La escasez de material de protección es tan acuciante que, hace una semana, 16 médicos de un centro sanitario ibicenco pidieron a través de Amazon 37 mascarillas y 22 gafas para su seguridad y la de sus pacientes. No las recibirán hasta abril. Vista esta situación y que, debido a la escasez de medios, los sanitarios son uno de los grupos más afectados por el coronavirus, no son pocas las acciones solidarias encaminadas a equiparlos, por ejemplo mediante la confección casera de mascarillas. Quizás no sean las más apropiadas ni estén homologadas, pero un centro de salud y una residencia ibicenca no han puesto reparos a las de Ana María Rocha: se las piden «de 12 en 12 y de 30 en 30». Esta mujer las cose en su pequeño apartamento de Sant Antoni, donde vive con su hija, y las regala a quien las necesite.

Hace una semana colgó en Facebook un post que enseguida se difundió por la isla: «Soy modista y he confeccionado mascarillas para colaborar con las personas que las necesitan. Son gratis. Daré dos por persona. Como son de tela, se pueden desinfectar y volver a utilizar». Indicaba dónde podían pasar a recogerlas e, incluso, su número de teléfono.

«Soy costurera desde hace muchos años. Hago ropa para mi familia y para amigas. No tengo un localcito donde pueda trabajar», cuenta Rocha, camarera de piso en el hotel Poniente de Sant Antoni que, como todos los fijos discontinuos, fue llamada y cesada. Le han aplicado un ERTE, pero en vez de quedarse de brazos cruzados durante el confinamiento, decidió exprimir tanto su máquina de coser Alfa, comprada por Internet, como otra adquirida en el Lidl (de gran éxito cada vez que se ponen a la venta).

«Decidí hacer esto para ayudar a la gente, para colaborar. Porque ahora no se encuentran mascarillas en ningún lugar». Se las piden «gente normal que no ha podido conseguirlas». Y, sobre todo, familias con personas mayores a su cargo: «Me da mucha pena que dejen sin mascarillas a los ancianos». De ahí que en una residencia se las pidieran por docenas. Su hermana trabaja en un taller de costura. Ella le facilitó las telas, «los recortes sobrantes, lo que se tira». Porque para hacerlas «no se necesita gran cantidad de tela». Las que ella cose tienen «tres capas de gasa cruda, que se parece al algodón». Reconoce que esa tela «no es 100% segura, pero dándole un buen uso y desinfectándola bien, de algo servirá».

Ya ha repartido gratuitamente 250 mascarillas: «La pena es que la tela que me trajo mi hermana se está terminando». Se enganchan con elásticos: «Las he cosido con gomas, para que no tuvieran un nudo de tela colgando. Es un elástico que mide 15 centímetros. Queda muy bien, horma muy bien con la cara». Había adquirido las gomas antes del confinamiento en la mercería y en el mercadillo para la ropa que cose para su familia y amigas.

Esta mujer boliviana, de 45 años de edad y que llegó a Ibiza «hace casi 20 años», ha diseñado su propio patrón para las mascarillas: «He visto por Internet muchos, pero las medidas me parecían muy pequeñas. Yo las he ampliado. También he hecho unas mascarillas para que se las puedan poner los niños pequeños».

Con un bolsillo para el filtro

No es la única ibicenca que ha decidido aportar su grano de arena en este sentido: «Mi madre y yo -cuenta Eva- nos hemos puesto a hacer mascarillas. Estamos probando varios modelos y formas tras preguntar a enfermeros y farmacéuticos, que nos han aconsejado los materiales y que sean eficaces, con un bolsillo para meter un filtro». Dicen disponer de «telas de algodón buenas» para coser varias: «Lo que no tenemos es goma elástica, que va mejor que las cintas. Si alguien tiene o puede conseguir y quiere colaborar, que me avise y vemos cómo lo hacemos». Su madre, María, fue modista: «Y mi tía, ya jubilada, fue costurera en un hospital de Valencia, donde hacía mascarillas para médicos. Tenemos telas de algodón que sirven para eso».

En tiempos de confinamiento, las muestras de solidaridad con los facultativos son frecuentes en las redes sociales. Por ejemplo, una agencia inmobiliaria de la isla ofrece «de manera totalmente gratuita dos pisos para médicos y enfermeros que tengan que venir a la isla para paliar esta situación».