el área de Salud de Ibiza y Formentera señalan que tienen constancia de que se están utilizando las pantallas de este o de otros proveedores, tanto en el Hospital Can Misses como en los centros de salud. «Todas las donaciones son buenas, lo agradecemos mucho, y son adicionales al material sanitario que está llegando», recalcan.