«El desarrollo de una política de movilidad integrada en Ibiza no es hoy ya una opción, sino una necesidad imperiosa por múltiples razones: saturación del sistema viario, gran dificultad de aparcamiento en lugares de gran atracción, desconocimiento de las limitaciones y de las alternativas de movilidad por parte de los visitantes...». El diagnóstico territorial previo a la revisión del Plan Territorial Insular (PTI) advierte de que ante el crecimiento de población previsto en la isla, «la excesiva dependencia del vehículo particular se convertirá en una dinámica insostenible en muy poco tiempo».

Este documento destaca que entre los años 2001 y 2017 se ha producido un fuerte incremento del uso de los medios privados motorizados en Ibiza, especialmente para desplazarse al trabajo, que ha pasado del 53 al 74%. Además, los turistas, según el diagnóstico territorial, «utilizan con mayor intensidad que en el resto de Balears el vehículo propio (21%) o de alquiler (49%). «Un esfuerzo publicitario ayuda a generar la creencia de que esta elección les ofrece una gran libertad y flexibilidad y será más económica que otros medios», apunta, al tiempo que destaca que «el hecho de que la recogida del coche sea en el aeropuerto acentúa esta decisión».

El despliegue de flotas de vehículos de alquiler en los meses de temporada es «inmenso» y resulta «complejo» conocer las cifra real de coches que desembarcan en la isla para hacer el agosto. Ahora bien, el estudio apunta que, según datos de la agrupación empresarial de vehículos de alquiler, en 2016 se estimaba que había cerca de 18.000 vehículos, lo que supone «un incremento de más del 54% en los desplazamientos motorizados privados durante los meses de temporada». Hay que tener en cuenta que esta cantidad se suma al parque móvil de los residentes, que supera el índice de un vehículo por habitante.

La flota de 'rent a car'

Por ello, el diagnóstico previo a la revisión del PTI marca «el objetivo de reducir la necesidad de vehículos de alquiler en temporada alta por un interés múltiple: reducir la saturación de las carreteras, aumentar la seguridad y limitar el acceso rodado a lugares de alto valor ambiental durante los meses de verano». «El impacto del sector sobre la movilidad insular exige un tratamiento fiscal y regulatorio que debe ir dirigido a evitar las externalidades que genera. Se debe garantizar que tributen dentro de la fiscalidad local (impuesto de circulación), así como el control del impacto ambiental que generan estas flotas», agrega.

Precisamente, el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, ya dijo a finales de diciembre, en una entrevista publicada por este diario, que no tenía duda alguna de que se debe limitar la entrada de vehículos de alquiler en temporada, al igual que las autocaravanas que desembarcan en la isla sin un lugar donde acampar. «No pueden llegar aquí flotas enteras en temporada invadiendo nuestras carreteras. Tenemos que buscar fórmulas que nos permitan saber cuántos vehículos hay sobre la isla y cuándo llegan. Hay que empezar por aquí. No pagan ningún impuesto en la isla y provocan muchas veces una sensación de agobio tanto a los residentes como a los turistas. Hay que apostar por el transporte público», decía.

En este sentido, el diagnóstico territorial, elaborado por un equipo técnico de Cotesa integrado por 12 personas (arquitectos, geógrafos, economistas y letrados especialistas en urbanismo), recomienda «modificar y corregir el sistema de movilidad actual de la isla». «El sistema viario no puede ser dimensionado de forma hipertrófica para momentos puntuales y es necesario avanzar hacia el desarrollo de un transporte público eficaz y sostenible», apunta.

Los expertos consideran que la mejora «sustancial» que precisa el transporte público se debe orientar hacia «los intereses de los residentes», e indica la idea de implementar «tarifas turísticas» destinadas a «financiar los potenciales déficits de explotación para el resto de usuarios fuera de la temporada».

De hecho, en su análisis de la situación actual, el documento señala que el transporte público es «insuficiente o poco competitivo para una parte de los residentes y de los visitantes». «Hoy no es una opción mayoritaria», añade.

Red viaria saturada en verano

La red viaria de la isla tiene una intensidad de uso «muy alta» durante los meses de temporada turística y «un nivel de servicio bajo, lo que dificulta la eficiencia de un sistema sometido a una gran cantidad de desplazamientos motorizados de conductores que desconocen el territorio», advierte el diagnóstico territorial.

También apunta que el incremento de la accesibilidad rodada a diversas zonas de la isla incrementa la movilidad e «incentiva procesos de antropización». «Por lo tanto, no es deseable una mejora significativa innecesaria en ámbitos de alta calidad ambiental, ajenos a los entornos más poblados», advierte.

Asimismo, el documento considera «necesario incentivar otros modos de transporte», como el uso de la bicicleta, que actualmente se sitúa en Ibiza en el 1% de los medios que emplea la población para desplazarse, cifra inferior a la media nacional. Pero para potenciarlo se requiere desarrollar una red de recorridos «seguros», destaca. Los desplazamientos a pie, que en 2001 se situaban en el 43% de los que se hacían, en 2017 se habían reducido al 21%. El uso del vehículo eléctrico o compartido también es otra alternativa en una isla con distancias «limitadas y cortas».