El estado de alarma decretado por el Gobierno central ha cambiado la vida de todos y, a pesar de que salir a la calle sin las razones que permite la normativa actual está penado con multas que, en los casos menos graves, pueden ir de 300 a 600 euros por desobediencia, hay quien aún así se salta el confinamiento y aumenta el riesgo de propagación y contagio del coronavirus.

Los agentes policiales que controlan en las Pitiusas que ningún ciudadano esté en la calle sin una razón justificada por el real decreto se encuentran constantemente con excusas variopintas de personas que no quieren ser sancionadas. Y no cuelan, por eso en ocasiones acaban en multa.

Fuentes policiales explican a Diario de Ibiza que hay un hombre que ya ha sido interceptado cuatro veces por la Policía Nacional en el centro de Vila y que habitualmente pone excusas de toda índole para justificar sus salidas. Los agentes le advirtieron recientemente de que la próxima vez que lo encontrasen sin que lo pudiese justificar, sería detenido y encerrado en el calabozo.

A finales de la pasada semana unos policías volvieron a toparse con este ciudadano en la calle Corona, poniendo la excusa de que se sentía muy mal, que tenía coronavirus y que se disponía a ir al Hospital Can Misses. Entonces empezó a toser de una forma muy forzada. La policía decidió, tomando todas las precauciones necesarias, llevarlo al hospital en el vehículo policial, aún creyendo que se trataba de una de las muchas excusas que este hombre ponía habitualmente para pasear por Ibiza. Finalmente, y tras estar ingresado en Urgencias, los resultados de la prueba de Covid-19 dieron negativo y, de volver a salir de su casa sin justificación, será detenido.

Como consecuencia de este servicio, los dos agentes que el sábado llevaron a este ciudadano al hospital, cuando llegaron a sus casas se pusieron voluntariamente en cuarentena, donde permanecieron hasta que ayer mismo les llegaron los resultados negativos de sus respectivas pruebas del Covid-19.

Depilarse las ingles

Depilarse las inglesAl poco tiempo de decretarse el estado de alarma, unos policías se encontraron por la calle a tres mujeres juntas a las que explicaron que no podían ir en grupo y preguntaron de dónde venían, a lo que ellas respondieron que volvían de "depilarse las ingles", cuando los centros de estética permanecen cerrados por decreto.

Al día siguiente de decretarse el confinamiento, agentes de la Policía Nacional fueron advertidos por unos vecinos de que un bar de la calle Madrid de Ibiza tenía clientes y estaba sirviendo bebidas. Hasta el lugar se desplazó una patrulla y comprobaron que, efectivamente, el establecimiento estaba cerrado con una reja pero que dejaba entrar al cliente que lo solicitaba. Una vez dentro, los policías confirmaron que había varios clientes bebiendo cerveza y algunos de ellos en evidente estado de embriaguez. La propietaria alegó que había ido al bar a limpiar y que "se le habían metido clientes y claro, no les iba a dejar sin servir nada". Los agentes le levantaron un acta.

El estrés de estar encerrado, la gran excusa

El estrés de estar encerrado, la gran excusaRecientemente, en Santa Eulària, un hombre explicaba a la policía local que conducía de forma temeraria por el centro urbano porque le dolía mucho la barriga y se disponía a ir a una farmacia, cuando los agentes habían comprobado que unos segundos antes había pasado por delante de una de ellas y no había parado. Así que fue multado.

Otra sanción fue interpuesta también a un joven de este mismo municipio que fue sorprendido circulando en bicicleta por el paseo marítimo. Alegó que se encontraba muy agobiado encerrado todo el día en su casa.

También en Santa Eulària, destaca la denuncia a un hombre que fue sorprendido por los agentes cuando hacía ejercicio en las pistas de atletismo de las instalaciones deportivas municipales. Cuando los agentes le preguntaron qué hacía en el lugar y le recordaron la orden de confinamiento, el hombre afirmó que desconocía esta obligación, "una versión carente de veracidad puesto que llevaba unos guantes de látex mientras hacía deporte", remarcó el Ayuntamiento de Santa Eulària

Y es que el estrés que puede generar el confinamiento es una de las excusas más socorridas de muchos de los que se saltan el estado de alarma. La Policía Local de Sant Antoni denunció a un hombre por nadar en la playa de Caló des Moro. Declaró que decidió darse un baño para rebajar su estrés.

Hasta finales de marzo, en Baleares se han interpuesto más de 3.000 multas por saltarse el estado de alarma y se han producido una decena de detenciones, cuatro de ellas en Ibiza.