Las empresas de desinfección y control de plagas han visto reducida su actividad en estas fechas por el estado de alarma, de la misma forma que cualquier empresa que preste servicios al sector relacionados con la hostelería. Sin embargo, se han encontrado con una demanda que deriva directamente de los efectos de esta crisis, como son las desinfecciones preventivas en espacios públicos, ya estén abiertos o no y que tienen relación directa con las medidas sanitarias por el coronavirus.

José Miguel Martínez, gerente de Desinfecciones Ibiza, afirma que el trabajo «ha bajado mucho» y que los servicios de las desinfecciones por coronavirus «no compensan esa pérdida». «Estamos actuando en oficinas, edificios públicos, desinfectando los vehículos de los bomberos del aeropuerto o comercios de alimentación», aclara Martínez.

Entre los sistemas que usa esta empresa están los productos químicos contra bacterias, hongos y virus y la desinfección con ozono. «El sistema que usamos depende del tipo de edificio y de si se tiene que trabajar enseguida o hay gente mientras actuamos. Con los productos químicos, que aplicamos por nebulización, hay que despejar el lugar durante varias horas. Sin embargo, con el ozono, con ventilar durante diez minutos, el personal puede volver», explica, y añade: «La técnica del ozono funciona muy bien en oficinas, puesto que lo pasamos por el sistema de ventilación y climatización del edificio. Así también se desinfectan esos conductos». Martínez asegura que muchas veces se usa un combinación de varios métodos.

Además, también se utiliza lejía, producto que emplea la UME en sus actuaciones, o incluso peróxido de hidrógeno (H2O2), agua oxigenada.

Por su parte, desde Goldservice explican que utilizan fundamentalmente productos químicos con base de peróxido de hidrógeno «que aunque resulta ser más costoso que el hipoclorito sódico (o lejía), es menos corrosivo para los materiales, alimentos y, asimismo, las personas. Además, son productos biodegradables que permiten cuidar el entorno».

«Hasta la fecha hemos tenido solicitudes muy diversas, desde residencias geriátricas, oficinas, organismos oficiales, supermercados, farmacias, guarderías, vehículos....», aclara David Andreu, propietario de la empresa.

Además, Andreu que reconoce que la hostelería supone algo más de un 45% de su facturación y coincide con la valoración de su colega sobre la pérdida de trabajo: «Nos ha cogido en un momento en el que la empresa ya había contratado la plantilla necesaria para sacar una temporada adelante similar a la pasada. Ademas, en nuestro caso nos tomamos muy en serio que la empresa no se colapse en los picos más altos de actividad del verano y eso implica tener bastante personal formado y capacitado». De momento, mantiene a todo su personal.

Mercedes Álvarez, de Control de Plagas Ibiza, reconoce que ha llegado a pensar en echar el cierre, pero las desinfecciones les están salvando: «Estamos recibiendo solicitudes de comunidades de vecinos que por prevención nos piden que desinfectemos las zonas comunes. Solo en un caso nos llamaron porque tenían a un vecino afectado. También acudimos a oficinas bancarias, que siguen trabajando, y a talleres mecánicos».

Álvarez también recibe peticiones de empresas cerradas que quieren desinfectar o que avisan de que lo solicitarán cuando puedan abrir.